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Abr

Sara Serrano Albuja: COMENTARIOS a una "Historia de Guayaquil"

saraserranoRealmente bochornoso e insultante para los quiteños, el país y las personas medianamente informadas de nuestra historia es la interpretación antojadiza de la Historia de Guayaquil escrita con claro interés separatista y odio contra Quito. El problema es alarmante para la seguridad nacional si se piensa que fue escrita con intención de ser repartida  a todos los escolares lo cual la convierte en un instrumento de manipulación de lamentables secuelas. El pueblo de Quito no tiene una, sino decenas de gestas luminosas para mostrar al mundo y, la de estatura continental, es el 10 de Agosto de 1809: Primer Grito de la Independencia o toma pacífica del Palacio de Carondelet que destituyó al Conde Ruiz de Castilla, una toma inteligente y planificada. El propio Juan León Mera lo dijo: "Los primeros, los hijos del suelo que soberbio el Pichincha decora"  Quito decora al Pichincha y  tiene referentes individuales y colectivos que a ningún intelectual responsable de cualquier latitud se le ocurriría negar. ¿Es que ahora hay mecenazgos que a pedido  y con complejos de superioridad distorsionan la historia sin ningún aval científico o ético?  ¿Qué diría Fray Jodoco Ricke, el que vino a la ciudad de Quito y nos enseñó los secretos de la fermentación de la cebada si ya le quitaron a su patrón, San Francisco, y se lo reemplazaron por Santiago? Hay muchos vestigios y asentamientos de los Quitus que poblaron nuestra urbe antes de la llegada de los incas  y de los españoles y ningún arqueólogo ni historiador serio puede negarlos. A propósito, los recientes descubrimientos justamente están  en la zona de Rumipamba a la altura de la Mariana de Jesús y solo son una de las tantas muestras de la existencia de nuestra ciudad más allá de la fundación española... Parece que el separatismo quisiera borrar de la histora del país y el mundo la existencia pre-inca y prehispánica de nuestra ciudad, mimetizarla con el territorio más grande que fue La Real Audiencia y por último, desconocer sus gestas libertarias, muchas de las cuales preceden al 10 de agosto. Nadie niega el 9 de octubre, nadie que ame la Patria, nadie que ame la bella generación guayaquileña de escritores realistas del 30 o la bella poesía del guayaquileño Medardo Angel Silva, pero indignan esas versiones antipatriotas que se permiten negar y menospreciar todo lo que Quito forjó y lo que los movimientos populares indígenas y montuvios hicieron en otras ciudades a lo largo y ancho de nuestra Geografìa. Poner un velo de distorsión infamante sobre todo el ideario y acciones de lucha que costaron la vida a quiteños y a otros compatriotas es caer en las distorsiones al triste estilo fascista que llegó a negar el holocausto terrible. Es la ética y la verdad la que está en juego, es la historia. Por favor quiteños, respondamos con la verdad, recuperemos la historia, no permitamos este atropello. El Bicenterario es una ocasión fabulosa para la luz. Que refresquen nuestra sencilla memoria Montúfar, Rosa Zárate, Eugenio Espejo y su hermana Manuela Espejo, los precursores; José Mejía Lequerica, el pueblo quiteño que murió masacrado en las calles el 2 de agosto enfrentándose contra las tropas que vinieron desde el Virreinato de Lima a unirse a los represores de aquí, comandados por Arredondo. Que vuelva la memoria de Riofrío, las mujeres y niños masacrados por quienes el Obispo Cuero y Caicedo pidió el cese de la sangre en Quito que años más tarde fuera recordada con respeto por Bolívar.  Que vivan los hombres y mujeres de altos ideales que dieron su vida independientemente de su extracción social y la gente que valerosamente forjó la historia en colectivas luchas con sacrificio y amor e hizo de Quito un fortín. Parece que a algún sector le duele mucho la historia brillante de nuestro Quito que nos honra y compromete, a la vez, historia que ha dado mucho a la nacionalidad de este país. Fue Chile quien nos calificó como Quito, luz de América. Fuera del país nos reconocen lo que otros, mezquinamente, aquí nos niegan.

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