1
Jul

La cara de Marte en diario LA HORA: Sí hay vida en Marte?

Por Luis Alberto Mendieta

Un 22 de octubre de 1993, el diario ecuatoriano LA HORA publicó un curioso artículo, en el que rebelaba la famosa "Cara de Marte", o "Esfinge de Marte". Me pregunto cuál fue la fuente de donde obtuvo la imagen, porque las subsiguientes imágenes de la NASA muestran una montaña aplanada de una región marciana llamada Cydonia, que, según de la altura desde la que se mire, y la manera en que la luz solar se proyecte sobre esa altiplanicie, puede producir la "impresión visual de una esfinge".

nasa-cara-de-marte

Efectivamente, si miramos la imagen previa, podemos concluir lo que la NASA afirma, sin embargo es sorprendente mirar la imagen tomada del diario LA HORA, de la fecha mencionada, sin dejar de extrañarse por la extraordinaria nitidez de la "esfinge", y la cantidad de detalles que a simple vista parecen darle un aspecto de imagen real, tomada por el satélite "Mars Observer", según afirma el artículo.

Si la imagen fue trucada, el artista que lo hizo NO contaba con Photoshop en aquella época, de modo que si existe posibilidad de foto-montaje, la única herramienta conocida (y popular) de la época sería Corel Draw, aunque dudo que tal cosa ocurriera, al menos en Ecuador

Investigando sobre el personaje clave del artículo, el Dr. Benjamin Frania, he encontrado el artículo del que sin duda tomó diario LA HORA la información, y la imagen, en los Libros de Google. Se trataba de un periódico sensacionalista, que publicó varios artículos con tintes absurdos, hasta su desaparición en el año 2007. Actualmente sobrevive en un sitio Web homónimo. Tanto el semanario como el sitio Web se especializan en publicar historias grotescamente ridículas, cuyo evidente propósito es negar absolutamente cualquier asunto extraordinario, reduciéndolo al absurdo por la vía de la ridiculización.

Queda sin embargo la duda de cómo elaboraron la foto los "artistas" del Weekly World News (WWN), y si realmente existió el famoso Dr. Frania, de quien no existe el menor rastro en Internet, a no ser un homónimo en Facebook, que evidentemente no es la misma persona. ¿Será posible que la NASA haya ocultado algo así? ¿Cuál sería la razón? Los entendidos en asuntos de OVNIS y extraterrestres sugieren que Estados Unidos niega todo lo relacionado con estas naves por razones de seguridad nacional, pues llevan varios años investigando, al parecer con cierto nivel de éxito esta tecnología.

Si alguien sabe algo más del Dr. Frania, por favor infórmelo en Comentarios, según el WWN, es el de la siguiente imagen:

dr. benjamin frania

 

Finalmente, el artículo completo de LA HORA:

cara_en_marte-diario-la-hora

 

cara-en-marte-diario-la-hora

 

La imagen de la NASA puede verse aquí. La imagen original, tomada por el Viking en busca de un sitio donde aterrizar, es la siguiente:

marte-foto-1976-viking

 

Crédito: NASA

Sería útil una foto moderna de mayor resolución y con la panorámica de la foto de 1976.

Es difícil determinar cuánto hay de cierto en el ocultamiento de la verdad por parte de la NASA, considerando que su gobierno tiene muy buenas razones para negar cualquier cosa que revele sin lugar a dudas sus investigaciones secretas ante la faz de la opinión pública mundial. Hay evidencia de ello en las fuertes medidas de seguridad con que se bloquea el paso a cualquier visitante que intente aproximarse al "Area 51", y eso es absolutamente cierto, miles de personas han intentado entrar, y han sido ahuyentadas sin contemplaciones. Por otro lado, la actitud del semanario WWN es por demás sospechosa, pues quienes gustan de lo oculto no pueden ver con buenos ojos que se burlen de sus creencias, y menos aún van (mejor dicho iban) a gastar un centavo en adquirir un periódico que contradice sus opiniones. Aún ahora que es gratuito, tanto el formato como las noticias que allí aparecen son terriblemente ridículos. ¿Qué se persigue con esa clase de noticias? Semanarios como este, sin duda logran confundir y distraer a la gente de una realidad incuestionable: no estamos solos en el Universo. Insisto, me pregunto con qué objetivo.

 

30
Ene

¿Qué hemisferio domina a su cuerpo? ¿El izquierdo o el derecho?

¿Qué hemisferio domina tu cuerpo? ¿El izquierdo o el derecho?

Mire atentamente la imagen y fíjese si gira en el sentido de las manecillas del reloj, o al contrario. La respuesta más abajo.

hemisferio dominante cerebro

 

 

RESULTADO:

  1. Si para usted la bailarina gira en el sentido de las manecillas del reloj, su hemisferio dominante es el DERECHO.
  2. Si para usted la bailarina gira AL REVÉS de las manecillas del reloj, su hemisferio dominante es el IZQUIERDO.
  3. Si para usted la bailarina gira a ratos en un sentido, y a ratos en el opuesto... FELICITACIONES!!!! Es usted un genio o una genio!!

4
Jul

La cultura del papel

Es curioso observar la dificultad que tienen hoy en día los curadores europeos para conservar la enorme documentación que han generado cientos de generaciones occidentales a partir de la introducción del papel en el Viejo Continente, como instrumento de conservación de la memoria colectiva, con el refinamiento posterior de  la máquina de Gútemberg.

 

En estos últimos años, han creado diversos métodos, realmente ingeniosos algunos de ellos, que permitirán a las generaciones siguientes, y por supuesto a la actual, observar el pasado, documento en mano, manipulable y susceptible de análisis físico en sorprendente nivel de detalles. El objetivo es mirar a través de la opinión documentada de miles de escribanos o impresores, muy ufanos en dejar constancia de la historia, o simplemente de sus negocios, componendas, contratos y por supuesto, obras maestras de la literatura.

 

Naturalmente queda en manos del investigador el  contrastar lo documentado con la memoria oral, que por desgracia no siempre concuerda con lo suscrito, pero ayuda a sacar en limpio los hechos genuinos, o al menos a tener una idea más cabal de ellos.

 

Otras culturas comprendieron la dificultad de heredar el conocimiento al porvenir y se decantaron por otros medios que, curiosamente, bajo la visión de la cultura imperante, parecieran no sólo primitivos, sino absurdos. Sin embargo, resulta que al cerrar caja, los resultados más eficientes ¡Oh ironía del pensamiento científico!, fueron aquellos que utilizaron los caldeos, los mayas, los egipcios: la vulgar roca, por su durabilidad y dureza. Vale tomar en cuenta que a los Incas el tiempo les quedó demasiado apretado como para ponerse a relatar su epopeya, o al menos eso nos hicieron creer, pero se dieron modos para crear una memoria viva en su sociedad, que perdura hasta nuestro siglo… El caso es que la piedra nos ha permitido dilucidar un pasado remoto y entenderlo en la medida en que consienten los retazos de historia allí descritos, pero es que en realidad aún hoy en día es imposible crear un registro completo de los millones de sucesos que ocurren a diario y que merecerían anotación.

Aprovecho para echar a volar la imaginación y conjeturar cómo podrían ingeniárselas unos arqueólogos de aquí a mil años para encontrarle significado a un “disco brillante y tornasolado”, a no ser (según miramos cualquier objeto antiguo hoy en día, por supuesto), como un adorno ceremonial de las-hembras- de-la-especie, previo a la conflagración apocalíptica, parte del período Pre-Destructio-Bio-Nuclear-Homini.

 

 

¿A dónde voy? Para empezar, la historia siempre fue escrita por aquellos que detentan el poder, de modo que eternamente conservará, en mayor o menor medida, sesgos creados por intereses particulares. Segundo, que la civilización actual está convencida de su permanencia, y ha construido artefactos que aparentemente conservarán la memoria colectiva para siempre, sin considerar que quizá en mil años sea muy difícil encontrar un enchufe de 110 voltios, 60 hercios, para disfrutar en pantalla gigante la descripción del vibrante mundo actual: porno, películas de acción y hectolitros de sangre.

 

¿No será que en definitiva afilamos demasiado los dientes para devorar el presente, dejando al futuro que se las ingenie para buscar el enchufe?

Quizá no es tan cierto aquello que dicen: el papel aguanta todo…

 

14
Ene

Oh, sole mío

(versión libre de la canción, por Luis Alberto Mendieta)

Qué bella cosa

la mañana de sol

viento sereno

luego de la tempestad;

el viento fresco alegra la fiesta

¡Qué bella cosa la mañana de sol!


Hay otros soles, más bellos que éste

soles que nacen, del corazón:

Oh sol,

Oh sol amado,

caliéntame, caliéntame...


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21
Dic

La novena de la beata Eduviges

Por Luis Alberto Mendieta

 

Tendría ocho años de edad, a lo sumo nueve, y vivía con mi familia en “El Dorado”, barrio alegre, apacible, a pocas cuadras de la quiteñísima Alameda. La época de navidad había empezado y en todas partes podían oírse  los villancicos de aquella época: “Dulce Jesús mío”, “Campana sobre campana”, “Claveles y rosas”, junto al olor del incienso flotando por todas partes.

Mi madre solía hacer un pesebre muy sencillo, que ocupaba un rincón del saloncito de visitas, al pie del árbol de navidad, con un niño Jesús casi microscópico, y, niños al fin,  con más entusiasmo por la novedad que fe cristiana, solíamos entonar emocionados las canciones navideñas, en espera de la Nochebuena.

Pero ese año fue distinto, porque no hubo pesebre debido a que mis padres atravesaban problemas entre sí, de modo que en cuanto la beata del barrio llamó  para invitarnos a su novena, mamá aceptó encantada. Golpeó la puerta al poco rato y salimos a atender. Curioso como era,  la acompañé para enterarme de los detalles.

La vieja era de regular estatura, enjuta. Tenía un mirar afilado y en la cara una mueca de permanente cabreo. Al notar que la miraba con atención, intentó sonreír, pero solo consiguió una expresión taimada, que me intimidó aún más  que la anterior: sabía perfectamente lo que estaba pensando sobre ella con tan solo mirarme al rostro.

“Hola mi amor” –graznó, tratando de sonar tierna y alegre, sin éxito- “Vendrán nomás a la novena, van a estar todos los guaguas[1] del barrio, a diario voy a regalarles confites, toctes[2] y sorpresas. Traerás a tus ñaños[3]”.

Toctes limpios

Miraba con desconfianza, como tratando de adivinar mis impulsos naturales. Unió al pensamiento la palabra:

“¿Pero no son muy traviesos, no?”

Mamá acarició mis cabellos. “Son unos chicos muy buenos, señorita  Eduviges”, dijo, aunque algo en su tono de voz no sonó muy convincente. La vieja puso cara de arrepentimiento, pero ya era tarde para eso. Se despidió y quedaron en que mamá nos enviaría a las siete de la noche en punto.

Por esa época vino a visitarnos una tía, Dolores, a la que llamábamos, como era de esperarse, Lolita, o Lola a secas, de apenas quince años. Tenía ella la sonrisa fácil, y la palabra burla en la punta de la lengua, pero era de utilidad en la casa, cuando se animaba a ayudar, como toda adolescente. Mi madre le rogó que nos acompañara a la novena, preocupada por cualquier estropicio que pudiéramos provocar en casa de la solterona.

Lola se negó al principio, alegando que esas reuniones eran aburridísimas, pero se dejó convencer finalmente, y así, el grupo familiar que iría a la novena quedó conformado por Lola, mis dos hermanos y quien relata esta anécdota. Pablo y Javier, mis hermanos, eran pequeños y bastó mencionarles que habría caramelos para que contasen las horas que faltaban para ir a la novena.

La primera noche, debo reconocerlo, fue realmente graciosa. La mujer, entusiasmada, esperaba a los pequeños visitantes en la puerta de su casa, y a cada recién llegado entregaba un puñado de caramelos, un tocte, y la promesa de algún juguetillo el 24 de diciembre, último día de la novena.

La sorpresa inicial fue encontrarme con un pesebre enorme, que ocupaba el centro de una habitación bastante grande, sobre un pedestal de, digamos, un metro de altura. Allí había recreado la señorita Eduviges –ahora se me ocurre-, una especie de Gólgota de musgo con un pesebre en la punta, un senderito muy bien trazado y sinuoso, y una verdadera  multitud de santos, santas y abundoso ganado de todo pelaje. Por supuesto, el niño Jesús era casi de tamaño natural, y contrastaba bastante con la estatura de sus padres, excesivamente pequeña en relación con la de su hijo. Aún así, el San José de este pesebre era un verdadero coloso comparado con el de mi casa.

Había no menos de treinta almas allí, entre niños, niñas y varios mozalbetes, todos bien peinados y limpios. Pude ver también a un manojo de viejas, que por supuesto se colocaron junto a la anfitriona. La ceremonia dio inicio en cuanto la señorita Eduviges pidió silencio.

Al contrario de lo que podía esperarse, la diversión empezó allí.

Tenía la mujer un acento tan ridículo al rezar, dando voces y acompañando fervorosamente sus rezos con golpes de pecho, que opacaba los aspavientos del resto de ancianas, que por cierto tenían voz clara y buen pulmón, de tal modo que aquello se convirtió en una entusiasta barahúnda, coreada por las voces de unos pocos muchachos, a los que sin duda les gustó el rito o ya estaban acostumbrados a él por haber venido el año anterior, pero la mayoría guardábamos mortal silencio, sorprendidos por la inusual escena.

Yo, callado, miraba de rato en rato a mi tía, y cuando nuestras  miradas se cruzaban, se dibujaba en su rostro un amago de carcajada, que en esas circunstancias hubiera tenido consecuencias lamentables. Consciente de ello, ocultó los labios con las manos juntas para disimular la risa, en actitud de orar, y evitando mi mirada.

Luego vinieron los villancicos.

La señorita Eduviges empezó cantando “Dulce Jesús mío”, con su inconfundible acento, pero  logramos llegar sin novedad hasta el final, y en cuanto estuvimos en casa, Lola contó a mi madre lo que acababa de suceder. Luego de reír con nosotros el asunto, se puso muy seria y nos hizo prometer que mantendríamos la compostura en casa de la vieja beata[4].

A la noche siguiente no hubo ni dulces ni toctes, asunto que para nuestra  condición de niños fue imperdonable, y noté un brillo de acritud en la mirada de mi tía por la misma causa.

Ocurrió lo mismo al tercer día, y al cuarto.

La vieja estaba consciente de que nos había engañado, pero fingía descuido u olvido. Siempre fui sedicioso, así que al entrar busqué a la mujer, que por cierto se hacía a un lado, evitaba el mirarme, adivinaba mis intenciones.

Me le planté delante y sugerí que “se olvidó de entregarnos nuestros caramelos y lo demás”. La vieja respondió en voz alta, como para que oyesen todos, que “el niño Dios castiga a los que vienen a la novena solo por interés”, y como al parecer sintió que la arenga quedó muy tibia, añadió en tono amenazante y mirada asesina: “¡la codicia atraerá el juicio del señor tu Dios y serás maldito, como Ananías!”.  Algo así. Luego ordenó que nos sentáramos para empezar la novena.

Supongo que estaba muy feliz porque al maldecirme, aterró a todos los demás, evitando así que cualquiera vuelva a pedir golosinas, ahorrándole el dinero que debía invertir en dulces, al menos hasta el fin de la novena. Además todos me miraban como si al salir de allí, el diablo estaría esperando para ajustarme cuentas.

Quizás fue la diatriba, o simplemente estaba contenta con el curso de la novena. Sea lo que fuere, la señorita Eduviges estaba eufórica y locuaz. La respuesta de la mujer me dejó bastante mortificado, así que rumié despecho durante toda la velada, buscando el momento de la venganza.

Supongo que para darnos una sorpresa, la señorita Eduviges desempolvó esa noche de sus recuerdos una antigua tonadilla que iba más o menos así:

Venid y vamos todos

con flores a María,

con flores a porfía,

que madre nuestra es.

De nuevo aquí nos tienes,

purísima doncella,

más que la luna bella,

postrados a tus pies.

El estilo chillón era similar al “Dulce Jesús mío” de la primera noche, y la tonada igualmente alegre, pero el timbre más ensordecedor, gangoso, y en esta melodía decidió rematarlo con un alarido ridículo en la palabra “porfía”, asentando la fuerza del fervoroso grito en la letra a, de modo que sonaba “porfíaaaaaaaaa” en un tono tan agudo que lastimaba los tímpanos.

El silencio sepulcral que se creó en torno a nosotros me hizo voltear a ver primero a mi tía, y luego a todos los demás. Lola apenas pudo mirarme, y se cubrió los ojos rápidamente para evitar la tentación que le ofrecían los míos. Mis hermanitos se cubrieron de igual modo el rostro  en cuanto les eché un vistazo, y a medida que buscaba la mirada de los más cercanos encontré la misma actitud. El resto de viejas bajó el tono al notar el exceso de su compañera, pero algo de risueño había en su expresión.

La situación se puso peor en cuanto repitió la estrofa, porque empecé a inquietarme visiblemente y todos estaban pendientes de mi actitud, o al menos eso era lo que yo sentía.

La risa contenida  podía verse en cada uno, y varios se agacharon para disimularla, pero la rebeldía, mezclada con la ridícula situación pudo más en mí, y volví con malicia la mirada hacia Lola, que en esta ocasión no pudo soportar y juntos soltamos una estruendosa carcajada en el instante en que la vieja pegó el alarido al llegar a su “porfía”.

Todos los asistentes, incluidas las beatas que acompañaban a la señorita Eduviges, corearon la risotada. Reí tanto, que casi ni sentí cuando Lola me arrastró hasta la puerta. Noté que los demás iban calmándose, pero a mí me agarró un ataque de risa imparable.

Desde la puerta, mientras salía, la señorita Eduviges me trató de hijo del diablo, hijo de Caín y otras maldiciones bíblicas que ya no recuerdo, pero yo seguí riéndome de ella hasta que entré a mi casa. La azotaina por culpa de ese episodio también fue inolvidable…

No volví a ver a la señorita Eduviges… Supongo que estará a la diestra de Dios Padre, o en el sitio designado allá arriba para las beatas, pero eso sí: estoy totalmente convencido de que la buena mujer no pertenece al coro de ángeles del Reino Celestial.

Quito, Diciembre 21, 2010

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[1] Guagua significa niño en lengua vernácula ecuatoriana.

 

[2] Para quienes no lo sepan, tocte es una especie de nuez silvestre que crece en grandes árboles en la serranía ecuatoriana, de cáscara muy dura, y sabor similar al de la nuez común. Lo interesante del tocte era que servía de entretenimiento infantil, pues no es fácil partirla, y los niños se reunían para cascarlas, ayudados por piedras, para luego pelear por los fragmentos (que volaban en todas las direcciones), y lamentar algún dedo machacado. Por alguna razón, esto era divertido para los niños de entonces.

[3] Ñaños significa hermanos.

[4] Para quienes lo ignoren, suele llamarse “beatas”, a las mujeres (de edad madura) que asisten a diario a la iglesia, para escuchar los servicios religiosos, rezar por su cuenta, compartir chismes de barrio con sus cofrades e intervenir de todos los modos posibles en los asuntos de Dios atinentes a la parroquia y al cura. Una característica de estas señoras es que en misa están siempre en primera fila, y elevan desmesuradamente su voz para que todo el mundo conozca de su inmensa fe cristiana. Su tono suele ser chillón, plañidero, y delata su verdadera personalidad. Aunque actualmente es muy difícil encontrarlas, antes vestían siempre de negro, y se cubrían con un chal de randa, si podían  costeárselo, o simplemente una chalina de lana. Coleccionaban efigies de vírgenes y santos. Fueron producto de una sociedad mojigata y oscurantista en América y Europa.

15
Ene

Magia Negra

Desde el fondo de las generaciones, desde los africanos tambores golpeando, retumbando en las sienes, circulando por las venas, asincopado pero en armonía, llega al corazón el origen: orgulloso de ser lo que es y mirando las estrellas entre conchas tiradas en manojo, barajando porvenires en su descendencia y abriéndose paso entre caminos abiertos por manos negras para que desfilen pies multicolores, los pies de nuestra América.

24
Nov

Impresionante relato gráfico en arena

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(Contribución de Carlos Quiroz)

El video muestra a través de una expresión artística nada usual,  la historia relativamente reciente (2da. Guerra Mundial) de Ucrania.

Detalle biográfico de Kseniya Simonova: http://es.wikipedia.org/wiki/Kseniya_Simonova

6
Oct

[Música de aquí] Mercedes Sosa: Todas las voces

crespon-negro

Una de las voces que ha influido sin duda en los cambios sociales que América del Sur está viviendo ha muerto. Su voz es y será siempre grito de rebeldía, orgullo y conciencia de una raza que está en nosotros y aún nos negamos a conocerla y asumirla como parte del todo.

Hoy, todas las voces, todas, se unen para acompañarla en su partida.

17
Jul

[Música de aquí] Los Indios Tabajaras

[audio:https://politicaysociedad.com/audio/Los Indios Tabajaras - Ternura.mp3|autostart=yes]
Los Indios Tabajaras

Por Luis Alberto Mendieta.

tabajarasMussapere y Herundy encontraron algo que los blancos, seres a los que ellos consideraban  primitivos por su feroz instinto, habían dejado olvidado en mitad de la selva. Temían que fuese algún instrumento de matar, así que lo llevaron a su aldea cuidadosamente, para analizarlo luego en detalle, con permiso y supervisión de sus mayores.

Casi una semana más tarde se atrevieron a manipularlo y grande fue su sorpresa al comprobar que en lugar de fuego y muerte, el aparato arrojaba al escaso espacio de la choza en que lo examinaban, coloridos y dulces sonidos primigenios: algo así como el compendio de las voces de todos los pájaros de la jungla,  pero con la mágica posibilidad de producir entonaciones a voluntad de quien lo pulse. Y por añadidura, cayeron en cuenta, el objeto tenía forma de mujer, en alusión a la milenaria danza de la vida y su poder de crearla.

Tardaron algún tiempo en entender el funcionamiento de aquél instrumento, pero acabaron arrancándole canciones que nacieron de su corazón y de las antiguas voces de los suyos. Tan grande fue su curiosidad y su pasión, que terminaron alejándose de su familia y de la seguridad del clan, para incursionar en los dominios del hombre blanco. Querían conocer el mundo de aquellos seres capaces de crear un artefacto tan maravilloso.

Algún tiempo después de haber conocido el frenesí de las calles de Río de Janeiro y su gente variopinta, uno de ellos se los llevó para el Norte, donde aprendieron música que nadie había osado interpretar en aquél instrumento que un día encontraron en la selva, y fueron causa de admiración porque quien los escuchaba casi no podía creer su historia, y pasmados, los veían interpretar, ¡en una guitarra! a muchos compositores a los que la gente de las ciudades llamaba clásicos. Recorrieron el vasto mundo vistiendo su atuendo ancestral y aprendieron numerosas lenguas. Tuvieron que cambiar sus nombres por otros que la gente que los escuchaba pudiera recordar con facilidad, sin olvidar a los suyos, pues en su nombre recorrieron el mundo, y fue así como Mussapere y Herundy, en nombre de la pacífica tribu de los Tabajaras, nativos de la selva amazónica, entregaron al mundo, de su propia inspiración, un poco de su conmovedora Ternura.

 

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Reseña biográfica de Los Indios Tabajaras:

http://es.wikipedia.org/wiki/Los_Indios_Tabajaras

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