. Fantasmas.
Hay muchas personas que han visto fantasmas detrás de una propuesta que, a mi juicio, siempre tuvo el objetivo de conocer la opinión de l@s lectores de este blog respecto a la idea de proponer a Alberto Acosta una candidatura, en general, y específicamente una candidatura a la alcaldía de Quito.
Pero al parecer está prohibido disentir o ser creativo en el medio político (y social). ¡Cuidado con mover las aguas de nuestro turbulento Éufrates! Y uno pensaría que también nos está vedado comer de alguno de los frutos del árbol del bien y del mal, so pena de caer en desgracia ente los capos de las mafias políticas, que no toleran que los siervos de la gleba se alebresten, porque NO PUEDE HABER más intelectuales que ellos mismos. ¿Para qué? ¿Por qué iban a necesitarse más en nuestro Edén?
Me preguntaba qué es cien por ciento seguro y políticamente correcto para el homo sapiens ecuatoriano y cualquiera en general de la Aldea. Me respondí que simplemente mirar, como decía Piero, “pasar y pasar”. Entendí que si uno quiere intervenir en política debe quedarse chito y esperar a que le señalen explícitamente que puede hablar, siempre y cuando sea a favor del que tiene el grueso y duro puntero en la mano, o esperar el golpe en la cabeza. O peor aún, verse aislado como leproso del resto de pares, que no quieren quemarse, que no desean que nadie los vea junto al réprobo del paraíso, junto al ángel caído... en desgracia.
De acuerdo, suena como a exageración, pero en realidad termina siendo así para quien participa en un movimiento político y procura ser librepensador. Entonces surge la contradicción y el pensamiento, veloz, murmura: ¿hasta qué punto pueden llevarse bien el intelectual con el político? ¿Es en realidad necesario el intelectual en los procesos de cambio? Al responderme afirmativamente, di con la clave.
Lo que ocurre es que la mediocridad nos ha calado hasta los huesos. Está en todas partes, como hollín vehicular en las paredes, en los medios de información, EN COLEGIOS Y UNIVERSIDADES, en los maestros que se niegan a evaluarse, en nuestras manos llenas de indiferencia, ¡en casa!, en nuestras conciencias. Es parte de nuestro presupuesto diario de tiempo, dinero y afectos. Está tan adentro que ya nadie la nota. Hemos decidido, peor que en el relato bíblico, porque lo hemos hecho por voluntad propia, marcharnos a vivir al Este del Edén. ¡Nadie nos expulsó! Hemos creado un sistema mediocrizado, que desplaza al ser humano y coloca en el centro a sus deidades favoritas: el contundente Dólar con pies de barro en el centro, y en torno a él, su Olimpo: el caballero Consumismo Rabioso, la Diosa Ostentación y la gigantesca Soberbia, trilogía perfecta para un dios tan infame. Y perdón si soné como predicador dominical: sólo quiero bucear hasta el fondo. Por cierto: en el contexto mencionado, ¿tiene algún sentido la palabra moral?
¿Miradas reprobatorias? ¡Cuidado con el grueso y duro puntero!..
.. Aparecidos.
El aparecido de turno es Acosta. Su presencia, fantasmal al parecer, ha hecho temblar de miedo a algunos y algunas, que están convencidos de que la Revolución Ciudadana depende de un solo hombre. Tampoco es que estén totalmente errados… ¿Pero no es precisamente ese flanco el que debemos cubrir? ¿No es IMPRESCINDIBLE dejar la patética envidia y permitir que emerjan nuevos líderes, para que el tejido de nuestra lucha sea más espeso y resista los feroces embates del capital ejecutando consignas y agendas egoístas? ¿No es VITAL dejar la indolencia y participar frontalmente en política, para evitar que nos den haciendo, siempre mal, lo que podríamos personalmente hacer si tuviéramos la oportunidad?
Hablando de indolencia, quiero mostrar algunas cifras.
La encuesta se publicó el viernes 5 de diciembre, y desde entonces han pasado sus pies virtuales, un promedio de 105 visitantes por día (repunte de 149 el miércoles 10/Dic, ver Fig. 1), en seis días, lo que arroja un total de 630 visitas en una semana. Hubo UN caso, de alguien que mencionó que en el cuestionario de la encuesta no estaba la pregunta que deseaba responder.
Fig. 1. Estadísticas del blog, del 28 de noviembre al 12 de diciembre
De 630 visitantes, apenas 49 hicieron la encuesta, lo que significa que tan solo un 7.7% de los visitantes se tomó los 2 y medio segundos que implicaba participar. Dejo a su consideración el análisis de estas cifras, respecto al nivel de participación que tenemos los ecuatorianos (cuando no hay interés personal de por medio), en una pequeña muestra como esta, así como las razones, implicaciones y conclusiones.
Luego está el resultado en sí de la encuesta:
Fig. 2. Pregunta: ¿Le gustaría Alberto Acosta como candidato a alcalde de Quito?
Nótese que la mayor parte de participantes está a favor de la candidatura a alcalde, y el siguiente grupo importante (relativamente, claro, en cuanto al número), lo preferiría como candidato a presidente. Hay personas sinceras que con dos clic expresaron lo que pensaban (y me refiero a aquellos que optaron por las demás preguntas, sin dejar de resaltar la participación del resto).
Como puede verse, aquí está representado el espejo nítido de la idiosincrasia nacional. Somos lo que somos. ¿No será que de pronto es necesario mirarnos hacia adentro, y no al vecino, para criticar? Es sólo una pregunta y la respuesta es personal.
Y eso es todo. No estamos complotando contra nadie; no queremos tumbar la Revolución Ciudadana: al contrario, queremos construir cimientos más sólidos en torno a ella, para que perdure y deje su fragilidad de carne y huesos, para convertirse en una institución que no se quiebre en la primera tormenta política.
Para que todos nos pongamos la camiseta no sólo para ver los partidos de fútbol.