Hay muchas personas que han visto fantasmas detrás de una propuesta que, a mi juicio, siempre tuvo el objetivo de conocer la opinión de l@s lectores de este blog respecto a la idea de proponer a Alberto Acosta una candidatura, en general, y específicamente una candidatura a la alcaldía de Quito.
Pero al parecer está prohibido disentir o ser creativo en el medio político (y social). ¡Cuidado con mover las aguas de nuestro turbulento Éufrates! Y uno pensaría que también nos está vedado comer de alguno de los frutos del árbol del bien y del mal, so pena de caer en desgracia ente los capos de las mafias políticas, que no toleran que los siervos de la gleba se alebresten, porque NO PUEDE HABER más intelectuales que ellos mismos. ¿Para qué? ¿Por qué iban a necesitarse más en nuestro Edén?