6
Abr

Haití: ¿una cifra o una realidad histórica?

José Luis Patrola

Quienes ya recorrieron el territorio haitiano saben que el vudú (woudou) es una práctica religiosa presente en gran parte de la población.  Sobre todo entre los campesinos, la cultura es muy fuerte.  Como se trata de una cultura religiosa existen grandes misterios sobre lo que realmente pasa en las ceremonias y celebraciones.  Sin embargo, tras año y medio por aquellas tierras logré verificar que, como religión, el vudú tiene sus ventajas y desventajas en lo que se refiere a la liberación y la formación de la conciencia de los haitianos.  El vudú, o cualquier otra religión, no necesariamente utiliza la mentira como su práctica.  Es la gente la que cree voluntariamente en lo que se dice o en lo que se hace.

Los números presentados en la reunión de Nueva York como base del Plan de Reconstrucción de Haití no son mentirosos.  Se ha anunciado una cifra de 5.300 millones de dólares.  Los Estados Unidos y la Unión Europea se presentan como los más importantes donantes.  El presidente haitiano, René García Preval, oía los números algo desconfiado.  Él sabe que los números no mienten, pero engañan.

Los números presentados por Ban Ki-Moon son verdaderos y reales.  La mayoría de los presentes en la reunión se calló frente a las bonitas cifras y las perspectivas de reconstrucción de un país ya en ruinas muchos años antes del terremoto del 12 de enero.  Se presentan el Banco Mundial y el FMI como grandes coordinadores del gran presupuesto que se llevará a cabo con la importante ayuda de Bill Clinton y de Jorge Bush.

La cifra de 5 mil 300 millones de dólares no miente sino que oculta una cifra tan importante respecto a ella.  En efecto, la mayoría de los participantes en la reunión de Nueva York se olvidó que la ocupación militar que se estableció en Haití después del 2004 ha necesitado más de 3 mil 600 millones de dólares para sostenerse.  Al mismo tiempo, los bonitos números presentados no revelan el cálculo completo.  Los trece mil soldados norteamericanos enviados a Haití después del terremoto consumen un presupuesto superior a 468 millones de dólares por año solamente en sueldo personal, al mismo tiempo que el incremento de 3500 personas en el cuerpo de la MINUSTAH tras el terremoto sube su presupuesto en 126 millones de dólares anuales solamente en sueldo.

Por otra parte, los presentadores del plan de reconstrucción no comentaron que Haití tiene una deuda externa superior a 1 mil 300 millones de dólares contraída hace décadas y cobrada mensualmente por los mismos entes que van coordinar el plan de ayuda.

El costo de un soldado de rango inferior desplegado para servicios militares en Haití, según los mismos soldados, llega a 3 mil dólares mensuales de sueldo.  Mientras que el sueldo mínimo haitiano es de 60 dólares mensuales.  Un soldado que sale de cualquier parte del mundo recibe por mes el equivalente a 4 años de trabajo de un haitiano que vive con un sueldo mínimo.  Eso significa que el sueldo pagado a un soldado durante un año, 36.000 dólares, es igual a 50 años de trabajo de un haitiano.

El pequeño cálculo realizado en el párrafo anterior comprueba que los números pueden engañar.  La mayoría de los participantes en la reunión de Nueva York no comentó sobre la forma de pago de este nuevo préstamo del que Haití se va a beneficiar.  Ni siquiera el propio René Preval.  ¿Quién va a pagar a las muchas empresas norteamericanas articuladas por Jorge Bush que ya están contratadas y designadas para actuar en distintas zonas del país destruido?  No hay una empresa que trabaje sin ser bien remunerada.  Préstamo es préstamo y Haití tendrá que pagar, a pesar de estar pagando desde hace tiempo, una deuda que no es suya.

Los entes encargados de la reconstrucción de Haití son los mismos que impusieron los más grandes ajustes a la economía haitiana en los últimos años, golpeando duramente todos los servicios públicos como salud, construcción de rutas y escuelas.  Los mismos que aplastaron a la economía agrícola, donde vive el 70% de la población, con los acuerdos de libre comercio están ahí.  Los mismos entes que mensualmente cobran una deuda vergonzosa, ahora vuelven al escenario mundial como los héroes de una batalla contra la pobreza.  Pero fueron ellos quienes llevaron la pobreza a Haití.

La reunión de Nueva York presentó unos números al mundo como si fuera un cálculo matemático exacto sin riesgo a errores.  5 mil 300 millones de dólares.  Cuba y Venezuela han sido las voces contrarias a la arbitrariedad de la matemática de los números reales pero engañosos.  Cinco mil trescientos millones de dólares es una mentira disfrazada de la obviedad de la ciencia exacta.  Están golpeando a Haití con la cruel espada financiera.  Están golpeando al mundo al decir que las cifras son exactas.

Que los espíritus de Capóis La Mort, Trussaint Louverture, Alexander Petion, Henri Kristophe y Jean Jacques Dessalines despierten la conciencia internacional y sobre todo del pueblo haitiano, para que nos levantemos contra tanta crueldad y mentira.

Los números no mienten, pero a veces engañan.

- José Luis Patrona es profesor de Historia, miembro del MST y coordinador de la brigada de cooperación entre La Via Campesina de Brasil y organizaciones campesinas de Haití

3
Abr

Atilio Boron: El gran circo de Londres

atilio-boronALAI AMLATINA, 02/04/2009, Buenos Aires.- Meses atrás la formidable maquinaria propagandística del imperio alimentaba la ilusión de que la reunión del G-20 en Londres le daría la estocada final a la crisis. Sin embargo, a medida que se acercaba la fecha comenzaron a oírse voces discordantes. Nicolas Sarkozy y Angela Merkel lanzaron baldes de agua fría sobre el inminente cónclave y el anfitrión, el “progresista” británico Gordon Brown, aconsejó bajar las expectativas al paso que un número creciente de economistas críticos e historiadores advertían sobre lo fútil de la tentativa. Pese a ello los ilusionistas y malabaristas del sistema no dejaron de ensalzar la reunión de Londres y tratar de que las tibias medidas que allí se adoptasen fuesen interpretadas por el público como propuestas sensatas y efectivas para resolver la crisis.

Como era de esperar, poco y nada concreto salió de la reunión. Y esto por varias razones. Primero, porque lo que con arrogancia e ignorancia inauditas algunos caracterizaron como Bretton Woods II ni siquiera se planteó la pregunta fundamental: ¿reformar para qué, con qué objeto? Al soslayarse el tema por omisión quedó establecido que el objetivo de las reformas no sería otro que el de volver a la situación anterior a la crisis. Esto supone que lo que la causó no fueron las contradicciones inherentes al sistema capitalista sino aquella “exuberante irracionalidad de los mercados” de la que se lamentaba Alan Greenspan, sin percatarse que el capitalismo es por naturaleza exuberantemente irracional y que esto no se debe a un defecto psicológico de los agentes económicos sino que tiene sus fundamentos en la esencia misma del modo de producción.

Segundo: dado lo anterior no sorprende comprobar que el G-20 haya decidido fortalecer el papel del FMI para liderar los esfuerzos de la recuperación, siendo el principal autor intelectual de la crisis actual. El FMI ha sido, y continúa siendo, el principal vehículo ideológico y político para la imposición del neoliberalismo a escala planetaria. Es una tecnocracia perversa e inmoral que percibe honorarios exorbitantes (¡exentos del pago de impuestos!) y cuya pobreza intelectual la resumió muy bien Joseph Stiglitz cuando dijo que el FMI está poblado por “economistas de tercera formados en universidades de primera.” ¿Y de la mano de estos aprendices de brujos se piensa salir de la crisis más grave del sistema capitalista en toda su historia? No hay en esto un ápice de exageración: esta crisis es la manifestación externa de varias otras que irrumpen por primera vez: crisis energética, medioambiental, hídrica. Nada de esto había en la depresión de 1873-1896 o en la Gran Depresión de los años treinta. En su entrelazamiento estas crisis plantean un desafío de inéditas proporciones, frente al cual las recetas del FMI no harán sino profundizar los problemas hasta extremos insospechados.

Tercero: dada esta situación el tema es demasiado grave para dejarlo en manos del G-20 y sus “expertos”. Por eso el presidente de la Asamblea General de la ONU, Miguel D’Escoto, dijo que lo que se necesitaba no era un G-20 sino un G-192, una cumbre de todos los países, y la convocó para Junio de este año. El G-20 trata de cooptar a varios países del Sur con la esperanza de robustecer el consenso para una estrategia gatopardista de “salida capitalista a la crisis del capitalismo”: cambiar algo para que nada cambie. Pero no hay posibilidad alguna de capear este temporal apelando a las recetas del FMI, y los países invitados a Londres, entre ellos la Argentina, lo mejor que podrían hacer es denunciar con serenidad pero con firmeza la inanidad de las medidas allí adoptadas y que dentro del capitalismo no habrá solución para nuestros pueblos ni para las amenazas que se ciernen sobre todas las formas de vida del planeta Tierra.

- Dr. Atilio A. Boron es Director del PLED, Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales

30
Mar

Ángel Guerra Cabrera: La hora de los movimientos populares

ALAI AMLATINA, 26/03/2009, México DF.- La nave del capitalismo marcha ciegamente hacia el naufragio sin que sus tripulantes atinen a sortear los escollos de sus contradicciones más allá de las recetas clásicas, que ya no funcionan. Producen vértigo las cifras de dinero inyectadas al sistema financiero de las economías centrales, conducentes a un despojo inaudito de grandes contingentes humanos pero incapaces hasta ahora de reanimar al paciente. El crédito no fluye, continúan las quiebras, el desempleo bate marcas, mientras millones pierden el techo, carecen de atención médica y ven evaporarse sus fondos de retiro. Es más, los vaticinios de los economistas serios del sistema, con apenas presencia, por cierto, en sus medios masivos, auguran el fracaso de los planes de rescate de la administración Obama y sus pares europeos por considerarlos tibios, no encaminados a la raíz de los problemas y probablemente llamados a profundizar la crisis económica. Por cada mes perdido en tomar las medidas necesarias, advierte el Nobel Paul Krugman, se pierden 600 000 puestos de trabajo sólo en Estados Unidos.

manifestacionespopularesNo hay que ser economista para comprender las desastrosas consecuencias de la severa contracción de las principales economías capitalistas y su impacto sobre los países subdesarrollados, incluidos, por supuesto, los latinoamericanos, dependientes de aquellas. En su último reporte, el Banco Mundial y el FMI, que han ajustado varias veces a la baja sus estimaciones, anuncian que en 2009 el PIB de América Latina y el Caribe caerá hasta en 2 por ciento, ocasionando seis millones más de pobres y casi tres millones más de desempleados. Las vitales remesas caen, como también la inversión extranjera y los precios de las materias primas, que aportan dos tercios de los ingresos por exportaciones. Esta tragedia se suma a la ya crítica situación creada por las políticas neoliberales: una agricultura desprotegida y arrasada para dedicarla a la exportación o a los agrocombustibles, una industria desmantelada y un tejido social desgarrado por la emigración masiva, el trabajo precario e informal, pobreza, miseria, depredación ecológica y redes de protección social pulverizadas, todo en nombre del dios mercado.

La OIT, el Banco Mundial y el FMI prevén la perdida de los modestos avances logrados en el abatimiento de la pobreza y el desempleo gracias a la subida de precios de las materias primas de los últimos cinco años, ahora derrumbados. De la reunión del G20 no puede esperarse nada favorable a los pueblos puesto que allí llevarán la batuta sus mismos verdugos, los salvadores de las grandes corporaciones. No he leído un trabajo de un solo investigador respetable que comparta el optimista vaticinio de una recuperación económica en 2010 anunciada por algunos banqueros centrales.

Pero si en algún momento se reanudara el crecimiento, será a costa de una concentración oligopólica de capitales sin precedente, de nuevos Irak, Afganistán y Palestina; de la criminalización de la protesta social y el pensamiento alternativo en sociedades militarizadas, de la superexplotación y el sufrimiento sin par de las grandes mayorías. Continuaría el derroche de recursos, la depredación ecológica y el patrón energético contaminante que arrastran a la extinción de nuestra especie en fecha no lejana.

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http://www.aporrea.org/imprime/n59152.html

Es la hora de que los movimientos populares se fortalezcan, adopten estrategias novedosas y alianzas amplias y flexibles, de hacer pedagogía política con los tangibles efectos de la crisis en círculos de estudio de base. En ellos es muy útil discutir los problemas cotidianos y relacionarlos con todo el entramado de la dominación capitalista y de la crisis para elaborar planes de trasformación social.

Es la hora de la solidaridad planetaria urgente y en ninguna parte del mundo como en América Latina y el Caribe existe una experiencia política acumulada para proponerse proyectos antineoliberales y anticapitalistas a escala local, nacional e internacional. Del Bravo a la Patagonia, además de un conjunto único de gobiernos populares y progresistas, existen fuerzas fogueadas ya en la lucha de trabajadores, indígenas, campesinos, mujeres, estudiantes, pequeños empresarios, profesionistas y desempleados, que podrían dar un memorable ejemplo a sus hermanos de otras latitudes de unidad y organización desde abajo en la lucha por la liberación, la democracia radical y el socialismo. Mañana será tarde.

27
Mar

Oscar Ugarteche: El G20 y los PRAE

ugarteche2ALAI AMLATINA, 25/03/2209. México D.F.- Un grupo de siete países ricos altamente endeudados (PRAE) del mundo han organizado una reunión de veinte países en Londres con el fin de debatir el futuro de las finanzas del mundo. Han llamado a la mesa a algunos acreedores de los países en desarrollo como Brasil, Argentina, México, algunos países árabes, China e India, dejando de lado a todos los demás países con superávit en el mundo, acreedores de los EE.UU. y Europa.

De hecho, la acumulación de excedentes de exportación durante un periodo de veinte años es lo que ha permitido que países con déficit contraigan préstamos excesivos por un valor de hasta el 200% del promedio del PIB, cifra en crecimiento acelerado. En un por si acaso, Gordon Brown, sintiéndose un poco débil, invitó a dos países europeos más a las conversaciones.

Algunas cosas vienen a la mente, en primer lugar, "quien paga manda" y, sin duda, ahora quien paga está fuera de Europa y de los Estados Unidos. En segundo lugar, el orden mundial que conocíamos desde 1944 ha terminado, y el nuevo orden mundial tendrá que tomar en cuenta al nuevo G-7 para tomar decisiones rápidas. Esto significa que China, India, Brasil y Rusia entran y que algunos países europeos quedan fuera. De todos modos, los debates celebrados por 20 países +2 serán irrelevantes, ya que este debe ser un debate global, considerando quiénes ahora son los nuevos acreedores y deudores.
En tercer lugar, el nuevo y significativo rol de Asia en su conjunto, tanto en el comercio internacional como en las finanzas internacionales, exige una reformulación de la Junta del FMI / BM, que refleje este cambio importante y disminuya el rol de la Unión Europea y de EE.UU.
En cuarto lugar, ello conduciría a la eliminación del derecho de veto de EE.UU., establecido en 1944, y del mecanismo por el cual estas instituciones tienen un director de Europa y de los EE.UU., respectivamente. Esto ya tiene poca relevancia hoy en día, aparte de ser antidemocrático, opaco, y de no reflejar las realidades económicas y financieras actuales.

Por último, un sistema en el que la política económica conduce a enormes excedentes que contribuyen a financiar déficits masivos creados por el propio modelo, no puede funcionar para siempre, como esta crisis ha comenzado a demostrarlo.

Lo que sucede es que un grupo de países líderes ahora son los principales deudores del mundo. Estos son países ricos altamente endeudados que han sostenido déficits comerciales y fiscales durante más de una década y han acumulado grandes deudas, y por el mismo hecho han desviado los créditos de los países en desarrollo. Estos son países que han sobre-consumido sistemáticamente y, en algunos casos, lo han hecho con una política de crédito interno bastante laxa. El argumento era que al consumidor del Oeste le convenía mejor los productos manufacturados a bajo costo de Asia, América Central y África.
El hecho de que ningún país puede pedir prestado indefinidamente para el consumo no fue tomado en cuenta. Inicialmente, los países con excedentes compraron Letras del Tesoro de EE.UU. y mantuvieron, en parte, sus reservas en esos instrumentos. Luego se extendieron a bonos del Estado británicos y europeos. No quedaba claro que la compra de bonos de Estado en grandes cantidades conduciría a un exceso de endeudamiento, por el otro lado.
El cuadro sobre "Índices comparativos de los PRAE, diciembre 2008" (1) ilustra como los ex países del G7 mantienen, aproximadamente, una tercera parte de las reservas de las nuevas naciones líderes emergentes. Sin Japón, el grupo de naciones líderes mantiene una sexta parte de la reserva de los siete países emergentes más grandes, la mayoría de los cuales son de Asia. La posición de deudor externo en otras monedas, sumando deudas privadas y públicas, es muy elevada para Gran Bretaña, Francia y Alemania, en el rango de 150% -450% del PIB, seguida por EE.UU., en del rango del 90-100% del PIB. La deuda pública en moneda local es más alta en Japón, Italia y EE.UU. El alto nivel de deuda pública de Japón es el resultado de la crisis bancaria de la década de 1990; en el rango de 70-170% del PIB. Si se hace la suma, se ubica encima del 200% del PIB. La perspectiva de crecimiento en esos países es negativa para todos.

¿Es razonable que los prestamistas continúen haciendo préstamos a economías en contracción? ¿Qué sucede con los pagos de la deuda cuando las economías que han contraído demasiados préstamos dejan de crecer? ¿Van a entrar en un ciclo depresivo porque tienen que ajustar el consumo hacia abajo con fines de vivir dentro de sus posibilidades? ¿Es razonable o justo que las naciones en desarrollo financien a las naciones ricas abiertamente?

El papel del FMI debía ser el de guardián y voz de alerta para todos los países. Fue diseñado para este fin, pero perdió su rumbo y terminó concentrándose en los países emergentes en lugar de mirar a toda su circunscripción. Los Informes sobre la Estabilidad Financiera son un caso ilustrativo de lo que ellos no están observando. La crisis comenzó a desplegarse a partir de octubre de 2007 en EE.UU., pero la IEF miraba hacia otro lado. El primer programa de apoyo entre la Reserva Federal (FED) y el Banco Central Europeo se dio a finales de 2007 y el FMI se mantuvo en total silencio. No activó la alarma y, por tanto, no previno el despliegue de la crisis. Es cierto que ya no tiene la capacidad de hacerlo, cuando los derivados han alcanzado un monto doce veces el PIB mundial. Nadie puede evitar una grave crisis, a menos que todos estemos de acuerdo con nuevas reglas que prohíban que se utilicen algunos instrumentos financieros y que devuelvan a los bancos las reservas, renunciando a los fondos de alto riesgo.

En este contexto, entonces, con un importante papel de liderazgo por parte de Asia en la nueva arquitectura financiera internacional y un nuevo y mayor rol para América Latina y el Oriente Medio, Rusia y sus vecinos, en el mundo financiero y los asuntos económicos, parece extraño que el Sr. Brown pretenda conducir las discusiones sobre los cambios. Los deudores no están en condiciones de colocar las reglas de juego, como los países deudores ya lo aprendieron en la década de 1980.

Bien puede ser que necesitemos enterrar el modelo de exportación, a cambio de un modelo nuevo, al mismo tiempo que terminemos con las tasas flotantes. Pasamos por este mismo problema en los años 30 y se acordó entonces tener las tasas de cambio fijos y políticas de industrialización junto con políticas de bienestar. Este fue el contexto en el que se creó el sistema de Bretton Woods. Incorporó un aspecto fiscal y uno externo, bajo supervisión del entonces recién creado FMI. Pareciera que hoy en día el FMI no vuelve la mirada hacia las cuentas de los PRAE, o no se preocupa por ellos, o a los PRAE no les importa mucho la opinión del FMI. Todo ello debe terminar; debe ser tratado por todos los países miembros de la ONU, ya que ningún país debería estar fuera del alcance de la supervisión internacional y ningún préstamo nuevo debería destinarse a las economías en contracción y con exceso de préstamos, por desarrolladas que sean, a menos que reorganicen sus economías y logren poner orden financiero en sus países. En el Foro Social Mundial de Belem do Pará, este mes de enero, acordamos que esto significa mucho más que cambiar la gobernanza del FMI. Un nuevo orden mundial es posible. (Traducción del inglés: ALAI).

11
Mar

Pablo Dávalos: La democracia disciplinaria

Intro: La sospecha como hermenéutica

pablodavalosHay una aprensión con respecto a la democracia liberal, a los gobiernos latinoamericanos que se autodenominan de izquierda y socialistas, a los discursos que legitiman a esos gobiernos y a su praxis política. Una desconfianza que se ve avalizada y confirmada por la presencia de fenómenos que, en otras circunstancias, habríamos claramente inscrito en las coordenadas del neoliberalismo pero que ahora son más esquivos y ambiguos a la hora de las definiciones políticas. Una sospecha de que algo está ocurriendo con los sistemas políticos de la región cuando estos gobiernos no tienen problemas a la hora de ganar una elección o reelegirse de manera continua apelando a prácticas que en la era neoliberal ya eran reprochables. La duda se cierne cuando se trata de clasificar a actos políticos eminentemente represivos y autoritarios que forman parte de estos gobiernos que, empero, se sustentan en discursos de izquierda. Hay una especie de hilo conductor entre el derechista gobierno de Álvaro Uribe en Colombia, y los gobiernos supuestamente de izquierda (o de centro-izquierda) de Hugo Chávez en Venezuela, Lula en Brasil, Bachelet en Chile, Correa en Ecuador, Lugo en Paraguay, Vásquez en Uruguay, Ortega en Nicaragua y Kirchner en Argentina. De algún modo una misma trama los envuelve y les otorga un rasgo que los identifica y los hace comunes de manera independiente de su discurso político o de su necesidad de autoidentificación.

En efecto, más allá de las retóricas legitimantes de estos gobiernos existen realidades concretas que los adscriben y los hacen funcionales a las nuevas derivas de la acumulación del capital, del mismo modo a lo sucedido en las épocas del ajuste macrofiscal de los años ochenta, y en las épocas de la privatización del Estado por la vía de la reforma estructural del Banco Mundial en los años noventa, cuando los sistemas políticos de la región adecuaron sus discursos y su praxis para cubrir, justificar y permitir el modelo neoliberal, ahora independientemente de lo que ahora digan estos gobiernos, la privatización de los territorios avanza a una velocidad acelerada, los planes de integración multimodal no se han detenido, las condiciones de pobreza, explotación, discriminación y concentración del ingreso se han incrementado, la región sigue produciendo aquellos bienes y servicios que el sistema-mundo necesita y sigue inscrita en las desiguales e injustas relaciones centro-periferia. Por ello, cabría preguntarse: ¿Qué esconde este proceso de reconstitución de los sistemas políticos de la región que cambia la política pero que deja intacta la estructura económica del poder? Qué dinámicas políticas pueden desprenderse de estos nuevos gobiernos? ¿Son gobiernos de izquierda? ¿Son socialistas? ¿Qué significa “socialismo” para ellos? ¿Por qué pueden ganar con tanta facilidad una elección? ¿Qué sistema político se está configurando al abrigo de las retóricas socializantes e izquierdistas?

Ahora bien, es cierto que casi todos ellos han hecho un uso exhaustivo del Estado que en los años ochenta habría sido impensable, y eso es justamente lo que nos lleva a equívocos, porque creemos que algo de gasto fiscal en salud y educación, un mínimo de preocupación social en bienestar público, una política asistencialista basada en subsidios focalizados o una presencia de regulación del Estado sobre los mercados, representan una ruptura fundamental con el neoliberalismo.

Sin embargo, fue el mismo Banco Mundial a fines de los años noventa quien propuso la reconstrucción del Estado. Ha sido el Banco Mundial quien ha propuesto la focalización de subsidios para la población más pobre. Fue uno de los teóricos del cambio institucional del Banco Mundial, y premio Nobel de economía, quien ha sido uno de los críticos más radicales al FMI. Ha sido el Banco Mundial quien propuso los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM’s), al igual que los mecanismos de participación ciudadana y descentralización, que se han convertido en la brújula política de los gobiernos socialistas (y también no-socialistas) de la región. Entonces, ¿qué tipo de socialismo es éste que replica la prosa y las intenciones del Banco Mundial? ¿Qué tipo de izquierda es ésta que se siente tan cómoda en el libreto liberal de la política? ¿Por qué los movimientos sociales no pueden deconstruir y develar el verdadero rol político de estos gobiernos?

Se ha propuesto la definición del populismo para intentar si no comprenderlos, al menos clasificarlos, pero el populismo es una definición demasiado fácil que más bien encubre los procesos reales que caracterizan a estos gobiernos y da cuenta solamente de una forma de hacer gobierno pero no de la forma de ejercer el poder. Por ello, creo que habría que distanciarse de la categoría de populismo para comprenderlos. Puede ser que, a pesar de que la geografía política los ubique en los extremos, pero en las formas Uribe en Colombia, y Chávez en Venezuela sean muy parecidos, así como Correa en Ecuador, o Lula en Brasil, pero no es solamente el parecido en la forma lo que llama la atención sino el trasfondo que los identifica y los proyecta en la geopolítica de la acumulación del capital

La cuestión, por tanto, es comprender la textura política de esa trama que los ubica en un mismo proceso y bajo una misma dimensión. Esa cuestión de fondo, sin duda, hace referencia a la acumulación de capital y a las luchas de clases que le son inherentes, y que se inscriben en las nuevas dinámicas del sistema mundo ahora sumido en una de sus crisis más profundas. Independientemente de sus retóricas legitimantes, ninguno de esos gobiernos se ha constituido en un obstáculo a la acumulación del capital. Estos gobiernos, en consecuencia, no representan ninguna salida al capitalismo, ni siquiera una alternativa en la cual pueda pensarse a futuro, sino en la continuación de las relaciones centro-periferia del imperialismo. Pero esta explicación solamente es una heurística en la cual situar algunas hipótesis.

Primo: la taumaturgia del discurso liberal

En todos estos países latinoamericanos las disputas políticas intentan resolverse al interior de la institucionalidad vigente y son procesadas desde el discurso liberal. Los gobiernos de izquierda de la región retoman un entramado institucional que ha sido diseñado y puesto en marcha desde las lógicas de intervención del Banco Mundial. La institucionalidad que los gobiernos de izquierda han heredado es una institucionalidad construida desde el neoliberalismo.

Aquí se plantea una contradicción lógica de gobiernos que se dicen socialistas o que adscriben de alguna manera a las tesis de la izquierda política, pero que se dirimen, se estructuran, y a la larga definen la correlación de fuerzas en las luchas del poder al interior de las coordenadas del liberalismo y de sus instituciones. Es decir, es el liberalismo el que establece el marco general en el cual situar las respuestas antisistema y antiliberal de los discursos legitimantes de estos gobiernos, lo que por definición es un contrasentido, porque si el discurso es socialista y si con ese discurso se ganan las elecciones, lo menos que deberían hacer es construir una mínima institucionalidad política que de alguna manera se relacione con el proyecto socialista, algo que ningún gobierno que se dice socialista lo ha hecho hasta el momento.

Las Misiones de Venezuela, o el Bono de Desarrollo Humano en Ecuador, o la Bolsa Familiar en Brasil, entre varios ejemplos, no implican institucionalidad socialista sino asistencialismo puro y duro al mejor estilo del Banco Mundial. Por ello, al situarse el debate político al interior del liberalismo se produce una ruptura, de las tantas que son inherentes al liberalismo, entre el discurso del socialismo y la praxis del gobierno.

En otras palabras, son gobiernos que se dicen socialistas pero las decisiones que han tomado nada tienen que ver con un proyecto de izquierda o socialista. A nadie se le puede ocurrir calificar como un gobierno socialista a Lula, sin embargo se piensa como si el gobierno de Lula, o el de Chávez, o el de Correa, o el de Lugo, o el de Vásquez, de alguna manera sean de izquierda.

Se trata de una especie de razón esquizoide que no quiere verse en el espejo y que resiste el principio de realidad de comprenderse a sí misma sin necesidad de recurrir a su propio discurso legitimante. De ahí que el discurso de izquierda sea fundamental para construir la legitimidad electoral de estos gobiernos pero que sea inconveniente a la hora de tomar decisiones. En Brasil, o en Venezuela, o en Ecuador, o en Nicaragua, esta apelación a la izquierda se ha revelado como un excelente dispositivo ideológico para desarmar las resistencias y las luchas sociales. En el caso de que los movimientos sociales critiquen a los gobiernos que se dicen de izquierda, automáticamente esta crítica es puesta fuera del debate y acusada de hacerle el juego a la derecha. El espacio de la crítica social se ha cerrado y todo gracias a la taumaturgia de la utilización de un discurso político que tenía pretensiones emancipatorias y que ahora solamente es parte de un dispositivo del poder.

Secondo: el sistema político liberal y el simulacro del poder

Al inscribirse en la matriz del liberalismo, los conflictos sociales, vale decir la lucha de clases, se convierten en conflictos que pueden procesarse desde el sistema político liberal. Se trata de la institucionalización de toda la conflictividad social al interior de la lógica del poder. De ahí que las organizaciones sociales ahora tengan que, necesariamente, pasar por las aduanas del sistema político para validar desde sus reclamos más puntuales hasta su proyecto histórico. Si se quiere cambiar al sistema habrá que primero pedirle su permiso y consentimiento. Llevar toda la energía social e histórica al sistema político liberal equivale a fagocitarla en la episteme y en la praxis del poder. De lo que se trataría ahora, para una organización social que tiene un proyecto histórico, no es cambiar al mundo sino ganar una elección. Y las elecciones se ganan con votos no con organización, menos aún con un proyecto político que se pretende alternativo al sistema.

Para conquistar votos es necesario suscribir toda una parafernalia tecnológica de manipulación social en la cual los partidos políticos se convierten en maquinarias electorales que se activan en elecciones y que se desactivan al instante de ganar o perder una elección. Curiosa paradoja de los movimientos sociales y organizaciones políticas antisistema y que se decían de izquierda y que ahora suscriben, apoyan y forman parte de los gobiernos de izquierda, la de actuar en función de la sístole y diástole del sistema político liberal. Una paradoja que a la larga termina domesticando a esos partidos antisistema y de izquierda y haciéndoles creer que el mundo puede ser cambiado desde las elecciones y que un poco de gasto social en salud y en educación bien valen una revolución ciudadana.

Tertio: el reality como real politik

La domesticación a las organizaciones sociales de izquierda y a los movimientos políticos de izquierda, pasa por un tamiz que criba la ideología y que deja aparte todos los elementos que puedan permitir una deconstrucción crítica del sistema. Esta criba ideológica corresponde a un momento de control disciplinario no solo a los cuerpos dóciles del sistema sino también a sus subjetividades.

El capitalismo, y eso lo sabemos desde Marx y su crítica a la reificación pasando por la Escuela de Frankfurt, el concepto de hegemonía de Gramsci y aquel del biopoder de Foucault, ha logrado desarrollar una tecnología de control social a las subjetividades individuales que se convierte en la mejor garantía de su poder y dominación. Quizá el culmen de esta tecnología está en la neuroeconomía y en los complejos modelos matemáticos que tratan de describir el comportamiento cerebral ante la información emitida por los mercados, pero esa es otra discusión. Todos los días el sistema secreta ideología y la convierte en la ideología dominante (era Marx quien decía, precisamente, que la ideología dominante de una época era la ideología de la clase dominante).

Uno de los elementos claves está en la conversión de lo real como espectáculo, un proceso que fue ya analizado y denunciado por Guy Debord y por toda la crítica al capitalismo como sociedad del espectáculo que hicieron los letristas y los situacionistas. Lo real se convierte en el simulacro de sí mismo por la intermediación del espectáculo, tal como lo analiza el filósofo francés Jean Baudrillard. En ese espectáculo, la política adquiere la consistencia del reality show. Pero la mirada que observa ese reality, es una mirada trabajada desde el poder. Es una mirada que mira pero que no ve. No puede ni entrever ni comprender el denso entramado de relaciones de poder que conducen, estructuran, definen y controlan aquello que mira. Solamente ve lo real como una multiplicidad compleja de varios elementos que apenas entrevistos se le escapan.

En ese mundo no hay espacio para la racionalidad, para la especulación teórica, para el razonamiento crítico, para el debate de posiciones. No hay el más mínimo resquicio para la comprensión. En ese mundo de imágenes que se repiten a velocidades increíbles la única relación con el mundo, con esa realidad, es a través de lo que se siente no de lo que se comprende. El mundo está hecho para ser sentido no para ser comprendido. La realidad que el capitalismo genera es una realidad fractal en el sentido en el que los elementos que la constituyen se fragmentan ad infinitum e impiden una comprensión de la totalidad. Solo queda ese resto de la realidad que el poder lo presenta como espectáculo y que a su vez se representa como show, como reality, como aquello que aparentemente se entiende pero que en realidad se suscribe sin comprender. La política convertida en show, en reality, en espectáculo, es la garantía del poder.

Ahora bien, estas reflexiones han sido realizadas desde varias dimensiones y corresponden a un pensamiento crítico de larga data en la izquierda; sin embargo, ahora constituyen el ser político de los partidos que se dicen de izquierda y que forman parte de algunos gobiernos de la región. Es una izquierda que arrió las banderas de la crítica en beneficio de la real politik, que no tiene escrúpulo alguno en convertir a la política, en especial a su política de izquierda y de transformación, en parte del show, del reality, del espectáculo. Una izquierda que conoce bastante bien lo que significa la reificación, pero que ahora apuesta a ella para sostenerse en el poder.

Por ello, al aceptar el hecho de que la política se define desde el liberalismo y que es necesario entrar a la disputa política desde la arena electoral, se acepta la conversión de la política como espectáculo y, lo que es más paradójico, se hace todo lo posible para formar parte de ese espectáculo porque las elecciones se ganan con votos, y los votantes se identifican con una opción política no por su proyecto sino por su adscripción afectiva. La política electoral juega a las imágenes no a los contenidos. La realidad es una imagen del mundo del espectáculo, y éste es la tramoya creada desde el poder. La política se convierte en imagen pura, en iconografía, en sentimiento, en afectividad. No hay espacio para la reflexión, para el pensamiento, para la crítica, para el debate, vale decir, para la política.

La izquierda, por consiguiente, tiene que capturar esos votos y tiene que jugar las reglas de juego del sistema, manipulando, mintiendo, falsificando y contribuyendo a reforzar esos mecanismos de control social sobre las subjetividades. En otras palabras, al momento de entrar en el escenario electoral, la izquierda no tiene otra opción que utilizar los mismos mecanismos de biopoder que manejan y controlan las subjetividades sociales, y que han sido desarrollados y desplegados desde el poder. La izquierda, quizá a su pesar, se convierte en cómplice del poder.

Ahora bien, es cierto que lo electoral está inscrito en esas coordenadas del liberalismo y, en definitiva, qué se le va hacer si el fin justifica los medios y de lo que se trata es de ganar una elección, pero la izquierda que ha ganado esas elecciones en América Latina y que ejerce el poder y que se legitima desde un discurso que de alguna manera se relaciona con el socialismo, ha convertido a este mecanismo en un fin en sí mismo. Ha hecho del espectáculo su razón de ser y prolonga al infinito los recursos mediáticos de la ideología para conservar el poder. La izquierda que está en los gobiernos de la región se ha convertido en una parodia de sí misma. No se diferencia en nada de sus homólogos de la derecha, porque una vez en el poder utiliza estos mecanismos de control social para garantizar su permanencia en el poder, para comprar adhesiones electorales y popularidad.

Ha convertido un mecanismo que pudo haber tenido su legitimidad al momento de disputar el poder en un leit motiv de su propio poder. Es una izquierda que tiene que destruir a las organizaciones sociales a través de la cooptación a las dinámicas del Estado, que tiene que controlar los discursos sociales para evitar las disidencias y disensos, que tiene que subyugar la energía política social utilizando los mecanismos electorales no como una opción de disputa de poder sino como un ejercicio permanente y cotidiano de ejercicio del poder. Se ha revelado la mejor alumna de manipulación de masas que harían palidecer de envidia a los expertos del Instituto Tavistock, a no ser que estos mismos tecnócratas formen parte de estos gobiernos de izquierda.

En otras palabras, la izquierda, o más bien aquellas formaciones políticas que para legitimarse se reclaman como parte de la izquierda, juegan a la ideología y consolidan el control biopolítico del poder, porque son una apuesta del poder, porque representan al poder. No han roto con esos mecanismos disciplinarios a las subjetividades y que relevan de la biopolítica y que se expresan en el espectáculo, sino que los consolidan y los llevan a un nivel de mayor extensión y complejidad. Ahora utilizan la parafernalia electoral que controla y vende una imagen de política en el entramado del espectáculo, como una condición de posibilidad de su propio poder. No es una izquierda deliberativa, emancipadora, crítica y abierta, sino una opción de poder que ha llevado los contenidos del control biopolítico como táctica recurrente de su propio poder. Esa izquierda se ha convertido a sí misma, y al proyecto histórico del socialismo, en un espectáculo. El socialismo de ahora es parte de la tramoya del poder en la que el simulacro de su discurso lo presenta como un decorado más del show de la política. Es un socialismo políticamente correcto y domesticado en las dimensiones del espectáculo.

Tetra: La democracia como dispositivo del poder

Los supuestos anteriores tienen un rol de premisas: el objetivo de las izquierdas en el poder es disciplinar las luchas, resistencias y propuestas alternativas al interior de la democracia liberal. No hay otro espacio posible a nivel histórico que aquel de la democracia liberal: el horizonte de posibles sociales se ha cerrado, Fukuyama tenía razón: la historia tiene su fin en la democracia liberal y la izquierda que está en el poder en varios países latinoamericanos lo demuestra. Ahora bien, esto no significa en absoluto que se desprecie a la democracia, sino que es necesario comprender que alrededor de esta categoría política de la democracia se ha creado un verdadero fetiche que tiene como objetivo impedir un debate que abra la democracia hacia nuevas posibilidades libertarias, críticas y emancipatorias.

La democracia existente está constreñida a las fronteras establecidas desde el liberalismo, y el liberalismo, dígase lo que se diga, siempre será un discurso de poder. En ese sentido, pienso que la democracia se convierte en una especie de dispositivo en los términos dados por Foucault[1]. Si nos atenemos a lo descrito por Michel Foucault (y ponemos provisionalmente entre paréntesis aquello desarrollado por Agamben y otros teóricos sobre el dispositivo, que implica al momento un profundo y denso debate), podemos pensar que la democracia cumple las funciones establecidas como dispositivo desde el poder, en primer lugar porque:

1) permite la construcción de discursos, instituciones y prácticas legitimantes del poder, que se constituyen en una red de sentido y significación que encuentran su racionalidad y su legalidad justamente en la democracia liberal;

2) porque es el vínculo que une prácticas de dominación, control, y vigilancia. La democracia liberal es el mecanismo sobre el cual pueden engranarse discursos, instituciones, prácticas, que pueden mutar y transformarse continuamente adoptando, como un Proteo incesante, los rostros del espejo de la realidad, a fin de enmascarar los recursos de poder; y,

3) permite la administración y control estratégico tanto de los disensos cuanto de los consensos.

La democracia liberal es, en consecuencia, uno de los dispositivos más eficaces del poder. La democracia liberal disciplina el comportamiento político de todos los sectores sociales bajo los formatos establecidos por la burguesía. Crea la ilusión de la disputa por el poder y de la alternabilidad y, en consecuencia, neutraliza cualquier opción alternativa. Domestica a las organizaciones sociales más recalcitrantes y a los intelectuales más críticos, y los hace aparecer como reaccionarios y antidemocráticos enajenándoles cualquier espacio político. Por ello, es conveniente asumir que la posición de la burguesía con respecto a la democracia sea sumamente estratégica y releva de esa pragmática del poder.

La burguesía no va a apostar los recursos ni las prerrogativas de su poder en la ruleta de la democracia liberal, todo lo contrario, los va a sujetar de tal manera que siempre consoliden su poder. La democracia liberal tiene los dados cargados. De ahí que la política cuando se sitúa en el contexto de la democracia liberal como un dispositivo, adquiere también la consistencia estratégica de ésta. La política, en definitiva, administra el poder pero desde un solo lado de la balanza. Por ello pienso que si los gobiernos de izquierda en la región hubiesen significado un mínimo peligro para el poder de la burguesía, quizá habríamos hablado de algo que pudo haber sido y no fue, como en el caso de Salvador Allende y el gobierno de la Unidad Popular en Chile. Para la Unidad Popular chilena se trataba de abrir otra vía al socialismo, es decir, de abrir el espacio de posibles históricos. La burguesía no perdonaría jamás esta aventura que ponía en riesgo su poder. La experiencia de la Unidad Popular chilena demuestra en toda su extensión el carácter de dispositivo de poder que tiene la democracia liberal.

Ahora bien, lo que se ha expresado en realidad recoge y redunda en los términos de algo que hace algunas décadas lo dijo también Agustín Cueva a propósito de lo que él calificaba como las democracias restringidas de América Latina[2]. En ese debate de Cueva con Weffort, Laclau, Lechner, Aricó, entre otros, subyace la intención de criticar y cuestionar esa reificación a la democracia y que Cueva denuncia porque la democracia no es un cascarón vacío sino que replica los contenidos del poder. Se trata de un debate que ahora tiene plena vigencia y actualidad porque es necesario comprender los horizontes históricos que están delineando gobiernos de izquierda que, paradójicamente, se parecen mucho a los diseños del poder. Quisiera, en consecuencia, añadir a la desconfianza de Cueva con estos discursos legitimadores del poder, y desmovilizadores de las resistencias y que constan en la reificación del discurso de la democracia y su constitución en un dispositivo de poder, el hecho de que la democracia liberal, en realidad, se constituye en una experiencia disciplinaria de la política, de la praxis liberadora y de las subjetividades críticas y cuestionadoras al sistema.

Penta: “las blandas fibras del cerebro” o la biopolítica

La democracia liberal es un dispositivo del poder para disciplinar, ordenar y controlar. La democracia liberal es indisociable de la manipulación de los individuos que se convierten en electores de la misma manera que en el mercado se convierten en consumidores. La libertad de elección del consumidor y del votante es una falacia del poder, y eso lo saben bastante bien los expertos en publicidad, mercadeo y control de la subjetividad. Ellos saben que las subjetividades del consumidor o del votante son arcilla dócil en la cual se pueden inscribir las signaturas del poder sin las menores resistencias, críticas ni cuestionamientos[3].

Ellos saben que vender un candidato en momentos electorales es un asunto de marcas, y en el mundo de las marcas la publicidad impone sus condiciones, y la publicidad es otro de los nombres del control de las subjetividades, de esas fibras blandas del cerebro de las que hablaba Servan, vale decir, de la biopolítica.

Pasar el umbral de la democracia como frontera de disputa política con la burguesía, como fue la experiencia de la Unidad Popular en Chile, y en la que aún era posible cambiar al mundo, hacia la democracia disciplinaria[4], como mecanismo de control, sumisión y prerrogativa del poder, indica uno de los fenómenos políticos más importantes en la transición del neoliberalismo al pos-neoliberalismo. No hay que olvidar que toda la estrategia del ajuste macrofiscal del FMI y la privatización del Estado llevada adelante por el Banco Mundial, se sustentaron en sistemas políticos democráticos y representativos.

La democracia del ajuste y de la reforma estructural tenía un tempo que se sostenía en función del control de la lucha de clases. El discurso de la gobernabilidad de la Comisión Trilateral trataba de extender ese tempo dando vida artificial a los gobiernos que habían suscrito la terapia de shock del FMI y que se agotaban a semanas de haber ganado las elecciones, de ahí la necesidad de otorgar gobernabilidad al sistema político de tal manera que pueda resistir la presión social al ajuste del FMI. De ahí la preferencia por sistemas presidencialistas.

Luego de dos décadas de ajuste macrofiscal y de privatización del Estado, el sistema político que garantizó el cumplimiento de las tareas del Consenso de Washington finalmente se derrumbó como un castillo de naipes. La estrategia de la gobernabilidad no alcanzó para proteger a ese sistema político. Pero el sistema político que le ha tomado la posta y que se está consolidando en la región se ha revelado más funcional y eficiente con la acumulación del capital y la disciplinarización de la lucha de clases. Ese sistema político convierte a la democracia en un dispositivo de poder y asume los contenidos del control disciplinario. Luego de dos décadas de intervención sobre el Estado y la sociedad realizados por el Banco Mundial y por las ONG’s de la cooperación al desarrollo, el sistema político que emerge luego del fracaso de la gobernabilidad es más disciplinario y represivo.

La democracia disciplinaria

La democracia disciplinaria es el final del camino de la democracia de la gobernabilidad y de la privatización del Estado. Es una democracia que utiliza la representación y los sistemas electorales como dispositivos del poder. Una democracia que cierra los espacios deliberativos, consensuales y críticos. Que absorbe la energía social y la lleva al agujero negro de su propio poder. Que se sustenta en una ciudadanía dócil, sumisa, disciplinada, temerosa y frágil. Que fragmenta las solidaridades sociales y las estructuras organizativas para convertirlas en un momento de su propia dinámica. Que convierte a la práctica de gobierno en razón de Estado y al partido de gobierno en partido de Estado. La democracia disciplinaria es una democracia panóptica en el sentido de que necesita vigilar, ordenar, sujetar y controlar.

Aquello que vincula el poder disciplinario con la democracia como dispositivo del poder es la biopolítica entendida como la condición de posibilidad que el poder ha generado para intervenir de manera permanente sobre las subjetividades individuales y sociales. La democracia disciplinaria une el poder disciplinario que se ejerce sobre el control de las subjetividades y en la cual las personas se convierten en consumidores o votantes cuyas percepciones sobre la realidad son trabajadas por expertos en mercadeo y publicidad, con la noción de la democracia como dispositivo del poder que permite la legitimidad de los discursos, las instituciones y las prácticas represivas del poder. La democracia disciplinaria acude, casi por definición, a mecanismos panópticos de control y vigilancia, de ahí la consolidación y la extensión de las formas de criminalización, persecución y violencia social generadas desde el Estado y el partido de gobierno.

La democracia disciplinaria lleva la energía política al ámbito del espectáculo, y diseña una trama de control específico y exhaustivo a nivel territorial y de población. En la democracia disciplinaria, los tecnócratas de la biopolítica (como los publicistas, o los consultores políticos electorales), levantan información al nivel más preciso para conocer todos los aspectos relacionados con una población determinada a fin de influir sobre sus comportamientos. Para ello acuden a los mismos mecanismos (y a veces a las mismas organizaciones y empresas), de las corporaciones privadas que tienen un control panóptico sobre poblaciones enteras a nombre de los estudios de mercado y de la demanda de consumidor. La democracia disciplinaria convierte al votante en consumidor político en un contexto de monopolios políticos. La democracia disciplinaria crea ilusiones y simulacros, al tiempo que cierra el espacio de posibles históricos a las alternativas.

Quizá por ello, Chávez, Correa, Uribe, Lula, Kirchner, Calderón, inter alia, se hayan convertido en Marcas de publicidad y no en procesos históricos y sociales. Nombres con los que es relativamente fácil ganar una elección porque se han convertido en estrategias de control, monitoreo y mercadeo electoral. Mas, no son solamente nombres, en realidad son marcas del poder. Marcas hechas a la medida exacta del poder en tiempos pos-neoliberales. Marcas que permiten la reconstitución de la dominación y la entrada de toda América Latina hacia el pos-neoliberalismo. Marcas en las que incluso las retóricas se repiten (la “Pasión por México” de Calderón, se convierte en la “Pasión por la Patria ” de Correa). Detrás de estas marcas están pueblos arrasados por las nuevas lógicas del capital que presiona ahora por petróleo, biocombustibles, transgénicos, agua, biodiversidad, servicios ambientales, ejes multimodales. Detrás de esas marcas están líderes sociales criminalizados y perseguidos por “terroristas”, están pueblos empobrecidos, solidaridades devastadas, regiones enteras contaminadas, pueblos ancestrales extinguidos. Estas marcas publicitarias encubren una nueva dinámica de disciplinarización social y de control de subjetividades que relevan de la biopolítica.

La democracia disciplinaria hace que los gobiernos, sean de izquierda o de derecha, abran un espacio de elecciones permanentes y ponen al Estado en función de esos intereses electorales. Para los Presidentes-espectáculo de la democracia disciplinaria no es ningún problema ganar una elección o una re-elección, ni tampoco tienen problemas de credibilidad y aceptación, porque siempre están en elecciones, porque todos los días están comprando adhesiones y popularidad, porque todos sus actos están previamente medidos en el baremo de los votantes. Porque han puesto al Estado, a las instituciones públicas y a las políticas públicas en función de su propio nombre, de su propia marca.

La democracia disciplinaria realiza algo que fue una utopía en la década de los noventa y que el Banco Mundial no pudo conseguir: la gobernabilidad absoluta del sistema político. La democracia disciplinaria es la continuación de las preocupaciones por la gobernabilidad del sistema político de los años ochenta y noventa, y que tuvo en el Banco Mundial y en la USAID sus principales agencias. Es la consolidación de la gobernabilidad en un proceso que cierra el sistema político a toda oposición tanto de izquierda cuanto de derecha. La democracia disciplinaria y la gobernabilidad comparten la misma estrategia de provocar el temor social y utilizar estratégicamente el miedo como factor político que permite administrar los consensos y los disensos. La democracia disciplinaria es el final del camino de la gobernabilidad, en el sentido en el que la entendía tanto la Comisión Trilateral , cuanto la ideología del orden de Carl Schmitt.

La democracia disciplinaria es fundamental a la hora de privatizar los territorios y privatizar la soberanía del Estado. Los acuerdos de libre comercio que ceden la soberanía del Estado-nación, la gobernanza de los recursos naturales que abren el camino para su privatización, las estrategias de descentralización y autonomías que debilitan al Estado-nación y lo convierten en un cascarón vacío de soberanía contractual pero al mismo tiempo fortalecen el monopolio de la violencia legítima en contra de las poblaciones que resisten la privatización territorial, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM’s) del Banco Mundial y los procesos de participación ciudadana y “democracia directa”, todos estos fenómenos necesitan ser procesados políticamente por ciudadanías dóciles, obedientes y temerosas, y para ello se revela fundamental el poder disciplinario que genera la biopolítica, y la capacidad desmovilizadora que implica la democracia desprovista de todo contenido emancipatorio y liberador.

Chávez en Venezuela, Correa en Ecuador, Uribe en Colombia, Lula en Brasil, Vásquez en Uruguay, Bachelet en Chile, entre otros, de una u otra manera, son Presidentes-espectáculo. Son el producto y el resultado de una dinámica de la acumulación del capital y de la lucha de clases, en las que las nuevas formas de control y disciplinamiento social pasan por las aduanas de una democracia hecha para que todo se mueva y nada cambie.

*Pablo Dávalos. Economista ecuatoriano, catedrático de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y miembro del Foro Social Mundial Alternativas – Capitulo Ecuador.


[1] “Aquello que he ensayado de ubicar bajo este nombre (el dispositivo, P.D.) es, en primer lugar, un conjunto resueltamente heterogéneo que implica discursos, instituciones, arreglos arquitectónicos, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas, en definitiva, tanto de lo que se dice cuanto de lo que se calla … El dispositivo es la red en la cual pueden establecerse todos estos elementos.” “En segundo lugar, aquello que quisiera identificar en el dispositivo es justamente la naturaleza del vínculo que puede existir entre todos estos elementos heterogéneos. De esta manera, tal discurso puede aparecer tanto como un programa de una institución, cuanto un elemento que permite justificar y ocultar una práctica … o funcionar como una segunda reinterpretación de esta práctica, darle acceso a un campo nuevo de racionalidad. Breve, entre estos elementos, discursivos o no, hay como un juego de cambios de posición, de modificación de funciones que pueden, ellos también, ser muy diferentes”. “En tercer lugar, por dispositivo, entiendo una suerte –puede decirse- de formación que en un momento histórico determinado ha tenido por función mayor de responder a una urgencia. El dispositivo, entonces, tiene una función estratégica dominante”.

Foucault, Michel, Dits et Ecrits (traducción propia).

“Ce que j’essaie de repérer sous ce nom (el dispositivo), c’est, premièrement, un ensemble résolument hétérogène, comportant des discours, des institutions, des aménagements architecturaux, des décisions réglamentaires, des lois, des mesures administratives, des énoncés scientifiques, des propositions philosophiques, morales, philantropiques, bref: du dit, aussi bien que du no-dit … Le dispositif lui-même, c’est le réseau qu’on peut établir entre ces éléments.”

“Deuxièment, ce que je voudrais repérer dans le dispositive, c’est justement la nature du lien qui peut exister entre ces elements hétérogènes. Ainsi, tel discours peut apparaître tantôt comme programme d’une institution, tantôt au contraire comme un élément qui permet de justifier et de masquer une pratique ... ou fonctionner comme réinterpretation seconde de cette pratique, lui donner accés à un champ nouveau de rationalité. Bref, entre ces éléments, discursifs ou non, il y a comme un jeu des changements de position, des modifications de fonctions, qui peuvent, eux aussi, être très diférents.”

“Troisièment, par dispositif, j’entends une sorte –disons- de formation qui, à un momento historique donné, a eu pour fonction majeure de répondre à une urgence. Le dispositif a donc une fonction stratégique dominante.” Foucault, Michel, Dits et Écrits, Vol III, pp 299.

[2] Escribe Agustín Cueva a propósito de la democracia liberal: “Dudo, por ejemplo, que el poder se construya a través del voto, no solo por razones abstractas que hoy no me propongo exponer, sino por la buena razón empírica de jamás he visto ni he oído hablar de ningún lugar del planeta en donde asuntos tan decisivos como los que a continuación voy a señalar hayan sido sometidos a votación: a) la cuestión del sistema de propiedad; b) la estructura del aparato militar; c) la constitución de las relaciones que la CEPAL denomina “centro-periferia” (para no hablar directamente de imperialismo).” Cueva, Agustín: Las democracias restringidas de América latina. Elementos para una reflexión crítica. Planeta, Letraviva, 1988, Ecuador, pp. 19. cursivas en el original.

[3] “Sobre las blandas fibras del cerebro se asienta la base inquebrantable de los más firmes imperios”, decía Antoine Servan, en una cita de Foucault: “El poder psiquiátrico”, FCE, México, 2007, pp. 16

[4] Democracia disciplinaria porque utiliza un poder disciplinario, sobre esto último: “… el poder disciplinario es un poder discreto, repartido; es un poder que funciona en red y cuya visibilidad solo radica en la docilidad y la sumisión de aquellos sobre quienes se ejerce en silencio.” Foucault, Michel: El poder psiquiátrico, ob. cit., pp. 39

3
Mar

Jorge Beinstein: Señales de implosión

ALAI AMLATINA, 03/03/2009, Buenos Aires.- Septiembre de 2008 marcó un punto de inflexión en el proceso recesivo que se venía desarrollando en los Estados Unidos a lo largo de ese año: estalló el sistema financiero y la recesión comenzó a extenderse rápidamente a nivel planetario al tiempo que se evidenciaban síntomas muy claros de tránsito global hacia la depresión cuya llegada comenzó a ser admitida desde comienzos de 2009.

Ahora asistimos a un encadenamiento internacional de derrumbes productivos y financieros acompañado por una mezcla de pesimismo e impotencia en el más alto nivel de las élites dirigentes ante la probable transformación de la ola depresiva en colapso general.

soros1La declaraciones de George Soros y Paul Volcker en la Universidad de Columbia el 21 de febrero de 2009 marcaron una ruptura radical (1), muy superior de la que estableció hace dos años Alan Greenspan cuando anunció la posibilidad de que los Estados Unidos entre en recesión. Volcker admitió que esta crisis es muy superior a la de 1929, eso significa que la misma carece de referencias en la historia del capitalismo, la desaparición de paralelismos respecto de crisis anteriores es también (principalmente) la de los remedios conocidos. Porque 1929 y la depresión que le siguió están asociados a la utilización exitosa de los instrumentos keynesianos, a la intervención masiva del Estado como salvador supremo del capitalismo y lo que estamos presenciando es la más completa ineficacia de los estados de los países centrales para superar la crisis. En realidad la avalancha de dinero que arrojan sobre los mercados auxiliando a los bancos y a algunas empresas transnacionales no solo no frena el desastre en curso sino que además está creando las condiciones para futuras catástrofes inflacionarias, próximas burbujas especulativas.

¿Implosión capitalista?

Por su parte Soros confirmó lo que era evidente: el sistema financiero mundial se ha desintegrado, a lo que agregó el descubrimiento de similitudes entre la situación actual y la vivida durante el derrumbe de la Unión Soviética. ¿Cuales son esos paralelismos? Como sabemos, el sistema soviético comenzó a desmoronarse hacia fines de los años 1980 para finalmente implotar en 1991, el fenómeno ha sido por lo general atribuido a la degradación de su estructura burocrática haciéndolo en principio intransferible al capitalismo que alberga una vasta burocracia aunque no hegemónica como lo fue en el caso soviético. Existe un proceso, una enfermedad que no es el patrimonio exclusivo de los regímenes burocráticos, se ha desarrollado en el capitalismo al igual que en civilizaciones anteriores a la modernidad: se trata de la hipertrofia parasitaria, del predominio aplastante de formas sociales parasitarias que depredan a las fuerzas productivas hasta un punto tal en que el conjunto del sistema queda paralizado, no puede reproducirse más y finalmente muere ahogado por su propia podredumbre. A lo largo del siglo XX el capitalismo impulsó estructuras parasitarias como el militarismo y sobre todo las deformaciones financieras que marcaron su cultura, su desarrollo tecnológico, sus sistemas de poder. Las tres últimas décadas presenciaron la aceleración del proceso adornado con el discurso de la reconversión neoliberal, del reinado absoluto del marcado, tal vez su punto más alto fue alcanzado durante el último lustro del siglo XX, en plena expansión de las burbujas bursátiles y cuando el poder militar de los Estados Unidos aparentaba ser imbatible.

nyssPero en la primera década del siglo XXI comenzó el desmoronamiento del sistema, el Imperio se empantanó en dos guerras coloniales, su economía se degradó velozmente y burbujas financieras de todo tipo (inmobiliarias, comerciales, de endeudamiento, etc.) poblaron el planeta. El capitalismo financierizado había entrado en una fase de expansión vertiginosa aplastando con su peso a todas las formas económicas y políticas, en 2008 los estados centrales (el G7) disponían de recursos fiscales por unos 10 billones (millones de millones) de dólares contra 600 billones de dólares en productos financieros derivados registrados por el Banco de Basilea a lo que es necesario agregar otros negocios financieros, según algunos expertos la masa especulativa global supera actualmente los mil billones de dólares (cerca de 20 veces el producto Bruto Mundial).

Esa montaña financiera no es una realidad separada, independiente de la llamada economía real o productiva, fue engendrada por la dinámica del conjunto del sistema capitalista: por las necesidades de rentabilidad de las empresas transnacionales, por las necesidades de financiamiento de los estados. No es una red de especuladores autistas lanzados a una suerte de autodesarrollo suicida sino la expresión radicalmente irracional de una civilización en decadencia (tanto a nivel productivo como político, cultural, ambiental, energético, etc.). Desde hace más de cuatro décadas el capitalismo global con eje en los países centrales soporta una crisis crónica de sobreproducción, acumulando sobrecapacidad productiva ante una demanda global que crecía pero cada vez menos, la droga financiera fue su tabla de salvación mejorando beneficios e impulsando el consumo en los países ricos, aunque a largo plazo envenenó por completo al sistema.

Se ha puesto de moda achacarle la crisis a los llamados especuladores financieros y según nos explican altos dirigentes políticos y expertos mediáticos las turbulencias llegarán a su fin cuando la “economía real” imponga su cultura productiva sometiendo a las reglas del buen capitalismo a las redes financieras hoy fuera de control. Sin embargo a mediados de la década actual en los Estados Unidos más del 40 % de los beneficios de las grandes corporaciones provenía de los negocios financieros (2), en Europa la situación era similar, en China en el momento de mayor auge especulativo (fines de 2007) solo la burbuja bursátil movía fondos casi equivalentes al Producto Bruto Interno de ese país (3) alimentada por empresarios privados y públicos, burócratas encumbrados, profesionales, etc. No se trata por consiguiente de dos actividades, una real y otra financiera, claramente diferenciadas sino de un solo conjunto heterogéneo, real de negocios. Es ese conjunto el que ahora se está desinflando velozmente, implotando luego de haber llegado a su máximo nivel de expansión posible en las condiciones históricas concretas del mundo actual. Bajo la apariencia impuesta por los medios globales de comunicación de una implosión financiera afectando negativamente al conjunto de las actividades económicas (algo así como una lluvia toxica atacando las verdes praderas) aparece la realidad del sistema económico global como totalidad contrayéndose de manera caótica.

Señales

Las declaraciones de Soros y Volcker fueron realizadas unos pocos días antes de que el gobierno norteamericano diera a conocer la cifras oficiales definitivas de la caída del Producto Bruto Interno en el último trimestre de 2008 con respecto a igual período de 2007: la primera estimación oficial que había fijado dicha caída en un 3,8 % resultó ser una burda mentira, ahora resulta que la contracción había llegado al 6,2% (4), eso ya no es recesión sino depresión. Japón por su parte tuvo para el mismo período un descenso en su PBI del orden del 12 %, en enero de 2009 sus exportaciones cayeron 45 % en comparación con igual mes del año anterior (5), en Europa la situación es similar o tal vez peor, luego del derrumbe financiero de Islandia la amenaza de bancarrota económica en varios países de Europa del Este como Polonia, Hungría, Ucrania, Letonia, Lituania, etc., amenaza a su vez de manera directa a las bancas acreedoras suiza y austríaca que podrían hundirse como la de Islandia. Mientras tanto los grandes países industriales de la región como Alemania, Inglaterra o Francia van pasando de la recesión a la depresión. Los pronósticos sobre China anuncian para 2009 una reducción de su tasa de crecimiento a la mitad respecto de 2008, sus exportaciones de enero han sido 17,5 % inferiores de las de enero del año anterior (6), este brusco deterioro del centro vital de su sistema económico no tiene perspectivas de recuperación mientras dure la depresión global por lo que su ritmo de crecimiento general seguirá descendiendo.

Que Soros y Volcker abran la expectativa de un colapso del sistema económico mundial no significa que el mismo se produzca de manera inevitable, después de todo una de las principales características de una decadencia civilizatoria como la que estamos presenciando es la existencia de una profunda crisis de percepción en las elites dominantes, sin embargo la acumulación de datos económicos negativos y su proyección realista para los próximos meses nos están señalando que la gran catástrofe anunciada por ellos tiene muy altas probabilidades de realización. A ese desenlace contribuyen la impotencia comprobada de los supuestos “factores de control” del sistema (gobiernos, bancos centrales, FMI, etc.) y la rigidez política del Imperio, por ejemplo ampliando la guerra en Afganistán preservando así el poder del Complejo Industrial Militar, gigante parasitario cuyos gastos reales actuales (aproximadamente algo más de un billón de dólares) equivale al 80 % del déficit fiscal de los Estados Unidos.

A estos síntomas económicos y políticos debemos agregar la crisis energética y la alimentaria derivada de ella que seguramente volverán a manifestarse apenas se detenga el proceso deflacionario (y tal vez antes), todo eso bajo un contexto de crisis ambiental que ha pasado a ser un factor actual de crisis (ya no es más una amenaza casi intangible localizada en un futuro lejano). Y detrás de esas crisis parciales encontramos la presencia de la crisis del sistema tecnológico moderno incapaz de superar, en tanto componente motriz de la civilización burguesa, los bloqueos energéticos y ambientales creados por su desarrollo depredador.

Desintegración, implosión y desacople

La desintegración-implosión del sistema global no significa su transformación en un conjunto de subsistemas capitalistas o bloques regionales con relaciones más o menos fuertes entre ellos, algunos prósperos, otros declinantes (la unipolaridad estadounidense convirtiéndose en multipolaridad, “desacople” ordenado en torno de nuevos o viejos polos capitalistas). La economía mundial está altamente transnacionalizada, conforma una densa maraña de negocios productivos, comerciales y financieros que penetra profundamente en las llamadas “estructuras nacionales”, inversiones y dependencias comerciales las atan de manera directa o indirecta a los núcleos decisivos del sistema global.

En términos generales para un país o una región la ruptura de sus lazos globales o su debilitamiento significativo implica una enorme ruptura interna, la desaparición de sectores económicos decisivos con las consecuencias sociales y políticas que de ello se derivan. Además el sistema global estaba hasta ahora organizado de manera jerárquica tanto en su aspecto económico como político-militar (unipolaridad) resultado del fin de la Guerra Fría y de la transformación de los Estados Unidos en el amo del planeta. No solo en el espacio de concentración de las decisiones comerciales y financieras (eso ya ocurría desde hace más de seis décadas) sino también de las grandes decisiones políticas.

El hundimiento del centro del mundo (7) en medio (como detonador) de la depresión económica internacional significa el despliegue de una cadena global de crisis (económicas, políticas, sociales, etc.) de intensidad creciente.

Recientemente Zbigniew Brzezinski dejó a un costado sus tradicionales reflexiones sobre política internacional para alertar sobre la posibilidad de agravación de los conflictos sociales en los Estados Unidos que podría según él derivar en una generalización de disturbios violentos (8). Por su parte y desde una perspectiva ideológica opuesta Michael Klare ha descripto el mapa de las protestas populares atravesando todos los continentes, países ricos y pobres, del Norte y del Sur, iniciadas en 2008 como consecuencia de la crisis alimentaria en un amplio abanico de países periféricos pero que comienzan a desarrollarse globalmente en respuesta a la agravación de la depresión económica (9): la multiplicación de crisis de gobernabilidad nos espera en el corto plazo.

La hipótesis de implosión capitalista abre el espacio para la reflexión y la acción en torno del horizonte postcapitalista donde se mezclan viejas y nuevas ideas, ilusiones fracasadas y densos aprendizajes democráticos del siglo XX, frenos conservadores legitimando ensayos neocapitalistas y visiones renovadas del mundo empujando grandes innovaciones sociales.

Agonía de la modernidad burguesa con sus peligros de barbarie senil, pero ruptura de bloqueos ideológicos, de estructuras opresivas, esperanza en la regeneración humanista de las relaciones sociales.

- Jorge Beinstein es economista argentino, docente de la Universidad de Buenos Aires.

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(1), ”Soros sees no bottom for world financial 'collapse' ", Reuters. Sat Feb 21, 2009. David Randall and Jane Merrick, “Brown flies to meet President Obama for economy crisis talks”, The Independent , Sunday, 22 February 2009.
(2), US Economic Report for the President, 2008.
(3), En agosto de 2007 la capitalización de las bolsas chinas superaba el valor del Producto Bruto Interno del año 2006. Dong Zhixin, “China stock market capitalization tops GDP”, Chinadaily (http://www.chinadaily.com.cn/china/2007-08/09/content_6019614.htm)
(4),Cotizalia.com, 27 febrero 2009, “El PIB de EEUUse hunde un 6,2 %en el cuarto trimestre”.
(5), BBC News, 25-2-2009, “Japan exports drop 45 % to new low”.
(6), “China's export down 17.5% in January”, Xinhua, 2009-02-11.
(7), Jorge Beinstein, “El hundimiento del centro del mundo. Estados Unidos entre la recesión y el colapso”. Rebelión, 8-5-2008 (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=67099).
(8), “Brzezinski: ‘Hell, There Could Be Even Riots’ “, FinkelBlog – 20/02/2009 - (http://finkelblog.com/index.php/2009/02/17/brzezinski-hell-there-could-be-even-riots).
(9), Michael Klare, “A planet at the brink?”, Asia times, 28 de febrero de 2009.

ULTIMA HORA:

Brusca caída de los mercados destaca desesperación sobre los esfuerzos de rescate.

Temores de que la economía mundial esté aún más debil de lo que se había pensado, rebotan alrededor del planeta el lunes, mientras inversionistas de Hong Kong a Londres y Nueva York se deshacen de sus acciones.

Fecha: 03 de marzo/2009

http://www.nytimes.com/

Traducción: LAM

25
Feb

Sobre la crisis Global, Última parte. Alberto Acosta: Hacia un nuevo sistema financiero internacional. Propuestas desde la utopía

“Sean realistas, pidan lo imposible”, Graffiti en Paris, mayo de 1968.

De la gran discusión mediática a una propuesta política global

Alberto AcostaAún en el supuesto de que lo peor de la actual crisis fuera superado en poco tiempo, bien vale la pena imaginar otro mundo para terminar de cambiar éste. Es hora de construir una propuesta de sistema financiero que no simplemente viabilice un funcionamiento más racional del sistema capitalista, sino, en última instancia, que contribuya a su sustitución por otro sistema civilizatorio.

El punto medular de esta propuesta radica en diseñar y aplicar una solución que tenga en mente un enfoque global, no parches. Para lograr la globalidad se debe incorporar a todas las categorías de actores. No es suficiente que intervengan los países más ricos, ni tampoco prioritariamente las instituciones financieras internacionales. El esfuerzo, por más complicado que aparezca, debería darse desde las Naciones Unidas, la única capaz de representar una soberanía internacional colectiva.

Por eso es indispensable contar con instituciones internacionales democráticas y comprometidas con el bienestar de todos los pueblos. Los países poderosos, lo demuestra la historia, intentarán velar por sus intereses a costa de los más débiles.

Por lo tanto la solución no pasa por hacer lo mismo que antes, aunque fuera con un comportamiento ético mejorado. Hay que pensar y hacer algo distinto. El sistema económico internacional debe estar dotado de redes de seguridad e información regionales para no tener que “disfrutar” de las crisis recurrentes. Para lograrlo se precisa un sistema de prevención de crisis y de minimización de los riesgos que éstas implican. Pero estas redes tienen que crearlas los países desde el ámbito regional, al menos mientras no existan las condiciones democráticas para impulsar una reinstitucionalización del mundo desde espacios globales.

Incluso sin el concurso de los actuales organismos internacionales, hay que trabajar en la construcción de organismos regionales, a partir de países vecinos que tienen mayores afinidades entre sí con el fin de que, asociándose entre ellos, puedan conseguir sus propósitos y regular sus relaciones financieras, comerciales, laborales, migratorias, ambientales, tecnológicas y por cierto políticas. A nivel internacional cada uno de estos espacios regionales tendrá que interrelacionarse en un sistema de nodos, procurando minimizar el peso de una instancia única mundial. El resultado sería provocar una fragmentación del poder mundial concentrado.

Hay que crear las condiciones para que los gobiernos de todos los países, con el concurso de su propia sociedad civil, sean sujetos en la construcción de un nuevo sistema financiero internacional. No debe quedar ningún actor fuera del proceso. Los organismos multilaterales, repensados íntegramente, deberán cumplir la tarea que les asigne la comunidad internacional, pero a partir de estructuras de organización regional. La lógica política debe primar sobre las demandas del mercado.

Hacia la constitución de un Código Financiero Internacional

El mundo requiere un Código Financiero Internacional acordado por todos y al que se acojan todos los actores sin excepciones; una tarea que podría empezar desde espacios regionales. Su concepción debe basarse en los derechos humanos económicos, sociales y ambientales. Además, deben establecerse condiciones positivas para frenar o al menos aminorar los impactos negativos que se desprenden de la evolución cíclica del sistema capitalista.

No es aceptable, dentro del derecho internacional, que, por ejemplo, los diversos instrumentos financieros sirvan como herramientas de presión política para que un Estado grande o una instancia controlada por pocos Estados poderosos, impongan condiciones (con frecuencia insostenibles) a un país más débil.

La piedra angular de esta propuesta global radica en la construcción de un Código Financiero Internacional (o códigos regionales inicialmente). Este, a su vez, debe garantizar que la neutralidad no sea del territorio en referencia de un país determinado, por más influyente y neutral que fuese, ni dónde se establece el tribunal, sino del código jurídico. Los códigos jurídicos existentes hasta la fecha corresponden a la territorialidad de los acreedores por el tema de la ejecución de garantías, por ejemplo. Esta neutralidad del código debe asegurar la protección de todos los actores.

Hacia un Tribunal Internacional de Arbitraje de Deuda Soberana

Se precisa lo antes posible la creación de un Tribunal Internacional de Arbitraje de Deuda Soberana, en los términos propuestos por Oscar Ugarteche y el autor de estas líneas.

Un requisito mínimo para ponerlo en marcha es la inmediata disolución del Club de París, como marco de negociación. Este club no sólo que carece de base jurídica, sino que debe dejar de ser un espacio de decisión sobre acuerdos de reestructuración de deudas, en donde los acreedores imponen condiciones a los deudores.

Uno de los capítulos medulares del Código será el de la legalidad y la legitimidad de las actividades financieras. Es preciso separar las deudas adquiridas legal y legítimamente, que pueden ser pagadas, de aquellas que pueden y deben ser impugnadas a partir de la doctrina de las deudas odiosas, usurarias y corruptas. Tampoco puede marginarse el procesamiento de la deuda ecológica e incluso de la deuda histórica, donde los países pobres son los acreedores.

En esto son necesarias cláusulas de contingencia en los actuales instrumentos rígidos de créditos, así como cláusulas de acción colectiva. Hay que cerrar definitivamente la puerta a los especuladores. Por otro lado, cualquier arreglo no debe afectar las inversiones sociales y la capacidad de recuperación del aparato productivo.

Hacia un Banco Central Mundial

En esta línea de reflexiones parece cada vez necesaria la creación de un Banco Central Mundial (que no tiene nada que ver con el Banco Mundial o el FMI), para que ayude incluso a normar la emisión de una moneda o de una canasta de monedas globales (lo que tampoco implica reconstruir Bretton Woods).

Por cierto que serán necesarias medidas en el ámbito nacional y sobre todo regional. Se deberá reformar el sistema bancario y del mercado bursátil; los bancos deben ser bancos y nada más que bancos, y no deberían intervenir en actividades bursátiles.

A nivel regional, desde donde se debería disputar el sentido histórico de los cambios globales, las propuestas afloran con creciente intensidad. En América Latina, de la conformación del Banco del Sur y un fondo de estabilización del Sur, se ha pasado a pensar en un Sistema Unitario de Compensación Regional (SUCRE), que facilite los flujos comerciales regionales. Esta iniciativa podría ser la antesala de un sistema monetario y financiero regional, con su propio código. En Asia, una iniciativa japonesa -Chiang Mai- propuso acuerdos bilaterales para asegurar la cooperación financiera en apoyo a las balanzas de pagos de los países miembros; también planteó crear un fondo monetario asiático, que incluiría una unidad monetaria regional para viabilizar el comercio intraregional y una cámara de compensación que asegurara el intercambio de las monedas de los Estados asociados. La experiencia de la Unión Europea también ofrece una multiplicidad de lecciones para la construcción de espacios regionales sobre los que debería sustentarse el nuevo sistema financiero mundial.

La pretensión de sobreproteger a las inversiones extranjeras resulta también inadmisible en la medida que frena las posibilidades de desarrollo autónomo de los países empobrecidos por las propias relaciones financieras internacionales. En el marco de este Código también hay que desarrollar mecanismos de control de los flujos de capital a nivel internacional, como podrían ser la introducción largamente esperada del Impuesto Tobin. El impuesto Daly a la extracción de petróleo crudo merece ser considerado por igual. Con los recursos que se obtengan se establecería un Fondo para la redistribución y transferencias, pero también para prevenir cualquier tipo de ataque especulativo en los países más vulnerables.

Desde otra vertiente, es cada vez más urgente la desaparición de todos los paraísos fiscales, en donde se concentran muchas veces los capitales golondrina y los recursos mal habidos. Y en la misma senda habrá que resolver los retos del narcotráfico, reconocida fuente de acumulación de capitales especulativos.

Un corolario de esto es que el derecho penal internacional debe de incorporar cláusulas de penalización a la corrupción de carácter internacional con castigos severos para todas las partes involucradas. Estableciendo, además, mecanismos de compensación para aquellos actores que han sido dolosamente perjudicados o estafados.

Hacia un nuevo y mejor sistema monetario y financiero internacional

Se precisa un nuevo sistema que ayude a regular y normalizar otro proceso de globalización sobre bases de solidaridad y sustentabilidad. Las finanzas deben estar al servicio del aparato productivo, de un comercio mundial justo y sustentable, así como de las demandas sociales de los pueblos de la tierra. Es necesario establecer límites a la generación de riqueza financiera, sobre todo especulativa.

Para lograrlo, los organismos rectores del sistema financiero deben volver a sus orígenes en tanto instituciones especializadas de Naciones Unidas. Dicha transformación es urgente. El FMI y el Banco Mundial han fracasado en tanto han funcionado como simples mandatarios de las grandes potencias y del gran capital. Parte del problema radica en la ausencia de controles democráticos sobre los organismos multilaterales.

Estos organismos internacionales, con nuevos y precisos marcos de acción, deben rendirle cuentas a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Espacios de control regional también deberán ser adecuadamente estructurados. Incluso deben crearse mecanismos internacionales e instancias de sanción a los organismos internacionales y sus funcionarios.

En complemento a los cambios que requiere el sistema financiero, habrá también que normar el mercado laboral así como las disparidades comerciales (repensando íntegramente la Organización Mundial de Comercio). Por igual hace cada vez más falta una suerte de superintendencia ambiental mundial y el fortalecimiento de la Corte Penal Internacional, para perseguir y sancionar todo tipo de delitos internacionales, incluyendo los económicos. Finalmente, recordemos que el objeto de la economía es el bienestar de la población y el de la justicia, asegurar que esto ocurra.

A. Acosta es economista ecuatoriano; docente e investigador de FLACSO-Ecuador. Ha sido presidente de la Asamblea Constituyente de Ecuador y ministro de Energía y Minas

25
Feb

Sobre la crisis Global, 4ta. parte. Joachim Becker: La Unión Europea y la crisis financiera

beckerA principios de octubre [ de 2008] se agudizó de nuevo la crisis financiera. Originada en Estados Unidos, sus efectos directos se percibieron primero en Europa Occidental, en especial por los estrechos vínculos financieros con EE.UU. y la utilización de los “nuevos” instrumentos financieros de alto riesgo. Sin embargo, la situación europea no es un mero contagio ya que también tiene raíces endógenas. La Unión Europea y muchos gobiernos (como Gran Bretaña e Irlanda) favorecieron la liberalización del sector financiero. Además, la crisis financiera está estrechamente vinculada con problemas productivos, como las sobrecapacidades en la industria del automóvil o de la construcción.

La vulnerabilidad de Europa del Este

En Europea Oriental los efectos iniciales fueron limitados, con excepción de las bajas en las bolsas de valores ya que los bancos se centraban en negocios convencionales. Sin embargo, en los países bálticos, especialmente Estonia y Letonia, que gozaban de un boom crediticio financiero, se derrumbó el crecimiento y los flujos de capital se han secado. Esto tiene serias consecuencias debido a sus abultados déficit en cuenta corriente y la alta deuda externa en esos países. Hungría ya esta [en] crisis y firmó un acuerdo con el FMI.

El último Global Financial Stability Report del FMI también indica la alta vulnerabilidad en Bulgaria y Rumania debido a elevados déficit en cuenta corriente, alta deuda externa y la explosión en el crecimiento del crédito privado.

Por lo tanto, estos países, tienen una alta vulnerabilidad externa, que dentro de poco se verá

agravada por la desaceleración o la caída de las exportaciones.

Las respuestas de corto plazo

La crisis encontró mal preparada a la UE. La supervisión bancaria es una cuestión nacional, y faltan normas claras para el rescate de bancos multinacionales durante una crisis (no se ha determinado si un rescate se debe aplicar, por ejemplo en el Estado de la sede principal o en los países de las filiales). Esto es especialmente relevante en Europa Oriental, donde casi todo el sector bancario es de propiedad extranjera.

Frente a la escalada de la crisis, la presidencia francesa de la UE organizó el 4 de octubre una

cumbre de los países europeos miembros del G-8 (Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia). El

presidente francés, Nicolás Sarkozy, propuso para la UE un paquete de rescate parecido al modelo de los EE.UU., lo que fue rechazado por Alemania y Gran Bretaña. Enseguida se intentaron soluciones nacionales, con medidas como garantías para los depósitos bancarios en varios países y apoyos de distinto tipo a los bancos.

El 12 de octubre, la UE hizo una segunda tentativa para una solución común. Participaron los países miembros de la zona del euro, lo que implica una exclusión de casi toda Europa Oriental. El plan anti-crisis se inspiró fuertemente en el enfoque británico: El capital propio de los bancos puede ser aumentado con participaciones estatales. En algunos países esa participación considerará las condiciones en los negocios, los salarios de los gerentes y la política de dividendos. Se acordó que ningún banco esencial del sistema financiero podía quebrar, y para ello se les aseguró ayuda financiera estatal. Los préstamos entre bancos y similares gozarán de las garantías estatales para recomponer el mercado financiero (previsto hasta diciembre de 2009, mientras que los préstamos garantizados pueden tener hasta 5 años de vencimiento).

El compromiso financiero es enorme: por ejemplo en Alemania 70 mil millones de euros para la capitalización de los bancos y 400 mil millones para garantías de los préstamos; en Francia 40 mil millones de euros como de asistencia de capital propio para los bancos y 320 mil millones de euros en garantías.

Las nacionalizaciones parciales no tienen un carácter estratégico y de largo plazo, sino son

concebidas como medidas de emergencia. Este tipo de respuesta no es nueva, ya que fueron aplicadas por los “países pioneros” del neoliberalismo en América Latina (las ex dictaduras derechistas de Chile, Argentina y Uruguay), a comienzos del decenio de 1980.

En los países de Europa Oriental, sin embargo, la elevada dependencia de las corrientes de capital extranjero es el problema principal, y no se lo ha percibido de manera adecuada. Debido a que las iniciativas anti-crisis se han focalizado en la zona del euro y Gran Bretaña, la mayoría de los países de Europa Oriental fueron marginados y caen bajo un papel protagónico del FMI.

Por lo tanto, las respuestas europeas son bastante improvisadas y han apuntado al objetivo de

restablecer el tráfico de crédito entre los bancos nacionales, enfocados en la zona euro y Gran Bretaña. Pero hay grietas dentro del bloque regional, criticándose por ejemplo algunas medidas nacionales (como los cuestionamientos desde Francia a las acciones alemanas), aunque la distribución de las cargas de la crisis entre los países miembros y los grupos sociales, ni siquiera ha comenzado a ser analizada en detalle.

El debate sobre políticas anti-cíclicas

Antes de esta crisis no existía una política económica anti-cíclica coordinada dentro de la UE. Por el contrario, el Pacto de Crecimiento y Estabilidad cuenta con rígidas normas fiscales y monetarias bajo un sesgo pro-cíclico, es decir, la tendencia de agravar la crisis. Aunque hoy se habla de una aplicación más flexible de sus normas fiscales y monetarias, eso no será suficiente. Queda en claro que esta crisis será una gran carga en los presupuestos nacionales, y la economía europea va en caída libre.

El presidente francés, Sarkozy propuso un programa anti-cíclico, lo que fue rechazado por Alemania y Gran Bretaña. La mayoría de los gobiernos de Europa del Este se mostraron hostiles a flexibilizar el Pacto de Crecimiento y Estabilidad y, por lo tanto, a políticas de corte keynesiano. En el plano nacional, en varios países existe un amplio rechazo de los programas coyunturales públicos (como en Alemania).

En noviembre de 2008, rompiendo con la política de los últimas dos décadas y acercándose a la posición francesa, la Comisión Europea presentó un plan de 200 mil millones de euros para dar un impulso al crecimiento económico. La mayor parte (€ 170 mil millones) estaría a cargo de los gobiernos nacionales mientras que las iniciativas propiamente europeas se limitarían a dar un impulso suplementar (€ 30 mil millones). Por lo tanto, la Comisión Europea quiere contar por lo menos con un marco de acción de los gobiernos nacionales. Pero éstos siguen divididos sobre las políticas anti-cíclicas (Francia las promueve, aunque más en el discurso que en hechos, pero Alemania sigue festejando el protagonismo exportador de sus empresas). En Europa del Este se esbozan políticas pro-cíclicas impulsadas por el FMI. Por lo tanto, el panorama es bastante contradictorio.

Aunque se adoptan parcialmente políticas de corte keynesiano, se evita nombrarlas como tales. Además, las medidas anti-cíciclas son presentadas como excepciones que se aplicarán por un periodo muy corto (quizás dos años). Las fuerzas dominantes pretenden volver más tarde a las políticas fiscales restrictivas propias de las pautas neoliberales de los últimos años. Incluso en algunas áreas se intenta radicalizar la perspectiva neoliberal llamando a flexibilizar las relaciones de trabajo. Se sigue apostando por la industria de automóviles, muy importante en términos de valor agregado y de empleo, aunque el transporte individual es un factor muy importante de la crisis ecológica, de donde un viraje hacia el transporte público parece una necesidad ecológica.

Las cuestiones de fondo no están resueltas

En una perspectiva política a corto plazo, hasta el momento no se han abordado en la práctica de la política económica las causas de la crisis financiera. No se cuestionan los modelos financiarizados o neo-mercantilistas. Hay muchas vacilaciones de afrontar la débil regulación del sector financiero. Los bancos quieren subsidios y la adquisición de las pérdidas por parte de los estados, pero rechazan una reestructuración fundamental del sistema financiero. En consecuencia, al menos por ahora las propuestas para cambiar la regulación de los mercados financieros son modestas.

Según la propuesta del Ministro de Finanzas alemán Peer Steinbrueck (que por los menos es concreta), los bancos no podrían vender la totalidad de los créditos riesgosos, deberían ampliar los fondos de liquidez, y en el balance deberán dejar ver todos los instrumentos financieros innovadores. Son correcciones necesarias, pero no significan una ruptura con la regulación neoliberal de los últimos años. En cambio, el presidente francés, Sarkozy, centró su crítica en los Hedge Funds, que han sido un elemento muy desestabilizante del sistema financiero, y en los paraísos fiscales, pero sin concretar un diseño alternativo. Pero no han sido aceptadas. El gobierno británico, que está muy ligado a los intereses financieros londineses, rechaza incluso propuestas modestas como una regulación más restrictiva de los Hedge Funds. Esto muestra los límites del debate actual.

Hasta ahora, la iniciativa ha estado en las manos de los gobiernos. Los parlamentos y los partidos políticos han sido marginados. Algunos partidos de izquierda, movimientos sociales o intelectuales, ofrecen propuestas que van más allá de los planes gubernamentales. Por ejemplo, se indica que algunos instrumentos financieros de alto riesgo deberían prohibirse, debería aumentar el componente público y servir para financiar sectores productivos. Se debería desandar la privatización de los sistemas de jubilaciones, que en muchos países sustentó los mercados financieros y actualmente son muy vulnerables. Aunque esta crisis muestra las contradicciones de los modelos neoliberales y ofrece potencialmente la apertura para un cambio de las políticas económicas y sociales, los partidos y las organizaciones de la sociedad civil europea que proponen una ruptura más profunda están lejos de tomar la iniciativa, al menos por el momento.

Finalmente, la crisis actual muestra un cambio en la balanza internacional de poder. La Unión Europea es solo un actor entre varios, mientras que el gobierno de Estados Unidos, donde se originó la crisis, ha sido incapaz de liderar una respuesta coordinada internacional. Las cumbres financieras mundiales ya no se limitarán a los países del centro, sino contarán también con la participación de estados claves del sur.

J. Becker es profesor de la Universidad de Economía de Viena y analista del Instituto de Estudios de Economía Política (IPE) en Viena. Traducción: Juan Andrés Correa

11
Feb

Declaración de la Asamblea de los Movimientos que luchan por superar la dominación de la Deuda Externa

La Asamblea de los Movimientos que trabajan la problemática de la Deuda fue realizada el 1ro de febrero en el contexto del día de las alianzas en el FSM 2009 de Belém, con la participación de varias organizaciones y redes con una fuerte presencia de organizaciones miembros de Jubileo Sur y de la red CADTM. las conclusiones que aquí se presentan reflejan la posición de múltiples redes y movimientos anti-deuda que están ya en un importante proceso de convergencia marcado por la declaración del FSM de Nairobi en enero 2007 lanzando la Campaña Internacional Sur-Norte frente a la Deuda Ilegítima, la publicación de un boletín común sobre deuda ilegítima, la realización cada año de una Semana de Acción Global contra la Deuda y las Instituciones Financieras Internacionales, la reciente realización de un seminario común de estudio y estrategias en Quito en septiembre del 2008 y la coordinación en el apoyo de iniciativas y campañas concretas como el desarrollo de procesos de auditoría.

I. Los desafíos de la coyuntura internacional

Los movimientos y campañas anti-deuda presentes han caracterizado la actual coyuntura y los desafíos que tenemos que enfrentar:

A. A pesar de una masiva propaganda sobre los programas de condonación y de alivio de deuda iniciados por el BM y el FMI (HIPC I, HIPC II, PRSP), por el G8 (MDRI) y algunos bancos regionales, o por amplios proyectos de canje, la cuestión de la deuda sigue siendo una vía importante de salida de capitales y recursos del Sur hacia el Norte y de imposición de políticas según el interés de los prestadores. El Sur sigue sangrando con niveles de transferencia que avecinan los 400 mil millones de dólares anuales sólo en capitales.

B. Paralelamente a esta hemorragia asistimos a un rápido aumento de la deuda pública interna. Esto genera un flujo importante de recursos públicos que se inserta dentro de los mismos mecanismos, muchas veces controlados por los mismos actores, que se benefician de los flujos generados por el servicio de la deuda pública externa, manteniendo la dependencia financiera de nuestras economías y aparatos productivos.

C. La rápida reducción de los precios de las materias primas estratégicas en el mercado mundial y el agravamiento de las condiciones de refinanciamiento de la deuda externa de los países del Sur, junto con nuevos préstamos empujados sobre los países del Sur con el argumento de que son necesarios para superar las crisis, anuncian una nueva crisis de la deuda que amenaza a corto plazo a muchos países del Sur, incluyendo en Suramérica a Argentina y Ecuador y a mediano y largo plazo a países como Brasil y Venezuela a pesar de los altos niveles de reservas internacionales netas acumulados por ellos.

D. La profunda crisis del sistema capitalista anuncia tiempos de dificultades crecientes para los países del Sur y para las clases trabajadoras en el Norte. Como siempre se van a buscar nuevas decisiones y mecanismos institucionales para que los pueblos y países del Sur y las personas viviendo en situación de pobreza en el Norte paguen esta crisis generada por el afán ilimitado de acumulación y los procesos irresponsables de desregulación y de hyper-financierización del juego económico. Los aumentos en los flujos de pago de la deuda, el desempleo y la masificación de la pobreza, el dramático aumento de la cantidad de hambrientos y desnutridos en nuestros países que ya estamos viviendo son consecuencias directas de estas estrategias en las cuales la deuda y su re-estructuración juega un papel fundamental.

E. La abundancia escandalosa de liquidez liberada por los gobiernos de los países dominantes del sistema contrastan con los ínfimos 100 mil millones aplicados en la última década para intentar resolver la crisis aún pendiente de endeudamiento, y los relativamente módicos recursos necesarios - 80 mil millones invertidos cada año durante 10 años según los estimados de las Naciones Unidas - para que la humanidad haga pasos significativos en la resolución de los problemas sociales más agudos (desnutrición, analfabetismo, déficit en los servicios de salud pública y de educación, vivienda…) No podemos permitir que sigue este tipo de gestión absurda y suicida de los recursos que provienen del trabajo de los Pueblos.

F. La respuesta de las clases dominantes de los países del Norte frente a la grave crisis actual va en la dirección de reforzar el capital financiero transnacionalizado y aumentar los flujos especulativos. Por ejemplo recientemente se ha creado en Londres un nuevo mercado especulativo sobre la venta de las emisiones de carbono.

G. La reciente elección de Barack Obama que subleva olas importantes de esperanza no cambiará nada de substancial a la orientación de la política económica en Estados Unidos cuando consideramos la composición del gabinete económico del nuevo presidente dominado entre otros por Paul Volker, Larry Summers que jugaron un papel determinante en montar la política económica del imperio que desemboca en la grave crisis actual.

H. El esfuerzo desplegado para utilizar al G20, que además ha demostrado ya su inoperatividad para solventar la crisis, es inaceptable para nuestros pueblos. Constituye una maniobra para esconder las fuentes fundamentales de la crisis y seguir marginalizando a los pueblos y países del Sur de los espacios de decisión. Rechazamos en particular las propuestas que están debatiendo en el sentido de reforzar el mandato y los recursos del FMI, del BM y de los bancos regionales de desarrollo que han sido responsables por la actual crisis.


II. Las respuestas de los Pueblos y de nuestros movimientos frente a la coyuntura actual

A. Subrayamos con satisfacción la creciente convergencia entre los movimientos anti-deuda que están decidido a consolidar una plataforma común de acciones y de luchas, respetando las diferencias que aún les caracterizan.

B. En el frente de la deuda nuestros movimientos han hecho avances muy significativos desde el punto de vista conceptual, político, ideológico y estratégico. Pasamos de la reivindicación de la condonación de la deuda externa a la bandera de la ilegitimidad de la deuda; de campañas que se concentraban sobre la deuda financiera a acciones y campañas que implican una visión más amplia integrando las dimensiones financieras, históricas, sociales y ecológicas. Además nuestras campañas están consiguiendo niveles mayores de intercambio y convergencia con las luchas contra el libre-comercio, la militarización, la criminalización de las protestas sociales, las transnacionales y los agro combustibles y para la defensa de la soberanía alimentaria, de nuestros territorios y de la justicia climática.

C. A partir de la movilización social, empieza a haber respuestas gubernamentales. Entre ellas, subrayamos el hecho que el Gobierno de Noruega reconoció el carácter irresponsable de parte de la deuda reclamada a varios países del Sur y en consecuencia anuló los reclamos pendientes.

D. El impulso de auditorias integrales y participativas de los procesos de endeudamiento está progresando rápidamente. Aplaudimos la realización de la auditoria por el gobierno ecuatoriano, que al final de un año de investigaciones obtuvo resultados contundentes demostrando de manera magistral el carácter ilegítimo, fraudulento, ilegal y criminal de la deuda reclamada al Ecuador. Aplaudimos también la decisión de suspender el pago sobre algunos tramos de deuda por su probada ilegitimidad. Llamamos al Gobierno de Rafael Correa de seguir obrando en consecuencia con las conclusiones de la Comisión de Auditoría Integral del Crédito Público (CAIC) y de poner en marcha un proceso de repudio en defensa de los derechos de los pueblos del Ecuador. Esto ultimo por supuesto tendría un valor de ejemplo y de motivación para que los países del Sur construyan un frente de No pago de la deuda externa ilegítima, exigiendo la sanción de los culpables y reparación de los crímenes.

E. Apoyamos la decisión del Presidente Fernando Lugo de lanzar el proceso de auditoría de la deuda binacional de Itaipú, entre Paraguay y Brasil,para crear nuevas condiciones en el proceso de desarrollo en Paraguay y sentar una base para la generación de relaciones de justicia, soberanía y solidaridad, entre los dos pueblos y países.

F. Apoyamos la reciente decisión del Congreso brasileño de formar una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) sobre el proceso de endeudamiento de este país. Es un paso decisivo hacia la implementación de una auditoria en uno de los países que ha pagado impresionantes volúmenes de plata por concepto de pago adelantado y por el servicio a la deuda a pesar de la movilización que incluyó una Consulta Popular cuando seis millones de brasileños y brasileñas reclamaron la suspensión de todo pago hasta no cumplirse la exigencia constitucional de una auditoria, y la investigación ciudadana que ha podido documentar las numerosas violaciones de la legalidad constitucional y de las convenciones internacionales en la gestión de la deuda pública brasileña.

G. Iniciativas similares se están implementando en varios países e instancias regionales, tanto en el Sur como en el Norte, y encontrarán todas el apoyo firme e entusiasta de nuestros movimientos para avanzar en el proceso de liberación de la esclavitud de la deuda. Los compromisos anunciados por los gobiernos de Bolivia y Venezuela, las buenas noticias de las resoluciones del Parlamento Europeo, del aparato legislativo en Zimbawe y en Bélgica, entre otras, confirman que estamos viviendo tiempos nuevos con un inicio de reconocimiento de la violencia destructiva de la deuda y que es posible confrontarla. Es también importante destacar el inicio de auditorias ciudadanas en países como Filipinas, Mali e Indonesia, entre otros. Sean éstas oficiales, parlamentarias, o ciudadanas, las auditorias deben ser emprendidas en un ambiente de amplia movilización, reconociendo que son herramientas de lucha y no fines en sí mismo.

H. Protestamos contra la vergonzosa campaña de calumnias lanzada contra nuestros compañeros María Lucia Fatorelli, Marcos Arruda, y otros, por las clases dominantes de Brasil a través de los artículos de O Globo que tratan de manchar la reputación de personas que siempre han defendido los intereses del pueblo brasileño. Llamamos a todas nuestras organizaciones a defenderles a ellos y a todas las personas que aportan sus conocimientos en la realización de las auditorías y otras acciones tendientes a establecer justicia. La verdad sobre los procesos de saqueo de nuestras riquezas a través del proceso de endeudamiento debe ser expuesta a la luz pública, los responsables sancionados y los pueblos y países afectados reparados.

I. Aplaudimos los múltiples esfuerzos llevados a cabo por nuestros movimientos en el contexto de la realización de ciclos de tribunales populares que han permitido pasos importantes en el frente de la caracterización de las deudas financieras, históricas, sociales y ecológicas. Las recientes ediciones de Tribunales de los Pueblos en Viena (2006), Nuevo Delhi (2007), La Haya (2007), Lima (abril 2008 ), Colombia (agosto 2008) y durante el FSA III de Guatemala (octubre 2008), entre otras, han facilitado la colección de una impresionante documentación poniendo en evidencia los múltiples crímenes de las empresas transnacionales contra nuestros Pueblos, con el apoyo de las insitituciones financieras internacionales y el fuerte endeudamiento de los países del Sur. Estas actividades que se desarrollan con una metodología participativa asociada con las luchas de los movimientos indígenas para la defensa de la Pacha Mama y de sus territorios, entre otras, constituyen avances muy significativos que anuncian victorias en la protección de nuestros bienes comunes contra el avasallador proceso de mercantilización del capitalismo y el reino de la impunidad.


III. Nuestras prioridades para los próximos meses

A. Llamamos a todos los movimientos a sumar esfuerzos en un amplio proceso de luchas con la bandera del no pago de deudas ilegítimas y de restitución y reparaciones, lo que constituye una herramienta estratégica en el objetivo de profundizar la lucha contra la impunidad y abrir caminos para aumentar los flujos de recursos y de capitales del Norte hacia el Sur de nuestra planeta en el contexto de un firme proceso de redistribución de la riqueza empezando a corregir las dramáticas consecuencias de más de 527 años de saqueo.

B. Llamamos a todos nuestros movimientos a participar en la Semana de acción del 28 de marzo al 4 de abril, contra el G20 y sus propuestas de reforma del sistema y de las instituciones financieras mundiales que solo apuntan a profundizar la lógica de saqueo y concentración. Es necesario profundizar el debate y la movilización, sobre todo en los países del Sur global, acerca del desarrollo de alternativas que conllevan a una verdadera soberanía financiera. Asimismo, alertar y denunciar el peligroso proceso de refortalecimiento del FMI, el BM y los demás bancos regionales como respuesta a la coyuntura actual de crisis.

C. Saludamos la iniciativa de Jubileo Sur, la Alianza de Pueblos del Sur Acreedores de la Deuda Histórica, Social y Ecológica y el Consejo Mundial de Iglesias de realizar en los próximos meses un Tribunal de los Pueblos sobre Deuda Ecológica, y llamamos a todos los movimientos y organizaciones a apoyar y participar activamente en su preparación y seguimiento. Sobre todo en el contexto actual de los procesos de destrucción ecológica, incluyendo la profundización del modelo extractivista, privatizador y mercantilizador de los recursos de la vida como el agua, la tierra, el aire, y reconociendo de la necesidad de restaurar y reparar la Deuda Ecológica del Norte para con el Sur, para enfrentar el cambio climático, la realización de este Tribunal abrirá nuevos escenarios de lucha teniendo presente quienes son los verdaderos acreedores.

D. Llamamos a todos los movimientos y organizaciones a participar como en años anteriores en la Semana de Acción Global contra la Deuda y las IFIs, a realizarse del 7 al 15 de octubre 2009, uniendo fuerzas para seguir ampliando y dinamizando la Campaña Internacional Sur-Norte frente a la Deuda Ilegítima y aprovechando para consolidar los vínculos con otros movimientos y luchas, incluyendo en particular las luchas por la Soberanía Alimentaria y Energética, por la Justicia Climática, por la Igualdad de Género, contra el Libre Comercio, la Militarización y la Criminalización. En ese marco, nos sumamos al Llamado global a realizar una Jornada de lucha en defensa de la Pachamama el 12 de octubre y convocamos a todos nuestros movimientos a participar.

E. Llamamos a todos los movimientos y organizaciones a desarrollar una activa campaña contra el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que celebra a finales del mes de marzo en Medellín su 50 aniversario. Es una excelente ocasión para que digamos ¡50 años Basta, Reparaciones Ya! y para desenmascarar las políticas del BID que constituyen uno de los pilares del sistema de dominación imperialista en nuestro continente promoviendo, promocionando y desarrollando proyectos, programas y acciones en la lógica del consenso de Washington. Llamamos a desatar un proceso de movilización en Medellín y en todos nuestros países y a realizar múltiples estudios de casos participativos que permiten documentar, repudiar, exigir reparaciones y sanciones por los crímenes del BID contra los pueblos de nuestra Abya Yala.

F. Llamamos a los Gobiernos implicados en el proyecto del Banco del Sur de acelerar la implementación de este nuevo instrumento institucional que debe estructurar en una lógica completamente distinta a las reglas de la actual arquitectura financiera mundial que está al servicio de los capitales transnacionales. El Banco del Sur debe ser un instrumento al servicio del desarrollo de nuestros países en la lógica de una integración solidaria de nuestros pueblos. Debe convertirse en un instrumento estratégico de recuperación de la soberanía financiera capaz de superar la logica capitalista que utiliza el endeudamiento como instrumento de dominación de nuestros países, junto con otras innovaciones en el sistema financiero regional. Es urgente que se resuelvan los obstáculos que impiden la concretización de un proyecto tan importante para el futuro de nuestros Pueblos.

G. Llamamos a todos los movimientos de las Américas a movilizarse para participar desde su país, desde su región o directamente en la importante Cumbre de los Pueblos que tendrá lugar en Puerto España / Trinidad y Tobago del 16 al 18 de abril. Esta cumbre debe ser un momento de reafirmación de lo que conquistamos en las anteriores ediciones desde 1998 en adelante. Profundizaremos nuestros logros hacia la transformación de nuestras sociedades (como está ocurriendo en varios escenarios nacionales) y nos opondremos a todo intento de parte de Estados Unidos y de sus aliados de resucitar el ALCA con los nuevos vestidos y manipulaciones conceptuales hablando de seguridad y prosperidad hemisférica.

H. Llamamos a todos nuestros movimientos a solidarizarse en la lucha por la defensa de los derechos del Pueblo palestino.

I. Llamamos a todos nuestros movimientos a apoyar la Campaña de Solidaridad con el Pueblo de Haití que está luchando para liberarse de la ocupación militar, para obtener la anulación de la deuda externa ilegítima que las IFIs lo reclaman y para la implementación de un proyecto de reconstrucción solidaria. Durante el año 2008 numerosas voces nuevas se alzaron para reclamar la anulación de la deuda reclamada a Haití, que a pesar del deterioro de las condiciones de vida de su población (se calcula que más de 3 millones de personas viven en una inseguridad alimentaria creciente) sigue pagando más de 1 millón de dólares por semana. Asimismo recordamos la importancia de las luchas por la soberanía de los países del Caribe que están todavía colonizados y la reparación de esas deudas históricas.

J. Saludamos los notables éxitos del ALBA especialmente en el campo de la alfabetización, de la salud y de la educación pública. Una integración solidaria desde y con los Pueblos puede generar, en poco tiempo, resultados cualitativos impresionantes en la mejoría de las condiciones de vida. Sin embargo, reconocemos que existen situaciones en las cuales algunos de los acuerdos firmados están siendo desviados de sus objetivos y monopolizados por burocracias corruptas y los beneficios se ven absorbidos por grupos de las oligarquías tradicionales. Por eso los Pueblos deben apropiarse de estos instrumentos que pueden constituir maravillosas herramientas para la inversión social y las investigaciones para cambiar la matriz energética. En este sentido y tal como fue decidido durante la cuarta Asamblea de los Pueblos del Caribe en Cuba y la Reunión de Coordinación de Jubileo Sur/Américas en Managua (julio del 2008 ambas), llamamos a una mayor apropiación de los nuevos acuerdos por nuestros movimientos y convocamos la realización de una cumbre de los movimientos sociales del Caribe y de América Central sobre los acuerdos Petrocaribe y la crisis energética.

El periodo actual es decisivo para el porvenir de nuestros Pueblos y de la humanidad. Debemos impulsar crecientes luchas de masas que cuestionan los fundamentos de los procesos ilegítimos de endeudamiento y del sistema capitalista en su conjunto. Debemos enfrentar la crisis actual del sistema para hacer posible una salida real hacia la concretización de nuevos sistemas de sociedad en donde la soberanía de los pueblos, el buen vivir y la harmonía con la naturaleza sean principios fundantes. Llamamos a los Gobiernos de los países del Sur a constituir rápidamente un amplio frente para el no pago de la deuda financiera ilegítima, reconociendo además su carácter de países acreedores de inmensas deudas históricas, sociales, ecológicas y financieras. Un frente que debe ofrecer espacios de resistencias y de ofensivas. Los Gobiernos de los países del Sur no deben participar a la mascarada del G20 y deben luchar para la emergencia de una nueva arquitectura financiera internacional que responda a los derechos y necesidades básicas de nuestras comunidades, pueblos, países y regiones.

¡Viva la lucha de los Pueblos! ¡No debemos, no pagamos! ¡No queremos pagar la crisis de los ricos! ¡Abajo el capitalismo! ¡Somos los pueblos del Sur los verdaderos acreedores! ¡Reparaciones Ya!

Jubileo Sur/Américas

(Remitido por Margarita Aguinaga)

2
Feb

Juan Paz y Miño: La economía: otra esfera del poder

pazyminoLas políticas económicas y el modelo “aperturista” que mantuvo el país, no son los que se sigue desde 2007. Y eso, obviamente, provoca reacciones. A menudo, los analistas y periodistas de opinión más visibles en las líneas “críticas”, olvidan que las confrontaciones políticas también se libran en el campo económico. Es otra lucha por el poder. Aquello de que existen medidas “técnicas” inocuas, no es cierto. No solo lo demuestra la historia del pensamiento y la teoría económica, sino, con más fuerza aún, la propia historia ecuatoriana.

Librecambio y proteccionismo se confrontaron desde la época de la Independencia. Bolívar confiaba en medidas proteccionistas, mientras Santander creía en los mercados libres. Cuando Alfaro intentó la industrialización del Ecuador y para ello la adopción de medidas arancelarias proteccionistas, la reacción de los comerciantes guayaquileños y de los agroexportadores, no se hizo esperar.

La Revolución Juliana (1925) centralizó las rentas, dictó medidas proteccionistas, intentó el fomento industrial, impuso por primera vez el impuesto a la renta, creó el Banco Central y las primeras instituciones estatales para la acción económica. Le resistieron los banqueros y los grandes comerciantes.

Hay ejemplos más cercanos. En el marco de la Alianza para el Progreso y los principios de la CEPAL, la Junta Militar (1963-1966) reaccionaria, represiva y proimperialista, ejecutó, en cambio, una serie de transformaciones estructurales: reforma agraria, impulso industrial, proteccionismo. Cuando intentó la reforma de los aranceles para afectar las importaciones suntuarias, los comerciantes, principalmente en Guayaquil, libraron las “guerras del arancel” y la Junta cayó. Cuando el general Guillermo Rodríguez Lara (1972-1976) reformó aranceles y pasó de la Lista 1 (bienes necesarios) a la Lista 2 (bienes suntuarios) una serie de productos, los comerciantes armaron su guerra económica. El levantamiento del general Raúl González Alvear el “32 de agosto” de 1975 (1 de septiembre, porque la dictadura prohibió hablar de ese día), en mucho se explica por esas intrigas.

Inaugurada la democracia en 1979, el gobierno de Osvaldo Hurtado (1981-1984) fijó aranceles y limitó ciertas importaciones (incluidos vehículos). Se dijo que no obraba con medidas “técnicas”, que subiría el contrabando y se arruinaría la producción interna. Las cámaras de la producción eran activísimas en acusar a Hurtado como “comunista”.

El proteccionismo bajo el gobierno de Rafael Correa no es distinto al de otras épocas. Pero sí es diferente dejar de sujetarse al FMI, imponer el interés nacional a la banca privada, restaurar el papel económico del Estado, abandonar los supuestos del “mercado libre” y dejar de seguir los dictados de las cámaras de la producción. Si algo ha enseñado la historia es que para comprender la economía también hay que descifrar el juego de fuerzas sociales por el poder. Hay que preguntarse quiénes y bajo qué intereses económicos reaccionan o se ubican en torno a las medidas que toma un gobierno.

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