26
Ene

Juan Paz y Miño: Deuda ilegítima: ayer y hoy (y 7)

pazyminoEl Consejo Supremo de Gobierno (1976-1979) inició el “agresivo endeudamiento externo” en 1976. Ese año el saldo de la deuda pública ascendió a 1.175 millones de dólares. Para 1979, cuando se iniciaron los gobiernos constitucionales, el saldo de la deuda pública alcanzó los 3.686 millones. En adelante siempre creció. El pico más alto se alcanzó en 1999, cuando llegó a 17.124 millones con el gobierno de Jamil Mahuad (1998-2000). En el 2006 era de 14.246 millones de dólares.

En 1982 estalló la crisis de la deuda. Entre 1984-1988 otra desgracia: el gobierno de León Febres Cordero y desde entonces el afianzamiento de un modelo económico dependiente del capital financiero transnacional, condicionado por el FMI, orientado por el “neoliberalismo”, sujeto a los intereses de las cámaras de la producción, promotor del mercado libre y, sobre todo, vinculado al poder oligárquico. Ese modelo se consolidó con el gobierno de Sixto Durán Ballén (1992-1996). Y en los siguientes diez años se reforzó junto a la crisis gubernamental, pues se sucedieron siete gobiernos, un intento dictatorial y los únicos tres presidentes electos (Abdala Bucaram, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez) fueron derrocados.

Bajo ese “modelo empresarial” de desarrollo, durante dos décadas se desinstitucionalizó al Estado, los índices sociales se deterioraron, creció la “flexibilidad” laboral, también la inequidad; igual la evasión y la elusión tributarias. Interesaban los “buenos negocios” y las ganancias fáciles. Se firmaron trece cartas de intención con el FMI. La deuda pesó sobre todos los presupuestos. No importó la soberanía nacional. Había que “honrar” la deuda externa y “salvar” a los sectores privados: en 1983, con la primera “sucretización”, en 1987 con la segunda, más grave y antinacional. Acompañaron las renegociaciones beneficiosas a los acreedores, al capital financiero y los especuladores con bonos. En 1994 el “Plan Brady”, en 1999 el “salvataje” bancario, en el 2000 la dolarización y enseguida el canje a “Global”. Todo con gobiernos “modernos”, abiertos al mercado; con funcionarios agenciosos, subordinados a los dictámenes foráneos.

La nación ecuatoriana fue la víctima. Es lo que ha demostrado el Informe de la CAIC (2008): realidades y tratamientos de la “deuda neoliberal” comparables a los que se hizo con la “deuda de la Independencia”. Hay casos de verdadera traición a la patria. Juegos financieros que literalmente “vendieron” al país. Como en el pasado, cuando se ponían tierras, minas, recursos nacionales, para “honrar” los pagos Y que dan cuenta de la existencia de una evidente deuda ilegítima.

Como lo hemos recordado, García Moreno y Eloy Alfaro coincidieron, en sus respectivos tiempos, en declarar unilateralmente la suspensión del pago de la deuda externa. Hoy, la declaración sobre deuda ilegítima del gobierno del presidente Rafael Correa, se ubica en la línea histórica de las reivindicaciones por la soberanía y en la opción prioritaria de la vida y el trabajo de los ecuatorianos y ecuatorianas por sobre la deuda externa.

26
Ene

Alex Contreras Baspineiro: Bolivia le dijo sí a la refundación

evo_morales

ALAI AMLATINA, 26/01/2009, Cochabamba.- Los bolivianos y bolivianas escribieron una digna página en la historia del país, ubicado en el corazón del continente latinoamericano, al apoyar mayoritaria y democráticamente con el 60 por ciento de los votos a la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado (CPE); por tanto, a su refundación.

A nivel nacional el Sí ganó con aproximadamente 60 por ciento contra el 40 por ciento del No de los votos (datos de conteo rápido en las mesas electorales).

“Aquí no hay empate, hay ganador. El Sí a la Constitución Política del Estado alcanzó la mayoría de votos. No hay ‘medias lunas’, la Constitución es la luna llena del país (…) Gracias a la voluntad soberana se refunda una nueva Bolivia”, afirmó el Presidente de la República, Evo Morales Ayma.

La jornada del referéndum constituyente, realizada el 25 de enero, transcurrió con normalidad, veedores internacionales de la OEA, ONU, UE, CAN, UNASUR y otros, como también representantes de la Corte Nacional Electoral (CNE), así lo confirmaron.

Además, los bolivianos votaron mayoritariamente (78.4%) contra (21.6%) en el referéndum dirimidor para que se considere el latifundio con un máximo de 5 mil hectáreas.

El Jefe de Estado que festejó el triunfo popular, en La Paz, agregó: "Aprovecho esta oportunidad para expresar mi gran reconocimiento a todas las hermanas y hermanos de Bolivia, a todos los compañeros y compañeras, a todas las ciudadanas y ciudadanos que mediante su voto, mediante su participación democrática deciden refundar Bolivia".

Adiós al colonialismo

Morales Ayma dijo que a partir de hoy se acabó el colonialismo y comienza la construcción de una nueva República.

"Quiero que sepan algo, aquí terminó el Estado Colonial, aquí se acabó el colonialismo interno y externo", enfatizó.

También dijo que concluyó el neoliberalismo, la forma de subastar los recursos naturales, culminó la era de algunos señores que siempre intentaron regalar los recursos naturales. Los servicios básicos como el agua, teléfonos, energía eléctrica, son un derecho humano; por tanto, serán un servicio público y no un negocio privado, así como la constitucionalización de beneficios directos para los sectores marginados de la sociedad.

Según el Jefe de Estado, el esfuerzo de los movimientos sociales junto a profesionales, intelectuales, artistas y otros sectores sociales no ha sido en vano, pero especialmente la lucha del movimiento campesino indígena, el sector más excluido, el más marginado, más humillado durante la República, ahora es reconocido, porque tiene los mismos derechos que cualquier ciudadano.

A su vez, instó a los prefectos del país, así como los constituyentes a conformar un Consejo Autonómico para implementar las autonomías departamentales, municipales e indígenas.

"Desde el 2005 al 2009 vamos de triunfo en triunfo, los neoliberales, los vende patrias, permanentemente están siendo derrotados gracias a la conciencia del pueblo boliviano", remarcó.

La oposición festeja el no

De acuerdo a los datos nacionales, el Sí ganó en cinco de los nueve departamentos del país, la oposición con el No consolidó su presencia mayoritaria en las restantes cuatro.

El Sí ganó en los departamentos del occidente del país: La Paz (74%), Oruro (68,2%), Potosí (76,3%) y Cochabamba (61,1%) y contrariamente, en el oriente, en las regiones de la denominada “media luna”, la victoria fue para la opción del No, con 65,2% en Tarija, 65,1% en Beni, 63,8% en Santa Cruz y 60,7% en Pando. En el caso de Chuquisaca se produjo un empate técnico: 50,3% para la opción del Sí y 49,7% para el No.

El voto es muy diferenciado si contemplamos los resultados del campo y la ciudad: en seis de las ciudades más importantes gana el No, sólo en tres supera el Sí. En el área rural la situación es diferente porque el apoyo a la nueva CPE es militante y mayoritario.

“Bolivia envía un mensaje claro: somos cientos de miles de ciudadanos de todos los confines de la patria que defendimos nuestro derecho con un inmenso rechazo al proyecto de Constitución emanado del abuso y del atropello a la ley (…) El pacto social que queremos todos los bolivianos no será posible si el gobierno central y el MAS se dejan llevar por el efímero centralismo”, afirmó el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas.

Mientras en la sede de gobierno y ciudades del occidente festejaron el Sí a la CPE, en las regiones del oriente también festejaron pero por el No.

“Nosotros agradecemos (a quienes han votado por el No), que Dios los bendiga a los hermanos chuquisaqueños, a los jóvenes, a los profesionales y no profesionales, nosotros seguiremos luchando y agradeceremos a quienes han votado por el No en Cochabamba, Oruro, Potosí y no han tenido miedo. No daremos ni un paso atrás. Nosotros reconocemos la victoria del No y habrá desacato a la nueva Constitución Política del Estado”, dijo la prefecta de Chuquisaca, Savina Cuéllar.

Hacia un pacto nacional

Ante los resultados que muestran un claro triunfo del Sí a la nueva CPE, se debería respetar la decisión del soberano y también las leyes vigentes que dicen que se requiere mayoría absoluta para reconocer la opción del Sí o el No.

Sin embargo, los sectores de la oposición, aquellos que no quieren la refundación del Estado Boliviano y no quieren perder sus privilegios ya iniciaron una campaña de rechazo a la aplicación del texto constitucional.

“El texto constitucional ha recibido un apoyo importante, pero el país ha quedado más dividido que antes, el texto carece de legitimidad, no es una Constitución Política del Estado que representa a todos. El Sí ha perdido en cinco de nueve departamentos. Siguen las dos visiones antagónicas de país y tenemos la oportunidad histórica de construir una sola visión”, dijo el prefecto de Tarija, Mario Cossío.

Mientras crece el clamor para que el Presidente de la República convoque a un pacto nacional que permita viabilizar, sin violencia, la nueva CPE, algunos representantes del MAS, se oponen a la iniciativa ciudadana.

El delegado presidencial, Marco Carrilo, en una actitud inconsistente y antidemocrática, comentó que ningún boliviano puede referirse a la investidura presidencial.

Varias autoridades departamentales o nacionales que se subieron al proyecto del gobierno cuando Evo Morales Ayma ya era Presidente de la República, no conocen los fundamentos básicos del proceso de cambio y, antes de ser un aporte, se han convertido en un obstáculo.

Cuando la demanda de un pacto nacional para evitar la confrontación, la polarización y la división crece, otros representantes de la oposición señalan que se debe reconducir el proceso constituyente.

El ex vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada (MNR), Víctor Hugo Cárdenas, dijo: “Bolivia, más allá de lo que nosotros queramos o no, ha dicho un mensaje claro: los votantes del Sí y los votantes del No ya no queremos más confrontaciones, más muertes. Reconduzcamos el proceso constituyente. El Gobierno solo no va a poder hacerlo, por eso propongo una comisión de alto nivel integrada por los tres poderes y prefectos para hacer un gran pacto económico social”.

Para aplicar la nueva CPE, no sólo se requiere un pacto social, sino una verdadera reingeniería legislativa porque según parlamentarios oficialistas se requiere por lo menos la aprobación de 100 leyes.

Hoy, el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, manifestó que tras el resultado del referéndum constitucional, los prefectos del país tienen que acatar la voluntad de la mayoría de la población.

"Los prefectos opositores al gobierno tienen que leer la voluntad del pueblo boliviano de manera coherente y adecuada, no cometer los errores del pasado y aceptar esa voluntad", señaló.

Más allá de los resultados, lo cierto es que en el referéndum constituyente ganó el pueblo boliviano, el soberano, porque con su voto en las urnas también envió el mensaje a los representantes del oficialismo y oposición que se quiere consolidar la refundación del Estado Boliviano con bases sólidas de autonomía, consenso nacional, respeto a lo plurinacional, con una lucha frontal contra la corrupción, con gestión gubernamental, sin violencia, sin racismo, sin mayor polarización y con unidad en la diversidad…

- Alex Contreras Baspineiro es periodista y escritor boliviano, ex vocero de gobierno.

23
Ene

Rubén Darío Buitrón: Tan transparentes...

rubendariobuitronEficientes, austeros, transparentes. Así se promocionan en las cuñas que difunden en los medios a los cuales estigmatizan y, sin embargo, usan como puentes para inundar de medias verdades a sus clientes electorales.
Tan eficientes que no fueron capaces de diseñar un cuestionario apropiado para calificar los conocimientos de los aspirantes y optaron por un paquete de preguntas “ridículo y ofensivo”, como aseguró Juan Cueva Jaramillo, quien quedó fuera del concurso.
Tan austeros que eligieron el largo feriado de diciembre para que los postulantes presentasen sus documentos, quizás con la esperanza de que solo acudieran los militantes, los obedientes, los que no cuestionan.
Tan transparentes que “el proceso para la selección de vocales del Consejo de Participación Ciudadana es ilegítimo, ilegal e inconstitucional”, como denunciaron dos de los 24 mejor puntuados, Pablo Sarzosa y Catalina Carpio, quienes renunciaron a sus candidaturas para no avalar el oscuro proceso.
Tan eficientes que no tuvieron la sensibilidad y la ética para impedir “la cadena sistemática de ilegalidades, vicios y omisiones” del método poco democrático.
Tan austeros que para no perder su tiempo decidieron ignorar las quejas de quienes advirtieron inconsistencias y violaciones al principio de seguridad jurídica y al derecho a la igualdad.
Tan transparentes que con arrogancia y prepotencia despreciaron los reclamos de los perjudicados y usaron aritmética básica para decir que “24 menos 2 son 22 y como tenemos que presentar 14 nombres, no hay ningún problema y no pasa absolutamente nada”.
Tan eficientes que un mes después de vencido el plazo establecido en el Régimen de Transición, aún no lograban conformar el organismo cuya creación no fue resultado de un debate profundo sino del apuro por aprobar la nueva constitución.
Tan austeros que aún no han podido dejar claro cómo se contrató a la empresa encargada del procesamiento de datos de los aspirantes.
Tan transparentes que a ciertos veedores y ciudadanos no les permitieron el acceso a las audiencias donde se desarrollaron las impugnaciones.
Tan eficientes que el propio vicepresidente de la comisión, Carlos Pilamunga (Pachakutik), se negó a firmar la aprobación del proceso porque, según él, no quiso “cargar ese muerto”.
Tan austeros que negaron toda posibilidad de armar una nueva convocatoria que hubiera permitido corregir errores.
Tan transparentes que despreciaron las denuncias ciudadanas bajo el argumento de que “cualquier crítica al proceso es una crítica a la revolución”, porque en tiempos de intolerancias está vigente la muletilla de moda: no hacerle el juego a la derecha.
22
Ene

Sebastián Mantilla Baca: Arenga a un líder indeciso

(Remitido por Sara Serrano Albuja)

Estimado Alberto: el limitado espacio de que dispongo me obliga a ser escueto y directo. Quiero comenzar comentándole que lo vi ayer en la TV. Sabe, al igual que muchos ciudadanos de este país, me quedé con un mal sabor de boca. La verdad, es que no le entiendo. ¿De qué apoyo está hablando? ¿Qué quiere que hagamos? ¿Que un pueblo altivo, noble y combativo, siga estremeciéndose ante la actitud de un déspota?

La política no está para dudas y vacilaciones. Se requieren profundas convicciones, cosa que usted tiene de sobra, pero también una voluntad firme de cambio y de compromiso con los altos intereses de nuestra patria.

¿Qué esta esperando? ¿Por qué tanta duda? ¿Dejó la academia, entró en la política, para quedarse a medio camino? ¿Qué hay de todos los que todavía creen en usted? ¿Un líder que deja a los suyos justo cuando más lo necesitan?

No siga. Ya me imagino lo que me va a decir. Sí, que Rafael es su amigo. ¿Amigo? ¿Un amigo le “hace a un lado” sin la más mínima consideración y respeto?
También me dirá que todavía hay que darle tiempo al tiempo y de que hay que tener fe en el proyecto. Pero, dígame, con la mayor sinceridad posible, ¿de qué proyecto hablamos?

¿De la transformación social y la consolidación de la democracia en el Ecuador o del proyecto personal de cada uno de los grupos que forman parte de este gobierno? ¿Qué me dice de lo que ha pasado en los ministerios del Deporte, Obras Públicas, Energía y Minas, Salud, Vivienda, Seguridad Interna, Gobierno…? ¿Usted también está con ellos?

No. Usted me dirá que lo que sucede es que no hay que hacerle el juego a la derecha. Usted sabe muy bien que la derecha tradicional no tiene posibilidades electorales. Están liquidados. Pero, para no desviarnos del tema, podría decirme: ¿qué tiene este Gobierno de izquierda a más del discurso vago e inconsistente del “socialismo del siglo XXI? Disculpe, pero en teoría política a esto se llama populismo o neopopulismo autoritario.

Pero por qué no hablamos, más bien, de un tema que siempre le ha preocupado a usted: el medio ambiente. Le pregunto: ¿esta usted de acuerdo con la Ley Minera que fue aprobada recientemente? ¿Dónde están los derechos de la naturaleza que defendía con tanta vehemencia el señor Panchana? ¿Le han dicho a todos los ecuatorianos que sobre esas minas de oro, plata, cobre, uranio… existe una de las zonas con mayor biodiversidad en el mundo? ¿De qué nos sirve ese 5% de regalías si el producto de la venta de esos recursos caerá en un barril sin fondo o, más bien dicho, en el bolsillo de unos pocos?

Disculpe la sinceridad. La verdad es que no podía dejar más tiempo para decirle todo esto. No piense en usted sino en los que todavía tienen fe en usted y sueñan en otro país. El cambio y la revolución todavía están por gestarse.

22
Ene

Obama ordena el cierre de Guantánamo y otras prisiones de la CIA

WASHINGTON — Varios voceros del gobierno mencionaron que se espera que el presidente Obama firme los decretos ejecutivos este jueves, ordenando a la CIA el cierre de su red de prisiones secretas y ordenando el cierre del campo de detención de Guantánamo en el plazo de un año.

Fuente: New York Times

Traducción: LAM

21
Ene

Floresmilo Simbaña: ¿Ecologismo infantil o desarrollismo senil?

floresmilosimbanaEsta es la pregunta que se hace el intelectual catalán Joan Martínez Allier, al analizar el modelo de desarrollo impulsado por el Gobierno ecuatoriano. Afirma que Correa “comparte la idea de que es necesario desarrollar a cualquier costo las fuerzas productivas y crecer, crecer y crecer”, sin responder claramente a sus graves consecuencias.
El Ecuador intentó a partir de los años ’60, de siglo XX, implementar el modelo de desarrollo basado en la industrialización, financiado en parte con deuda externa pero, sobre todo, con la explotación petrolera. La ansiada industrialización no se dio, mucho menos el crecimiento económico, aumentando únicamente la deuda externa: de 380,4 millones de dólares en 1973, para 1984 debíamos 6.949,2 millones, año en que se clausuró definitivamente dicho proyecto.
La propuesta del Gobierno de financiar el crecimiento económico con la ampliación de la frontera petrolera y la apertura de una etapa minera a gran escala, planteamiento sostenido por los tres últimos gobiernos, ha provocado reacciones desde muchos sectores. Desde los movimientos populares, particularmente desde el movimiento indígena, se hacen varias observaciones y propuestas alternativas, tanto al modelo gubernamental como a los contenidos de los proyectos de leyes que lo viabilizarían: el de soberanía alimentaria, de aguas y minería. La respuesta del Gobierno no ha sido precisamente la apertura al debate con estos sectores, pero con los empresarios sí lo hemos visto almorzar y conversar en varias ocasiones.

“¿Acaso es esa la diferencia entre una revolución socialista y la revolución ciudadana?”

Estos tres proyectos de ley dieron pie a respuestas encontradas. Por un lado, ante la actitud crítica y entrega de propuestas alternativas por parte del movimiento indígena y otros sectores sociales, los sectores empresariales, particularmente los mineros, comerciales, petroleros y agroindustriales, que atacan y dialogan con el Gobierno, fuera de la escena pública, arremeten contra las organizaciones populares. Luego de la movilización del 19 de noviembre pasado en el sector de Cajas, donde la CONAIE presentó sus proyectos de leyes de agua y soberanía alimentaria, se realizó en Cayambe una reunión de floricultores y hacendados para diseñar estrategias cuyo objetivo es “contrarrestar la fuerza indígena”, por considerarla una amenaza para sus intereses. A propósito del paro minero sostenido por las comunidades afectadas por la explotación minera, se dieron hechos de violencia rechazados por los propios dirigentes, pero el Gobierno en lugar de investigarlos, utiliza sin ninguna ética esas imágenes para deslegitimar y criminalizar la resistencia popular.
¿Cómo entender que desde Cuba, que celebra 50 años de revolución, se agreda a organizaciones de izquierda que no son sumisas al Gobierno? Desde el país socialista se amenazó con encarcelar a los trabajadores que quieran reclamar y defender sus derechos. Desde la patria que ha sostenido la dignidad de los pueblos oprimidos, calificó de delincuentes y criminales a los luchadores sociales.
¿Acaso es esa la diferencia entre una revolución socialista y la revolución ciudadana?

21
Ene

Alejandro Moreano: Minería y Desarrollismo

moreano2La imagen de una de cal y otra de arena, como característica de la política del Gobierno, ha llegado a extremos increíbles. Un amigo me dijo: ahora son una de cal y tres de arena.
Entre las de cal, tenemos el viaje a Irán e inicio de relaciones económicas que incluyen la compra de armas, medida poco grata a Israel y EE.UU., viaje solidario a Cuba, condena sin apelaciones a Israel, medidas de protección arancelaria a la producción nacional.
Entre las de arena destacan la aprobación de una Ley y de un proyecto de minería a gran escala con la presencia de trasnacionales canadienses y chinas, y su conversión en el futuro eje de la economía del país; convenio con IVANHOE, detrás de la cual parece estar la OXT; ley de soberanía alimentaria a favor de trasnacionales como Monsanto y de importadores y no de los campesinos; represión estilo Dayuma de las movilizaciones de campesinos, pequeños mineros y pueblos indios, y pugna continua con los movimientos sociales que han resistido al neoliberalismo.
La acción del régimen parece desafiar la lógica política, según la que no puede haber líneas tan antagónicas, a riesgo de romper el cuerpo -y el alma- del Gobierno. ¿Cuál la explicación?

“El proyecto del Gobierno se nutre el viejo desarrollismo cepalino de los '60."

El Informe del segundo año del Gobierno es muy revelador. El proyecto del Gobierno se nutre el viejo desarrollismo cepalino de los '60, dominante durante los '50 y '60, en particular en los Gobiernos de Frei y Kubitschek. Correa nunca llegó ni comulgó con la Teoría de la Dependencia y la Teología de la Liberación. Un desarrollismo tecnocrático, además, que no funda la política en el pueblo, sino en el manejo del aparato estatal.
La centralización del Estado, la inversión pública como eje del desarrollo, el gasto social, los tributos directos, el control de la banca son clásicas medidas desarrollistas.
La tozudez del Gobierno en la minería encuentra su sentido en esa óptica desarrollista, pues, en una perspectiva nacionalista, es incongruente en tanto refuerza la dependencia a las corporaciones trasnacionales y al mercado mundial. A la vez, la insistencia en la aprobación del proyecto minero, atacando con virulencia a los sectores populares opuestos, expresa una suerte de mesianismo tecnocrático.
Para el Gobierno, el proyecto minero es una forma de financiación del déficit en la balanza de pagos provocado por la crisis mundial. Se trataría entonces de compromisos con las trasnacionales para grandes inversiones inmediatas, y una señal a los organismos internacionales para que no veten el acceso a los créditos. Tales "medidas", en la óptica desarrollista, permitirían aliviar el déficit de cerca de 3 o 5 mil millones de dólares y preservar la actual política de desarrollo.
No importan la consolidación de la dependencia, el duro golpe a la integración, los riesgos ambientales, los conflictos sociales.
El desarrollismo es progresista frente al neoliberalismo pero conservador frente a un proyecto nacionalista y popular. ¿Estamos ante un viraje histórico y la marcha de hoy, 20 de enero, marca el fin de un dinamismo político basado en la confrontación del Gobierno con la derecha e inicia la dinámica de la oposición con la izquierda, los pueblos indios, campesinos y trabajadores?

20
Ene

Sobre la Crisis Global 1ra. parte (Oscar Ugarteche)

(Remitido por Edmundo Castañeda)

La crisis general: Elementos teóricos

Oscar Ugarteche

ugarteche2Hay numerosas interpretaciones sobre la crisis financiera así llamada mundial y hay pocas lecturas desde un ángulo tecnológico. Este texto pretenderá mostrar a la crisis actual como una crisis de relevo, en términos de Carlota Pérez (2004) y por lo tanto en búsqueda de soluciones integrales radicales en términos productivos, institucionales, y comerciales. Hay acuerdo entre tirios y troyanos que es la crisis más importante desde 1930 y hay lecturas sobre el colapso del capitalismo, y otras sobre la generalización de la crisis en el mundo. Acà se va a auscultar lo que queremos decir por “generalización”.

La crisis del capitalismo financiero maduro

Como en 1930, 1872 y 1827 hay una crisis del sistema financiero en el país líder que arrastra el funcionamiento del sistema financiero internacional dependiente de sí. Esto indica el final de una etapa de financiarización a la que se han referido tanto Marx (1977) como Kindleberger (1978 ) en el plano [económico] y el Presidente Sarkozy en el plano político. Pérez asocia la financiarización con el momento de despliegue de la nueva tecnología tras una crisis general de productividad cuando la tecnología debe de cambiar. Para comprender las razones de la financiarización, es decir, de sacar del manejo financiero de “caja y bancos” y de los pasivos la rentabilidad de la empresa y no de los márgenes de ganancias sobre los productos vendidos – de la economía real – es necesario comprender que los cambios tecnológicos son muy costosos tanto para el que introduce la innovación, que este ciclo tecnológico de la información ve como la siguiente innovación sale al marcado antes que haya recuperado su inversión, como para el que la utiliza.
Quizás el ejemplo más evidente es una empresa que compró computadoras para toda su planta profesional y secretarial que costaban 3,000 USD en 1982 (equivalentes a 6,000 USD en dólares del 2006) y que una vez instaladas quedaron obsoletas en un año. Todo el equipo de cómputo inicial queda desechado y debe de comenzar nuevamente.
Este proceso y otros análogos se han dado desde inicios de los años 80 sobre todo durante el periodo de despliegue de la nueva tecnología. La empresa que no realiza la modernización queda fuera de la competencia, pero por otro lado, el que la realiza pierde rentabilidad al invertir cantidades sustantivas de dinero en el proceso de modernización. La única alternativa es hacer un manejo de la liquidez “creativo” y un manejo de los pasivos, “agresivo”. Eso explica que la financiarización comenzara junto con el cambio tecnológico en los primeros años 70 del siglo pasado y que se fuera acentuando hasta llegar al paroxismo a fines de la década de los años 90 cuando la búsqueda de innovaciones se extremó.

La crisis de sobreproducción

La crisis que se está viendo se inició hace más de una década y fue medianamente controlada hasta que llegó al centro, a la raíz del problema. Hay un problema de las reglas del juego económicas que han consistido en abrir las economías de forma que las trasnacionales incrementaren su rentabilidad a partir de mano de obra barata en países remotos lo que ha requerido la apertura del mercado de capitales, la apertura del mercado de bienes y servicios, y sobre todo, el cierre de los espacios de movilidad de las personas para mantener los salarios bajos.
La liberación del mercado de capitales acompañada de la privatización de las empresas públicas permitió la expansión del capital trasnacional que compró tanto bienes públicos globales como agua y aire (bosques) como servicios públicos en general, electricidad, telefonía, banca, etc. Lo paradójico es que al funcionar de este modo y estar hecha dicha teoría económica, y sus instituciones, con esa finalidad, el incremento del gasto público estadounidense generado por el gobierno de los Estados Unidos desde enero del 2001, para salir de la recesión/depresión con deflación del 2000-2001 no arrastra su crecimiento.
Se ha demostrado que la economía de los Estados Unidos es porosa y que los efectos del gasto público del país del norte en la primera década del siglo XXI se ven en el crecimiento del déficit externo habiendo llevado a la devaluación de su moneda. De este modo, la invasión a Irak se reflejó en un alza en los precios de los commodities al mismo tiempo que en un auge de las bolsas pero en lugar de beneficiar a la economía de Estados Unidos en su conjunto generó un déficit externo solo imaginable en una economía que imprime el dinero internacional. Los beneficiarios de esa guerra tuvieron en los Estados Unidos nombre propio: Carlyle, Bechtel, los Bush, Cheney, Rumsfeldt y ahora el General MacAfee. El problema es que las guerras ya no arrastran a la economía que las genera. Es más, lo que es bueno para las empresas que hacen la guerra ya
no es bueno para los Estados Unidos en la presente circunstancia. Sí lo ha sido para un selecto número de personas del entorno neoconservador y para la banca de inversión mientras duró la burbuja. Luego quebró y es rescatada desde el Tesoro por el ex presidente de Goldman Sachs. It’s business, not economics.

Sobre la generalización

La crisis es sobre todo de Estados Unidos pero es de la marcha del capitalismo estadounidense bajo las reglas del juego de utilizar la mano de obra barata de alrededor del mundo para beneficiar a las trasnacionales. Lo es también del patrón de acumulación basado en el motor a combustión que ha terminado con el planeta como lo conocimos y que si no se modifica ahora terminará con la especia humana. Ambos son elementos generales pero que se definen en el G7. Es también una crisis de un orden internacional surgido en los años 70 donde siete países deciden su destino económico y le imponen a los otros 187 como hacerle para su propio beneficio, arrebatando la libertad de estos 187 gobiernos con el argumento de que saben más. Esta crisis es también general porque es evidente que le teoría económica ortodoxa evidentemente no la pudo ni prever ni resolver en los términos del mercado. Ahora ya no pueden decir que saben más y por eso subordinan al resto.

Sobre la crisis global

Una crisis se vuelve global cuando hay elementos de contagio y el arrastre de la economía mayor en efecto impacta sobre todas las demás muy adversamente. Históricamente cuando caían las bolsas subían las tasas de interés a niveles récord y los países deudores suspendían pagos de deuda. En este proceso se suspendían los mecanismos de crédito internacionales y los precios de las materias primas se desplomaban. Esto fue cierto en las crisis de 1827, 1872 y 1929. Igualmente es verdad que las bolsas caen durante cuatro años y la economía líder se estanca abajo al cuarto año de caída llevando a la restructuración productiva, institucional y teórica que impulsa la consolidación de la tecnología introducida treinta años antes.
En economías lideradas por las exportaciones con un único mercado grande esto tenía un efecto letal. El gran cambio es que ya no hay una economía líder que arrastra toda la economía global, aunque los periodistas del Wall St Journal insistan en la crisis global y peor en un mundo Estados Unidos-céntrico. No se resignan a que es una crisis de Estados Unidos contagiada a algunos más que a otros. Esto ocurrió en la medida que Asia tomó impulso liderado por China, Sudamérica tomó impulso liderado por Brasil/Argentina, medio oriente lo tomó por los Emiratos, Eurasia lo tomó liderado por Rusia y África liderado por la China y Sudáfrica y que el comercio entre todos ellos es una parte importante del comercio mundial de ellos. Si bien el grueso del comercio es intra G7, para el
resto del mundo el G7 es la mitad del comercio y los circuitos intraregionales están fortalecidos. Hoy están muy severamente impactados los del G7 que comercian y cruzan instrumentos financieros entre sí, así como México y Centroamérica por sus grados de interpenetración con el vecino del norte.
En el plano financiero están más severamente impactados los que trabajaron en el mercado de derivados aunque todas las bolsas de valores del mundo se cayeron de forma sincronizada. La caída de las bolsas no significa lo mismo para todas las economías por el peso diferenciado de éstas en la economía. El efecto sobre los sistemas privados de pensiones será parecido para todos aunque en algunos países el sistema privado cubra a una parte ínfima de la fuerza de trabajo y en otros a porciones mayores.
El FMI dice que el mundo continúa afectado por el impacto de la crisis financiera y por los precios volátiles de las materias primas. La perspectiva, dicen, es una reducción de la actividad económica global a niveles igual de bajos que en la recesión del 2001. Considerando que América Latina casi no tuvo crecimiento durante los veinte años desde 1982, ahora parece haber mayor crecimiento que entonces. Igualmente Asia continúa con tasas de crecimiento muy altas aunque levemente reducidas de niveles récord, Rusia sigue su curso y aunque se pronostica catástrofes en el precio del crudo la realidad es que la burbuja petrolera a 150 dólares barril fue reventada por el propio Paulson y los precios tenderán a estabilizarse en el nivel real de la demanda internacional entre 50 y 100 dólares barril y no menos que eso.
En conclusión, en este contexto se abre el espacio para el fortalecimiento de los sistemas intraregionales de comercio y finanzas, para la reorganización del sistema financiero internacional dándole nuevos roles al FMI y al Banco Mundial que necesariamente deberán tener una estructura representativa de los acreedores del mundo actual y sobre todo, es el momento de pensar una teoría económica contra-cíclica que privilegie el mercado interno, acompañado del externo, que imagine sistemas productivos que conserven el medio ambiente y sistemas distributivos que incorporen a todos y todas.


Bibliografía
Fondo Monetario Internacional. 2008. Regional Economic Outlook, Western Hemisphere: Grappling with the Global Financial Crisis, Washington D.C.
Kindleberger, C. P. 1978. Manias, Panics and Crashes: A History of Financial Crises, John Wiley & Sons, New York.
Marx, Karl, El Capital, Siglo XXI, México, 1977, Tomo III, cap. 24
Pérez, C. 2004. Revoluciones tecnológicas y capital financiero. La dinámica de las grandes burbujas financieras y las épocas de bonanza. Siglo XXI, México.

O. Ugarteche es investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM (Universidad Autónoma de México), miembro del Sistema de Investigaciones de México, SEPLA y de Latindad; preside ALAI (Agencia Latino Americana de Informaciones) y coordina el observatorio OBELA.org

20
Ene

Mario Unda: ¿Giro a la derecha?

Entre la crisis y las elecciones

La derechización del gobierno y el peligro de derechización de la izquierda radical

En el éxtasis del triunfo, el presidente Correa hacía su balance de los resultados del referéndum aprobatorio de la nueva constitución. Fue a fines de septiembre del 2008. La derecha, dijo, está derrotada, y de inmediato fijó los nuevos adversarios: la “izquierda infantil”, los “ecologistas infantiles”, “el indigenismo infantil”; es decir, todo aquello que tiene la pretensión de moverse a su izquierda de modo más o menos organizado y más o menos autónomo. Como análisis resulta cuando menos apresurado –como no tardaría en verse–, pero como consigna y palabra de orden tiene la virtud de marcar de modo inequívoco el arranque de un nuevo rumbo político.

La derecha-derecha

Es cierto que las derechas han sufrido una serie de derrotas electorales. 4 consecutivas a partir de la segunda vuelta electoral del 2006. Las derechas han sido derrotadas, y esto fue así tanto para los dos bloques de sus partidos “tradicionales” (PSC+UDC+ID; PRIAN+PSP+PRE), como para sus nuevas formaciones políticas (Futuro Ya, Uno, Concertación Nacional, etc.). Incluso para aquellos que otrora se presentaban como el “poder moral”: las grandes empresas de comunicación y las jerarquías eclesiásticas. Quizás la derrota más dura fue la del referéndum aprobatorio de la nueva Constitución, porque allí, como nunca antes, se presentó abiertamente como bloque... y fue derrotada en bloque.

Sin embargo, vale hacer algunas puntualizaciones, precisamente para esas últimas elecciones. En primer lugar, la derecha mantuvo dos reductos electorales que no dejan de tener significación: Guayaquil, la ciudad más poblada del país; y la provincia del Napo, cuya importancia está ligada a la explotación petrolera (igual que Sucumbíos y Orellana).

En segundo lugar, que la votación que la derecha pudo movilizar en contra de la esperanza del cambio prácticamente se duplicó, si la comparamos con la votación obtenida unos pocos meses antes para conformar la Asamblea Constituyente. Si bien no le alcanzó para impedir la aprobación de la nueva Constitución, el significado de un incremento de ese nivel no puede ignorarse a la ligera: pues significa que hay una reserva de conciencia conservadora en la ciudadanía, aunque por ahora sea menor que la voluntad de cambiar.

Finalmente, hay un hecho que no puede olvidarse. La derrota de la derecha fue una derrota política. Quizás, con más precisión, una derrota a sus formas políticas visibles. Pero su poder no reside fundamentalmente allí, sino en control de la economía, que no ha sido tocado en lo sustancial. Y eso se vio de modo claro en la ofensiva de diciembre. La Asociación de Bancos Privados, el Comité Empresarial y la Federación de Cámaras enfilaron sus disparos contra el gobierno acusándole de ser el causante de la crisis y de la inflación, sobre todo del incremento de los precios de los alimentos, que han sido los más significativos, una campaña a la que se unió –cómo no– la prensa. La crisis fue el pretexto; hacer retroceder al régimen fue el objetivo: volver a plantear como única salida posible el recetario neoliberal y, en lo inmediato, modificar la ley de seguridad financiera. Tuvieron éxito porque Correa decidió recular en cuanto a la ley.

En fin: la derecha, como se preveía, prefiere ahora enfrentar las elecciones generales de abril bajo un ropaje “ciudadano”, de siglas y nombres nuevos, poniendo en segundo plano las formas políticas que se ganaron con justicia el desprecio de la gente.

El gobierno y sus desplazamientos a la derecha

La crisis es un punto de quiebre; pero los primeros pasos vienen de atrás. El desplazamiento tiene varios componentes, más antiguos, unos; recientes, otros. Entre los primeros, se encuentra el ataque y la deslegitimación de la protesta social y de los propios movimientos, el empeño en aprobar una ley minera que pone énfasis en la presencia de compañías transnacionales, o el marcado personalismo caudillista del régimen. Entre los segundos, la moderación de las reformas y de los intentos de redistribución social, o la utilización de la crisis para rearmar el mapa de relaciones y alianzas, especialmente con los grandes grupos económicos.

En efecto, el gobierno había iniciado relativamente temprano su distanciamiento y, en seguida, su enfrentamiento con los movimientos sociales. La elaboración de las listas para elegir asambleístas fue la ocasión de hacer patente el distanciamiento: el gobierno desechó las alianzas con los movimientos sociales más organizados y con mayor capacidad de convocatoria y de propuestas autónomas. Optó, en cambio, por atraer a organizaciones menores. Se decía que era una secuela de la falta de apoyo de los movimientos a la candidatura inicial de Correa. Pudo haber sido. Pero todo eso no fue más que el inicio de desencuentros más profundos. Detrás de las apariencias y por debajo de la superficie, no todo era cuestión del sectarismo y los malos cálculos de unos, o de las prevenciones y la personalidad de los otros.

Las discusiones (o falta de discusiones, según el caso) durante la Asamblea Constituyente, tanto para la aprobación de los mandatos como para la redacción de la nueva Constitución mostraron ciertos puntos (importantes) de coincidencia: en lo tocante a la eliminación de las aristas más brutales del neoliberalismo; en torno a la soberanía y la prohibición de bases extranjeras; en cuanto a la recuperación de las capacidades del Estado, sobre todo en lo atinente a planificación y políticas sociales.

Pero, al mismo tiempo, la Asamblea mostró que las distancias ya no eran sólo electorales: se trataba de distanciamientos programáticos: las limitaciones al derecho de sindicalización y de huelga, el tratamiento del agua y la minería, en fin: la democracia. Convergencias y divergencias de dos proyectos cercanos, pero distintos. Entre ellos, la brecha ha ido creciendo.

De este modo, las posibilidades iniciales de confluencia fueron dando paso a los desencuentros y a los enfrentamientos. Muy pronto Correa pasó a la ofensiva y comenzó a atacar a los movimientos y organizaciones: los indígenas, los ecologistas, los sindicatos. En todos los casos, su discurso se dirigió a deslegitimar a los movimientos frente al resto de la sociedad. Los sindicalistas defienden prebendas, los ecologistas son infantiles, al igual que los indígenas. Por último, las comunidades que salen a protestar contra la aprobación de la ley de minería son “canallas y criminales”, como habían sido “terroristas” los pobladores de Dayuma, en la Amazonía.

Unos y otros son presentados como objeto de manipulación política y como enemigos de la “revolución ciudadana”. A unos y a otros se los reprime violentamente, se los somete al escarnio público en cadenas de radio y televisión, se les inicia juicios por intento de asesinato. Deslegitimación, criminalización y judicialización de la protesta social.

La conclusión es que el gobierno pretende aislar a los movimientos más radicalizados; y no sólo eso: enfrentarlos a la gran masa desorganizada, que todavía se encuentra bajo el influjo de su discurso caudillista. Desde esta perspectiva hay que analizar el autoritarismo de Correa y su limitada comprensión de la democracia, reducida al padre severo que imparte justicia tras haber recibido de su pueblo el mandato de hacerlo. Con su enfrentamiento a los movimientos sociales, con el modo de hacerlo, y con los contenidos que conlleva, el presidente se basa y refuerza las tendencias antidemocráticas que existen en la conciencia social (aquellas que añoran mano fuerte, indistintamente de si es de derecha o de izquierda).

Pero, ¿hay una vuelta al pasado neoliberal? O, peor aún, ¿es que nunca salimos de él y fue todo un espejismo? Como poco, hay que decir que es demasiado pronto para extraer una conclusión así. El proyecto del gobierno fue siempre una reforma capitalista. No hay por lo tanto un abandono del proyecto inicial, sino simplemente un desplazamiento hacia la derecha dentro del mismo marco que se estableció desde enero del 2007. El gobierno continúa en un rumbo desarrollista, neokeynesiano. Continúa reforzando al Estado y sus funciones. Sigue utilizando la inversión pública como motor de la marcha económica. No avanza en la redistribución social, pero tampoco retrocede (y la utiliza como mecanismo de legitimación política), e incluso anuncia una nueva reforma agraria. No se han abandonado los programas sociales, aunque tampoco se los transforma radicalmente. Y se mantiene una política internacional que privilegia los bloques regionales y continúa alejada de los intereses de las grandes potencias, especialmente de Estados Unidos (incluyendo la tardía reacción frente a la criminal invasión israelita a la franja de Gaza). Todo esto, por cierto, dentro de determinados límites.

Ahora bien: se trata de un rumbo que se ha profundizado a partir de noviembre de 2008, a medida que el gobierno fue poniendo en marcha discursos y propuestas políticas para enfrentar la crisis mundial. Este nuevo desplazamiento aparece claro en su relación con la burguesía. De partida: tratándose de un gobierno que impulsa un proyecto de reforma burguesa, requiere armar un marco de alianzas relativamente significativo con grandes grupos empresariales. Desde el inicio de su gestión, había enfrentado esta tarea suya construyendo cercanías por fuera del ámbito de aquellos sectores que, representados en las cámaras empresariales y en los partidos del establishment, habían privatizado en su beneficio la política y el Estado en estos últimos 30 años.

Sin embargo, la crisis ha mostrado una modificación en la política del gobierno hacia los grupos empresariales. Primero fue la reunión en Guayaquil, intermediada por los buenos oficios del Banco de Guayaquil. Allí mismo y después, las medidas que protegen al capital frente a la crisis (insistiendo, hay que reconocerlo, en fortalecer al capital productivo y en controlar el movimiento de capitales por parte de la banca, sobre todo los envíos al exterior). Luego vinieron aquellas otras medidas que ponen un freno a las tendencias redistributivas del gobierno: están simbolizadas en un incremento salarial que cubre apenas los efectos de la inflación. Después fue “recular” ante la presión de los gremios de los grandes bancos (apenas unos días después de haberlos amenazado… con la cárcel), dejando de lado su propuesta de poder invertir los fondos de seguridad financiera en la región. Salarios y banca: en ambos casos hablando de “tranquilizar” los mercados y de “no perjudicar” a los empresarios. ¿La crisis sirve para lanzar guiños a los empresarios e intentar ampliar la base de sus alianzas con los grandes grupos empresariales, incluidos aquellos que se sitúan en la oposición radical?

En estas circunstancias, tiene mucho más sentido el esfuerzo de Correa por desembarazarse de sus aliados de la izquierda. La primera escaramuza fue dentro de Alianza País. El ataque a los “infiltrados” que tenían “agenda propia” fue poner en cuarentena a las izquierdas internas que no habían perdido la perspectiva de algún cambio más profundo. Al mismo tiempo, todo ello le permite aumentar su poder personal dentro del heterogéneo movimiento oficialista. Sus integrantes saben su propia debilidad, entienden que sus posibilidades políticas están en la sombra de Correa. No lo estorbarán con inútiles opiniones en contra. Si todo esto sigue así, pronto no quedará más izquierda en el oficialismo que la izquierda sumisa. Una sumisión que no proviene de características psicológicas, sino del cálculo político oportunista, habilidad de la que ya dieron muestra durante el gobierno de Gutiérrez.

Lo propio puede decirse de sus empeños por desembarcar al MPD. Aunque el MPD no participa directamente en el gobierno, ha permanecido a sus costados a partir de la segunda vuelta electoral. Correa realiza sus mejores empeños: lanza dardos contra la UNE, amenaza con despedir a los maestros y a todo empleado público que proteste, pone en marcha provocaciones simbólicas, lanzándose duramente contra la izquierda y contra los movimientos sociales en su acostumbrado programa radial sabatino, emitido en esa ocasión desde La Habana. Pero no ha logrado coronar aún sus empeños con el éxito, pues el MPD persiste en brindarle su apoyo (“apoyo crítico”, según su más reciente resolución). Pero todo será cuestión de tiempo.

El peligro de derechización de la izquierda radical

¿Y las izquierdas radicales? Los riesgos de derechización no son nuevos en este campo, sobre todo en aquellos que van al ritmo de sus propias ilusiones. Un discurso radical sustentado en análisis simplificadores, en el desconocimiento de los avances producidos, en la identificación fácil de la política gubernamental con el neoliberalismo.

El ultracriticismo frente a Correa desde el inicio del gobierno las ha alejado sensiblemente de la conciencia de las mayorías que todavía identifican el cambio (y su propio despertar político) con el gobierno, con el presidente en persona, quizás con la “revolución ciudadana”, acaso con el “socialismo del siglo 21”. Sus errores de apreciación política y las ambiciones personales y de grupo los pagó con la bochornosa participación en las elecciones para asambleístas. Y por la misma vía transitaron varios grupos de esta corriente en el referéndum aprobatorio.

Ese riesgo no era más que impedirse a sí misma contribuir en la construcción de un campo político de izquierda radical fuera de los marcos de la cooptación gubernamental. Pero ahora los riesgos de derechización efectiva pueden ser reales y concretos: están en el escenario electoral. La candidatura de Martha Roldós puede ser un elemento de reagrupación de la izquierda y de recuperación de espacios políticos. Pero para eso tiene que desmarcarse claramente de la derecha; que es más fácil decirlo que hacerlo. Si esa candidatura aparece como una “iniciativa de la RED y de Polo Democrático”, a la que se suman organizaciones sociales y otros grupos menores, es evidente que el riesgo está en el propio origen.

Aunque Martha Roldós sea una persona de izquierda, el partido en el que está no lo es, y en estos últimos dos años ha derivado francamente hacia la derecha. Y su jefe reconocido, León Roldós, es el nexo con grandes grupos empresariales, sobre todo de la costa. Martha Roldós comenzó su anuncio presentándose como parte de las luchas sociales contra el gobierno: Dayuma, las luchas contra la minería... y los estudiantes de la Universidad Católica de Guayaquil, avanzada de la renovación de las élites políticas oligárquicas en esa ciudad. ¿Es esa la alianza que va a asegurar mejores días para la izquierda?

Más aún: si la derecha no logra cuajar una candidatura presidencial con ciertas opciones, ¿sería descabellado pensar que apoye, así sea de modo silencioso y encubierto, una candidatura que se presenta como una opción izquierdista a un gobierno que presume de izquierdas?

Las posibles ganancias electorales resultan tentadoras. Y son buenas. Siempre y cuando no se hipoteque en el camino la posibilidad de construir una clara política de independencia política y programática de clase.

Mario Unda

Viernes 16 de enero de 2009

19
Ene

Invitación del INSTITUTO NACIONAL DE PATRIMONIO CULTURAL

(Remitido por Iván Castro)

INSTITUTO NACIONAL DE PATRIMONIO CULTURAL

Dirección Regional 3

INVITA

Apreciación del Arte:

La Atracción del Más Allá

Dentro del ciclo de videos documentales de los Jueves de Patrimonio: Derecho a la Memoria. La Atracción del Más Allá es de aquellos documentales que cuenta la relación entre el arte y la espiritualidad del ser humano, así como su necesidad de trascender sobre su propia existencia.

Hora: 19h00 p.m

Día: Jueves 22 de enero de 2009

Lugar: Casa de la Cultura, nucleo del Chimborazo

Rocafuerte y 10 de Agosto (esquina)

RIOBAMBA

ENTRADA LIBRE

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