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Abr

Juan Paz y Miño: Empresarios y trabajadores

pazyminoLa CEDOC (1938), artesanal y confesional, la CTE (1945), ligada al Partido Comunista y la CEOSL (1962) vinculada al “sindicalismo libre” de inspiración norteamericana, fueron las primeras centrales de trabajadores del Ecuador. Hasta los años sesenta del pasado siglo permanecieron enfrentadas por razones ideológicas. Pero en los setenta, esas centrales experimentaron singulares cambios internos y redefiniciones ideológicas, de manera que la paulatina confluencia de sus intereses clasistas, logró unirles en el FUT (1981) y plantear “plataformas de lucha” comunes.

Iniciada la época constitucional (1979), el FUT se convirtió en el protagonista central de las reivindicaciones populares. Combatió sistemáticamente a las medidas económicas de Osvaldo Hurtado (1981-1984). Realizó 4 huelgas nacionales. También enfrentó al gobierno de León Febres Cordero (1984-1988), con 7 huelgas nacionales. Y todavía hizo 4 huelgas nacionales al gobierno de Rodrigo Borja (1988-1992). Pero para entonces el FUT se desinflaba junto al derrumbe de los paradigmas de la “lucha de clases” y la desaparición del socialismo soviético. Desde 1990, el protagonismo pasó a manos del movimiento indígena.

Otros protagonistas políticos de la época (hasta hoy) fueron las cámaras de la producción. Resistieron sistemáticamente al gobierno de Hurtado al que acusaban de “comunista”. En cambio fueron el soporte de Febres Cordero, por ser el gobierno ideal de sus intereses. En la época de Hurtado, la democracia cristiana (DP), de la que provenía el presidente, postulaba el “socialismo comunitario”. El gobierno se definía como reformista y popular. Otra cosa es que la DP abandonaría después sus postulados, dando un giro total.

El gobierno de Febres Cordero, en cambio, pasa a la historia por autoritario, represor y violador de derechos, incluidos los de los trabajadores. Nunca recibió a algún dirigente sindical. Para aquel gobierno de empresarios el “consenso” o el “diálogo” no existían frente al FUT.

En la huelga nacional del 23 y 24 de marzo de 1983, adhirieron al FUT amplias organizaciones y sectores sociales, en reacción contra el nuevo “paquete” de medidas económicas de Hurtado y contra la “sucretización” de las deudas privadas, tan beneficiosa para el empresariado (sus deudas en dólares fueron convertidas a sucres y el Estado asumió el pago en dólares). Lo singular del momento fue que, por primera vez en la historia, se unieron a la huelga la Federación de Cámaras de Comercio del Ecuador y otros grupos patronales, en un “paro empresarial” para protestar contra el manejo económico y exigir un “cambio ideológico en la conducción del Estado”.

Desde esa época, la segunda vez que convergen trabajadores y empresarios en una lucha “clasista” común contra las medidas y políticas gubernamentales es la que ha ocurrido en estos días. Ambos sectores se oponen a la “mensualización” de los fondos de reserva del IESS. Pero, si se examina con perspicacia, todos los argumentos ideológicos provienen y los han ganado los empresarios. ¡Qué ironías tiene la historia!

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