Hace seis años, la Agencia de Desarrollo Económico del Municipio de Quito, Conquito, inició un proyecto de huertos orgánicos familiares, en pequeñas granjas dentro del Distrito Metropolitano. Los volúmenes de producción permitieron que las hortalizas y verduras, destinadas en un principio al autoconsumo, empezaran a comercializarse en la ciudad. Según datos de organización, la demanda por los alimentos de estos huertos orgánicos ha crecido un 30%, en los últimos tres años. En la actualidad, 420 granjas forman parte del proyecto y proporcionan un medio de subsistencia a cerca de 5 000 personas, que entregan su producción en ferias municipales. (DP).
La agricultura urbana germina con éxito en la capital
Un total de 420 huertos familiares, ubicados en distintos barrios de Quito producen y venden hortalizas y verduras orgánicas
En medio de los edificios y el tráfico, el escenario urbano de Quito alberga a 420 huertos comunitarios que maduran, producen y abastecen a cientos de consumidores de la capital. La iniciativa es parte del plan Agrupar, iniciado por la Agencia de Desarrollo Económico del Municipio de Quito, Conquito, y proporciona un medio de subsistencia directo a cerca de 5 mil personas.
El programa empezó hace seis años como un proyecto familiar de cultivo orgánico para el autoconsumo; sin embargo, el éxito alcanzado en el rendimiento y el volumen de producción logró que el modelo evolucione hacia la venta masiva de verduras, hortalizas y hierbas medicinales, entre otros productos agrícolas.
José Coronado, agrónomo y técnico de la agencia, explicó que familias, vecinos y hasta centros educativos forman parte del programa, que entre sus ventajas contempla el hecho que no requiere grandes extensiones de terreno para cultivar. "Hasta en 20 metros cuadrados es posible iniciar un huerto. El primer paso es contar con la agrupación de 10 personas, que estén dispuestas a capacitarse y a aplicar las enseñanzas que se les proporciona", indicó. El especialista manifestó que los interesados reciben conocimientos sobre riego por goteo, abonos naturales y preparación del suelo, entre otros conceptos fundamentales para convertirse en "agricultores citadinos".
Sembrar respetando la tierra
Tomate, lechuga, acelga, calabacín, cebolla blanca, paiteña, zanahoria y rábano son algunos de los productos más exitosos que provienen de estas pequeñas granjas, ubicadas a lo largo del distrito metropolitano.
La inversión promedio para la instalación de un área de siembra de 40 metros cuadrados alcanza los $400. "Como pusimos entre todos el dinero, no tuvimos que gastar mucho. Con lo que estamos vendiendo ya recuperamos la plata", indicó Paulina Aimacaña, propietaria de una granja urbana, en el barrio de Monjas, al suroriente de Quito.
En su pequeño sembrío, la mujer cosecha hasta 300 libras de tomate al año. Comenta que la idea de sumarse al cultivo orgánico le gustó como una alternativa saludable y económica para alimentar a su familia. Lo que no imaginó es que su pequeña granja de 25 metros cuadrados iba a convertirse en un ingreso económico para su familia. La venta de tomates le reporta entre $150 y $200, cada dos meses.
Coronado explicó que el tomate es el producto de mayor venta, debido a que su rentabilidad es la más alta. Por cada planta sembrada se obtienen hasta 4 kilos del fruto. En un huerto promedio se siembran hasta 130 plántulas de tomate, "por lo que es posible obtener de 800 a 1 000 libras del producto al año", indicó.
Parte del éxito del rendimiento de las granjas urbanas de Conquito radica en el proceso de cultivo orgánico, ya que desde la preparación del suelo, hasta la decisión de que productos se sembrarán "se basa en un respeto a la tierra; la idea es devolverle los nutrientes que se requieren con cada cosecha. Por eso uno de los aspectos más importantes es la alternabilidad en los sembríos y por supuesto, la utilización de abonos naturales en todo el proceso", indicó.
En la búsqueda de mercados
Desde las 06:00 de la mañana, cada jueves, Marta Taco camina desde su vivienda en Auki de Monjas hacia el barrio La Vicentina. El motivo de su larga caminata es ofrecer a los habitantes de este sector las legumbres y hortalizas que cosecha en los tres huertos que mantiene en su casa. Pero además de la venta directa de los productos de las granjas, los participantes de este programa también los comercializan a través de las bioferias que se organizan en las ocho administraciones zonales del Distrito Metropolitano y en las Canastas Solidarias, que se venden a través de Conquito.
A esto se suma, el compromiso de la Asociación de Hoteles de Pichincha, que adquirirá la producción de los huertos, para ofrecer a sus huéspedes vegetales cosechados sin químicos. (DP)
Fuente: http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/los-huertos-crecen-en-la-urbe-317484.html