Somos partícipes de un momento histórico y decisivo para la humanidad. En estos días se ha hecho evidente el fracaso del sistema capitalista que desde los movimientos sociales hemos venido advirtiendo desde hace mucho tiempo. Vivimos momentos marcados por el desplome del sistema financiero internacional; que ha evidenciado el carácter especulador y expoliador del capitalismo y ha desenmascarado la falta de moral y de transparencia de los grandes capitales. No solo se trata de una crisis financiera, sino también alimentaria, energética, medioambiental y ética que amenazan con arrastrar a la humanidad hacia inéditas situaciones de calamidad social y económica. El sistema capitalista ha generado cada vez más exclusión, marginación, violencia y efectos irreversibles en la vida del planeta como el calentamiento global.
Vivimos también el empuje de la lucha de los movimientos sociales, que tiene como eje central la lucha por la derrota definitiva del neoliberalismo, y que se expresa en una agenda de lucha y resistencia plural: como la lucha contra la militarización, contra los planes del imperio como: la Iniciativa Mérida, el Plan Colombia, el ASPAN, las bases militares, la Escuela de las Américas, la Cuarta Flota. Exigimos el cierre definitivo de las bases militares norteamericanas y la cancelación inmediata de la IV Flota.
Resistimos a las nuevas formas de apropiación de los recursos naturales, como la minería a cielo abierto, las hidroeléctricas y los megaproyectos, la asignación de las mejores tierras para la producción de agrocombustibles y del agronegocio, las tendencias de apropiación y privatización de nuestras fuentes de agua, la concentración de la propiedad y el despojo de los campesinos e indígenas de sus recursos.
Seguimos resistiendo la ofensiva neoliberal de los tratados de libre comercio tanto de Estados Unidos como de Europa, asimismo seguimos resistiendo al poder expoliador de las transnacionales en el continente. Avanza nuestra lucha contra la deuda externa que la consideramos inmoral e ilegítima por lo que reiteramos que nuestros pueblos no tienen por qué pagarla.
Resistimos a la criminalización y represión de la lucha de los movimientos sociales por lo que llamamos a fortalecer la denuncia, la articulación popular y la solidaridad con todos(as) los(as) que sufren represión y persecución.
Pero no sólo resistimos, estamos viviendo un tiempo de cambio en el que nuestros pueblos avanzan en la construcción de un modelo alternativo, saludamos la victoria popular de nuestros hermanos y hermanas de Ecuador.
Estamos junto a la lucha de los pueblos originarios de nuestro continente que exigen la refundación de los Estados de herencia colonial reconociendo su carácter plurinacional, base de “El Buen Vivir” que nos enseña a desarrollarnos a la par del tiempo y de la madre naturaleza.
Frente al terrorismo mediático llamamos a unir esfuerzos para construir una agenda común hacia la democratización de las comunicaciones, por fortalecer las iniciativas de comunicación transformadoras y por el derecho a la comunicación.
Ratificamos nuestro compromiso en la lucha de los pueblos y comunidades indígenas y campesinas por la Reforma Agraria Integral y la Soberanía Alimentaria.
Ratificamos nuestra oposición a la flexibilización laboral y nos pronunciamos por la defensa irrestricta de los derechos laborales de los y las trabajadores(as) del continente.
Reafirmamos el derecho de las mujeres a decidir con libertad sobre sus vidas, cuerpos, sexualidades y territorios que habitan, con sus riquezas naturales y culturales. Reafirmamos que la autonomía de las mujeres es condición para construir relaciones igualitarias en una nueva izquierda en las Américas libre de lacras del patriarcado. Por lo que nos pronunciamos por un pacto ético de no violencia y equidad.
Nos reconocemos en los principios de cooperación, complementariedad y solidaridad de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de las Américas (ALBA) comprometiéndonos en seguir avanzando en una integración desde abajo.
Reiteramos nuestra solidaridad militante con la lucha del pueblo boliviano por la construcción de una nueva sociedad pluricultural y plurinacional. Condenamos el racismo de la oligarquía boliviana. Llamamos a defender el derecho inalienable a la autodeterminación del pueblo boliviano.
Ratificamos nuestra solidaridad con la heroica revolución cubana, condenamos y exigimos el levantamiento inmediato del bloqueo y nos comprometemos a seguir luchando por la liberación inmediata de los 5 héroes cubanos presos en cárceles de Estados Unidos.
Nos solidarizamos con la lucha del pueblo de Haití por su autodeterminación y exigimos el retiro inmediato de la Minustah y el reemplazo por misiones de solidaridad y cooperación, así como la cancelación de su deuda externa.
Nos solidarizamos con el pueblo venezolano en su lucha contra el imperio y por el derecho a su autodeterminación.
Exigimos la derogatoria de la Directiva de Retorno de la Unión Europea y nos pronunciamos por el libre tránsito de las personas, como un derecho humano.
Rechazamos cualquier forma de desalojo de comunidades indígenas y campesinas ya que atenta contra los derechos fundamentales de los pueblos.
Ratificamos nuestra lucha contra la impunidad y el olvido en nuestro continente.
OTRA AMERICA ES POSIBLE Y NECESARIA
GLOBALICEMOS LA LUCHA – GLOBALICEMOS LA ESPERANZA
Iximulew, Guatemala, 11 de octubre de 2008