20
Abr

Juan Paz y Miño: Empresarios y trabajadores

pazyminoLa CEDOC (1938), artesanal y confesional, la CTE (1945), ligada al Partido Comunista y la CEOSL (1962) vinculada al “sindicalismo libre” de inspiración norteamericana, fueron las primeras centrales de trabajadores del Ecuador. Hasta los años sesenta del pasado siglo permanecieron enfrentadas por razones ideológicas. Pero en los setenta, esas centrales experimentaron singulares cambios internos y redefiniciones ideológicas, de manera que la paulatina confluencia de sus intereses clasistas, logró unirles en el FUT (1981) y plantear “plataformas de lucha” comunes.

Iniciada la época constitucional (1979), el FUT se convirtió en el protagonista central de las reivindicaciones populares. Combatió sistemáticamente a las medidas económicas de Osvaldo Hurtado (1981-1984). Realizó 4 huelgas nacionales. También enfrentó al gobierno de León Febres Cordero (1984-1988), con 7 huelgas nacionales. Y todavía hizo 4 huelgas nacionales al gobierno de Rodrigo Borja (1988-1992). Pero para entonces el FUT se desinflaba junto al derrumbe de los paradigmas de la “lucha de clases” y la desaparición del socialismo soviético. Desde 1990, el protagonismo pasó a manos del movimiento indígena.

Otros protagonistas políticos de la época (hasta hoy) fueron las cámaras de la producción. Resistieron sistemáticamente al gobierno de Hurtado al que acusaban de “comunista”. En cambio fueron el soporte de Febres Cordero, por ser el gobierno ideal de sus intereses. En la época de Hurtado, la democracia cristiana (DP), de la que provenía el presidente, postulaba el “socialismo comunitario”. El gobierno se definía como reformista y popular. Otra cosa es que la DP abandonaría después sus postulados, dando un giro total.

El gobierno de Febres Cordero, en cambio, pasa a la historia por autoritario, represor y violador de derechos, incluidos los de los trabajadores. Nunca recibió a algún dirigente sindical. Para aquel gobierno de empresarios el “consenso” o el “diálogo” no existían frente al FUT.

En la huelga nacional del 23 y 24 de marzo de 1983, adhirieron al FUT amplias organizaciones y sectores sociales, en reacción contra el nuevo “paquete” de medidas económicas de Hurtado y contra la “sucretización” de las deudas privadas, tan beneficiosa para el empresariado (sus deudas en dólares fueron convertidas a sucres y el Estado asumió el pago en dólares). Lo singular del momento fue que, por primera vez en la historia, se unieron a la huelga la Federación de Cámaras de Comercio del Ecuador y otros grupos patronales, en un “paro empresarial” para protestar contra el manejo económico y exigir un “cambio ideológico en la conducción del Estado”.

Desde esa época, la segunda vez que convergen trabajadores y empresarios en una lucha “clasista” común contra las medidas y políticas gubernamentales es la que ha ocurrido en estos días. Ambos sectores se oponen a la “mensualización” de los fondos de reserva del IESS. Pero, si se examina con perspicacia, todos los argumentos ideológicos provienen y los han ganado los empresarios. ¡Qué ironías tiene la historia!

24
Dic

JORGE NÚÑEZ SÁNCHEZ: ¿Vocación autoritaria?


jorgenunez Tras la muerte de García Moreno, la derecha ecuatoriana se sintió tan huérfana como hoy y uno de los áulicos del tirano, el cura Matovelle, que había sido senador y beneficiario de la tiranía, escribió: “La libertad nos fastidia, el despotismo nos hace falta. Si nos dan la libertad, la arrojamos al fango del libertinaje: nuestras tradiciones, nuestros hábitos, nuestra poca cultura, nuestra falta de carácter, todo reclama la vara del despotismo.”


Tras la muerte de Febres Cordero, la derecha ha vuelto a sentir esa horrenda orfandad y desamparo de otrora. Añoran el látigo del patriarca, la vara de la tiranía. Por eso se juntan a llorar y hacen loas al difunto esos mismos que ayer se insolentaron contra el patrón que los escupía y, a veces, hasta los abofeteaba. ¿No fue su vicepresidente Blasco Peñaherrera, el de la conmovida oración fúnebre, quién hace años dijo que LFC presidía “un gobierno de hombres entontecidos por el dinero” y lo acusó de querer instituir un somozato?


Alguien dirá que el símil entre García Moreno y Febres Cordero sólo puede ser admitido en el plano político, pero no en el moral, porque el primero fue un tirano impoluto, que jamás robó fondos públicos, y el segundo, en cambio, ejercitó todos los pecados capitales. Igual parece que piensa el arzobispo de Guayaquil, quien, en un lapsus ya histórico, dijo públicamente en el sepelio de LFC: “Señor, tú que perdonaste al buen ladrón, perdona a nuestro hermano León Febres Cordero…”


En su ansia de sostener un poder que se le escapa para siempre, la derecha ecuatoriana se ha revelado más cínica que ninguna otra. La derecha chilena defendió a muerte a Pinochet frente a las acusaciones de sus enemigos, pero luego renegó del dictador, cuando se supieron sus robos de fondos públicos. Defendían a su sicario, pero despreciaban al ladrón. Nuestra derecha defiende a su caudillo sin pensar en la distancia que va del tirano al bandido. Eso la califica y la revela de cuerpo entero: es una derecha bandida, que a su hora hizo marchas para defender a los banqueros ladrones, encabezada por el inefable difunto.


Hay una cuestión que me preocupa más que los llantos de la oligarquía y su servidumbre. Es el llanto de algunas gentes del pueblo, que veían en LFC a su líder político. ¿Será que a ellos si les alcanzó el “pan, techo y empleo” que no llegó a la inmensa mayoría? ¿O esas gentes son los últimos supervivientes de la vieja cultura caudillista del agro montubio, que en el siglo pasado consagró a patrones como “El Gago” Efrén Icaza Moreno o “El Mico” Emilio Bowen Roggiero? Y menciono a estos personajes, porque el muerto se pareció más a ellos que a don Gabriel, tirano impoluto y apasionado de la unificación nacional.


Montado en caballo de paso o vestido con terno, corbata y pistola al cinto, Febres Cordero encarnó la imagen del patrón oligárquico. Una imagen a la que se rindieron muchos políticos supuestamente cultos, ante la que se prosternaron magistrados y jueces pícaros o cobardes, y que hoy ensalzan y consagran los medios de derecha, incluidos aquellos cuyos dueños fueron pisoteados en su hora por la bota del abusador.

18
Dic

Eloy Alfaro Reyes: El deber ser de la política de izquierda, ÚLTIMA PARTE

  1. El Eje de acumulación y las estrategias para redistribuir a todo costo

Analizando las apuestas económicas del régimen, la principal gira en torno a la obtención de recursos a través de la venta de recursos naturales para producir energía que requiere el desarrollado primer mundo capitalista. Es decir que el eje de acumulación del estado ecuatoriano son los recursos naturales (petróleo, minería básicamente), que pretende usarlos para consolidar la revolución ciudadana. Recursos que serán re distribuidos a través de la educación, salud, generación de empleo. Esto si bien en lo inmediato representa un importante apoyo para conseguir los cambios sociales que el país necesita, a la larga representan un atentado para la vida de todos y todas, por los efectos ambientales que la extracción de estos recursos implican. Se requiere entonces encontrar fuentes alternativas no extractivistas que garanticen la obtención de recursos para generar beneficios sociales. Mantener el crudo en el subsuelo, en este sentido, no deja por fuera la lógica del mercado, es decir no deja de ser neoliberal, aunque a primer vista parezca ser alternativa. Lo cierto es que la venta del CO2 no elimina el mercado, lo profundiza, llevándola a lugares donde no estuvo antes, es decir pone precio incluso a la naturaleza. He ahí el desafío.

Esta apuesta a la extracción de energía que hace el gobierno -incluso de manera violenta frente a la población local afectada por la extracción energética – da cuenta que, con el objetivo de sostener el eje de acumulación, para el régimen, el fin justifica los medios. El caso Dayuma es un claro ejemplo de ello.

Hay que partir de un hecho importante, la redistribución no necesariamente es una acción socialista, pues esta – la re distribución – implica que hay un centro que distribuye algo que estuvo represado en pocos. Implica también que hay una centralidad (de cualquier tipo) que tiene el poder y define criterios de distribución propios. Las propuestas socialistas radicales, ven a la centralidad, en este caso el Estado, no como el fín para lograr las transformaciones, sino como la herramienta. De ahí que la redistribución no necesariamente sea socialista. Tampoco la re distribución es el “objetivo socialista” a lograr, pues esto implica reconocer niveles de propiedad que el socialismo excluye.

Sin embargo de ello el país ha visto y principalmente las poblaciones más vulnerables han sentido, como la plata del petróleo (que los mismos de siempre decían que no había y que servía para pagar deuda externa) o los recursos de los impuestos, o la plata producto de las exportaciones, o la plata de las empresas estatales, etc que antes se iban a alimentar los bolsillos privados, ahora son usados a favor de importantes sectores empobrecidos del país, a través de mecanismos de redistribución que se expresan en aulas escolares, más maestros, médicos en áreas rurales, bonos de vivienda, micro créditos, etc. etc. Si bien estas no son acciones socialistas, significan importantes logros.

Aun que la siguiente afirmación resulte contradictoria al argumento anterior, en un sistema capitalista y estando metidos en un modelo neoliberal, el revertir los recursos económicos hacia la población, y no hacia el mercado (léase empresarios) es ya una acción revolucionaria, que siendo bien manejada y sostenida podría avanzar a desarrollar escenarios de cambios más radicales que lleven a políticas socialistas.

A más de la extracción de recursos naturales, el gobierno le apuesta a la apertura comercial con países asiáticos como mecanismo de obtención de recursos para acciones sociales; la construcción del Eje Multi modal Manta Manaos, es una muestra de la importancia que para este gobierno tiene la política de comercio exterior. En el futuro las rutas turísticas chinas incluirán, bañarse en las playas de la mitad del mundo, comer sopa de aleta de tiburón para potenciar las capacidades (viagra oceánico) y llegar con vigor a las playas de Ipanema y Copacabana.

Tercera parte

Tres miradas, tres actores, tres perspectivas

Esta parte analiza los actores del momento que vive el país, sus límites, sus alcances y condiciones actuales y futuras para desarrollar propuesta y posicionarse. Dejamos fuera de este análisis a la iglesia, que con su rol cómplice de silencio interesado o de participación directa en gobiernos anteriores, ha tenido mucho que hacer o decir de manera pública, en el momento actual su participación requiere análisis más profundos. Al igual que la fuerza armada que a diferencia de fuerzas similares de países vecinos, la ecuatoriana participa en la vida política y desarrollo del país, en esta ocasión a través del encargo recibido por el presidente para que la Marina dirija la principal empresa de petróleos del país. es decir no pretendemos plantear en esta líneas escenarios de actuación de la fuerza armada del Ecuador, pues más allá del encargo del presidente, está se ha mostrado obediente, incluso cuando por primera vez civiles, y mujeres ocupan el cargo de ministras de la Defensa. Las miradas planteadas son las siguientes:

1. El Proceso constituyente.

El Ecuador, solamente con Correa, no viviría un momento como el que vive, un proceso constituyente. Este se caracteriza por la posibilidad que tenemos de soñar en el país que queremos y de alguna manera ser partícipes de ello. ¿Pero como se ha dado este proceso y en donde se encuentra ahora?. Hay varios momentos de este proceso constituyente:

§ el primero de ellos se dio antes de la candidatura de Correa, este fue bandera de lucha de las movilizaciones de Abril del 2005 y de movimientos barriales que sostuvieron esta postura como suya.

§ Un segundo momento, es con la candidatura de Correa a la presidencia y posterior victoria electoral.

§ Una vez en el poder, se convoca a la constituyente con un estatuto. La mayoría de organizaciones sociales de izquierda y la derecha discuten y hacen propuesta sobre los contenidos del estatuto, con más o menos éxito. Muchas propuestas ni siquiera llegan a ser oídas.

§ Aceptada la asamblea, viene el referéndum para elegir a los asambleístas. En este momento es que el gobierno encarga a las universidades la redacción de una propuesta de constitución. Otra vez las organizaciones participan en el proceso, de igual manera muchas propuestas ni siquiera llegan a la comisión.

§ El actual momento es la instalación de la Asamblea constituyente con plenos poderes y una mayoría del 80% de asambleístas, que son parte del movimiento de gobierno. La particularidad de este momento es que la asamblea tiene plenos poderes, incluso más que el presidente y a la vez tiene la posibilidad de encaminar al Ecuador en un nuevo modelo de desarrollo.

Sin embargo a la asamblea aún le falta demostrar al pueblo ecuatoriano que tienen plenos poderes. Debería por ejemplo tener posturas firmes frente a la banca (tasas de interés) y la oligarquía financiera, persecución a los evasores, prisión a los corruptos, etc. es decir afectar efectivamente al poder, haciendo que cumplan las leyes que nunca han cumplido. Ese sería un indicador de real poder que el pueblo esperaría.

En resumen de todo el proceso constituyente, me parece importante rescatar la participación de la población en todas las etapas. Que haya sido escuchada o no, es otra cosa. Y otra muy distinta es que habiendo sido escuchada, las propuestas sean recogidas e incorporadas. La propuesta encargada por el gobierno al CONESUP en ese sentido tiene una de cal y otra de arena, lo que hace de esta propuesta, una propuesta Light. Carente de radicalidad, moderna, integradora, reivindicadora pero nada radical. Por ejemplo en lo que se refiere al nuevo modelo de desarrollo la postura no difiere del modelo económico de ahora. Esperamos que los plenos poderes sean para sentar bases para los cambios radicales y definitivos.

La asamblea dejó pasar un momento importante en el cual podía mostrar un horizonte de cambio. Este momento fue la ley tributaria recién aprobada y específicamente el artículo de la herencia, en el cual se buscaba gravar con un 70% a las herencias mayores de 500 mil dólares, es decir a los herederos ricos. El fondo de este artículo es gravar lo más alto posible a la posibilidad capitalista de perpetuar la inequidad. Una persona que hereda, no sólo que recibe bienes (dinero, herramientas, casas, tierra o lo que sea), sino que además recibe cosas que fueron obtenidas dentro de un sistema capitalista, donde es legítima la explotación, donde es legítima la inequidad, etc. entonces la herencia es el reflejo de este sistema que aparentemente es eterno, se proyecta al infinito.

Esta era la oportunidad para demostrar que aquello – la propiedad/herencia – que para la oligarquía es sagrado y eterno, así como el capitalismo, no son más que mecanismos que perpetúan la inequidad. Sin embargo la asamblea cedió a las presiones y aprobó el artículo dejándolo en 35% dejando de lado el argumento político que era lo importante.

Es de esperar por tanto que esta no sea la tónica de la asamblea, que tiene en sus manos no solo la oportunidad de cambiar el modelo de desarrollo, sino de enrumbar al país hacia un horizonte socialista.

2. La organización Social y perspectivas revolucionarias.

Hay un problema de fondo que es la estructura de los sujetos sociales en lucha, en el Ecuador no se ha logrado un proceso unitario de lucha, si de confluencias por ciertos temas (caída de gobiernos, TLC, OXY, etc.) pero, no hay procesos de unidad por horizontes estratégicos. Ello ha llevado a que haya una dispersión del bloque popular que ha hecho imposible cuajar propuestas consensuadas, quizá por que se miraba a la unidad como fin y no como herramienta.

En estos últimos 10 años hemos visto como el pueblo con los sectores de izquierda (indígenas, estudiantes, obreros), no ha logrado consolidar una estrategia real para llegar y sostener el poder. Partiendo por que, el objetivo de la lucha – como fin último - ha sido la toma del poder. La caída de varios gobiernos (en 1997, 2000, 2005) por el auge de la protesta social, no significó que el pueblo y los sectores de izquierda lleguen al poder, significó la salida de presidentes y el re cambio de dirección del país de sectores oligárquicos. La lucha social por defenestrar al presidente de turno como fin último de la protesta consolidó a la derecha en el poder, pues – hemos aprendido de la peor manera que - el poder no está en la casa de gobierno.

La capacidad de lucha de los sectores de izquierda, también se evidencia en otros momentos de confluencia, como la lucha contra el TLC, la salida de la petrolera OXY o el voto en contra de Álvaro Noboa que llevó a Correa al Poder. Es decir que los sectores sociales organizados y el pueblo, han demostrado que a pesar de tener condiciones para confluir y luchar juntas en momento determinado y con ello conseguir los resultados de la lucha, no tienen ninguna capacidad de sostener el Poder o conseguir con ello mejoras en las condiciones de vida. No se ha logrado consolidar las propuestas “alternativas y anticapitalistas” de las organizaciones sociales; por ejemplo la lucha contra el TLC no implicó que el gobierno de turno asumiera las propuestas alternativas de integración planteadas, o que los réditos de la petrolera OXY fueran dirigidos para mejorar las condiciones de educación o jubilación o salud del pueblo.

En los actuales momentos las organizaciones sociales y el pueblo, entregan al Estado la potestad de hacer la transformación, cuando el estado (y sus instituciones) son el instrumento desarrollado por los pueblos para que los cambios y transformaciones se hagan. Es decir las organizaciones sociales y el pueblo al entregar “los plenos poderes” para el cambio a la institucionalidad, deja de ser protagonista –gestora- de las transformaciones. Así las organizaciones sociales ponen los muertos y ponen la lucha, pero no hacen el cambio. Esto imposibilita que se construya Poder Popular. El estado es el medio, no el fín para lograr la revolución.

3. La Derecha y sus respuestas.

El presidente y algunos ministros se han empeñado en una lucha frontal, pero por el lado más débil contra la derecha – su propuesta ideológica - de esta lucha hasta ahora está victorioso. En este sentido el golpe ha sido real y concreto, así:

  1. la reducción de una porción importante de territorio de la provincia del Guayas, principal bastión de la derecha, a través de la creación de la Provincia 23, le quita fuerza a sus propuestas autonómicas.
  2. Se ha puesto en jaque a las instituciones autonómicas del Guayas, cuestionando su legitimidad y representación, así como su nulo rol autogestor.
  3. y a través del debate sobre la circulación por el Puente de la unidad nacional se ha debelado una serie de inequidades.

La oligarquía en los actuales momentos está buscando un asidero ideológico concreto, actualmente no tiene una construcción ideológica fuerte. Muestra de ello es el discurso que pone la identidad por delante, dejando de lado el debate ideológico. El eslogan de “lo que es con Guayaquil es con migo” demuestra que la lucha no es ideológica sino por referentes subjetivos, construidos desde el poder oligárquico y por tanto funcionales a él. Es decir la derecha ha reducido la lucha política a niveles primarios, reacciona frente a impulsos. A pesar de esa aparente debilidad, la derecha también golpea con un arma importante que el gobierno no ha podido controlar, los medios de comunicación. Se estrenan medios estatales como un periódico (que casi no circula en Quito la capital), el canal estatal recién inaugurado, no tiene programación y la radio nacional del Ecuador, no ha modificado su programación en los últimos 20 años.

¿realmente está derrotada la derecha? Una ilusión que puede convertirse en espejismo es que, la perdida de las elecciones de la derecha significa destrucción del poder real. Nada más errado. La derecha perdió la iniciativa, algo que se evidencia en la asamblea constituyente. No hay nada que haga contra peso a las propuestas del bloque de gobierno, ni una propuesta de peso. Pero el Poder sigue intacto en las cámaras de comercio, de agricultura, en la banca, etc.

La debilidad ideológica de la derecha se refleja en:

El discurso de la Autonomía ha quedado tan disminuido que no hay asidero para sostenerlo y defenderlo, este discurso no mueve a la masa, si a las clases medias.

La defensa del mercado como regulador que es el principio del neoliberalismo, ya no es argumento para la defensa o construcción de una oposición coherente.

La derecha empieza a golpear con la subida de precios de productos básicos, generando desempleo, creando desinformación y victimizándose. No hay que olvidar que este tipo de acciones desestabilizaron el gobierno de Allende y casi le cuestan el puesto a Chávez. Solo falta ver hasta donde van a elevar los precios y la reacción del pueblo.

Históricamente hemos visto como la oligarquía, a diferencia de la izquierda actúa de acuerdo a los intereses de clase, como un cuerpo, y eso la hace fuerte y peligrosa. Una constatación de esa alianza de clase se está fortaleciendo, es la fusión realizada por la joven derecha ecuatoriana expresada en el movimiento UNO. No sólo eso, sino que además se junta la banca de la sierra con el Banco del Pichincha y uno de los clubes deportivos más importantes de la costa: el Barcelona de Guayaquil ligado a las cámaras de comercio y otras. Esto quiere decir que la clase como unión social está vigente y que sus representantes, se rearman para defender y actuar de acuerdo a sus intereses de clase.

Lo que viene es que la derecha a través de los medios continuará golpeando para desprestigiar al movimiento popular, la lucha social, las posibilidades de cambios y defendiendo el estatus quo y sobre todo, desprestigiando cualquier cosa que parezca socialismo o comunismo o reales posibilidades de cambio.

A pesar de esta debilidad ideológica la derecha (a través del alcalde de Guayaquil) se anota un punto importante, al jalar al gobierno a una confrontación donde los dos bandos o caudillos, buscan medir fuerzas, enfrentando pueblo contra pueblo. Hay que estar claro que el objetivo de la derecha en todo este embrollo, es mostrar al mundo un país dividido. Un país donde se discute y pelea (pueblo contra pueblo), dejando de lado el interés central, que es diseñar una nueva constitución. Constitución que la mayoría de la población quiere que sea radical y que refleje un nuevo modelo de desarrollo. Un cambio que demuestre cambios reales y no remedos.

En definitiva lo que quiere la derecha y el presidente cayó en ese juego perverso, es que el pueblo organizado obedezca al presidente y salga a respaldarlo – como el dice, “diez mil patriotas en al calle a defender el gobierno de la revolución ciudadana”- es decir se busca que el pueblo se despreocupe de lo que se discute, descuide su vigilancia de lo que se debate en la asamblea y se pase a un nivel torpe de defensa/ataque a la derecha.

Señor presidente, como ciudadanos de este país y como luchadores por la patria nueva, le pedimos que No nos convoque a salir a las calles para defender un discurso de gobierno. Este pueblo merece otro tratamiento. Ya lo dijimos en otra ocasión, --- por combatir a los enemigos se hace lo mismo que el enemigo, consiguiendo con ello convertirse en él --- me refiero que no podemos convocar al pueblo a confrontar a otra parte del pueblo, como fuerza de choque, esas fueron mañoserías del dictócrata y de la derecha febrescorderista.

El pueblo demanda otro tipo de respuesta del gobierno, a la altura de este pueblo que pacíficamente, pero masivamente le ha dicho a cuanto aprendiz de presidente quiso hacer lo que quería “que se vayan todos”, ese grito aún está vigente. Me parece que si la derecha grita y vocifera, es por que busca una respuesta, un eco, que le permita legitimarse y sobrevivir a la derrota política. Hacerle caso es darle aire para que sobreviva. Los abuelos decían: “a palabras necias, oídos sordos”

A la oligarquía se la derrota, en primer término políticamente como ya se hizo en las urnas, pero también cumpliendo las leyes que ella no cumple, por ejemplo cobrándoles impuestos que no pagan, enjuiciándoles por la serie de irregularidades cometidas. Es decir demostrando a la población que esta derecha, aristocrática y supuestamente “digna” está ahí en base a jugadas corruptas, en base a estrategias delincuenciales y explotadoras. En definitiva lo que se buscaría es demostrarles quienes son y con ello quitarles su respaldo popular. A la derecha hay que derrotarla como clase, de lo contrario se levantará y lo hará sin compasión.

Muchas de estas cosas el pueblo todavía no ha visto, por ejemplo no se ha cobrado a los evasores, los culpables del congelamiento bancario siguen libres, los responsables de violaciones a derechos humanos siguen impunes, etc. por ello es difícil pensar que a la derecha se la derrota enfrentándola pueblo contra pueblo.

Cuarta Parte

Conclusiones: Horizontes para la izquierda y el bloque popular.

En los próximos 4 años el Gobierno va a recuperar el Estado y hacerlo más eficiente, esa es una tarea en la que se ha empeñado y de lo que se puede ver en la propuesta de gobierno, así como en la propuesta de constitución presentada por el CONESUP, el estado al final del período presidencial será más fuerte, con mecanismos de participación más claros y dinámicos, que permitirán una inclusión de los sectores sociales importantes en el que hacer nacional.

Sin embargo este estado, al final del período de cuatro años, no ha dejado de ser capitalista. Y con ello las posibilidades de tener un estado y modelo de desarrollo socialista se alejan. Esto por que el estado tal como está diseñado y pensado se sustenta en principios capitalistas…. La libre empresa, el libre mercado, la propiedad privada, etc. Si siguen las cosas como están, es imposible pensar en un estado que cuestione las bases fundamentales del capitalismo y que con ello se plantee cambios estructurales. Queda aun por ver hasta donde puede empujar la asamblea y sobre que bases sostener aquello que empuja.

Por tanto el reto está en fortalecer y consolidar un movimiento popular que defienda las propuestas de un nuevo régimen de propiedad y un nuevo modelo de desarrollo que cuestione y cambie los fundamentos del capitalismo. Pero esto no se lo puede hacer desde un enfoque de organización solamente gremialista, la organización requiere estar efectivamente asentada en un territorio, en el cual se construya y defienda propuestas autonómicas, de carácter asambleario, poniendo en práctica el mandar obedeciendo, pero también diseñando estrategias de resistencia efectivas al capital. Se requiere también construir comunidades y territorios autogestores que sean la evidencia de que es posible el cambio, pues se concretiza en ellas.

En lo inmediato no queda otra posibilidad que no distraerse por las acciones de la derecha, sino más bien concentrarse en los mecanismos que los sectores subalternos desarrollen para radicalizar la asamblea y defender esos cambios a como de lugar.

15
Dic

Marcelo Medrano: …¡¡Todavía no!! [señor Febres Cordero]

Marcelo Medrano
Columnista
Mi estimado articulista, le veo conmovido, casi lacrimoso,…, tenga mi pañuelo, por favor. ¿Qué le tiene tan intranquilo? Gracias, también estimado lector. Me tiene así de agitado la precaria salud del ex-presidente León Febres Cordero. Ha viajado hacia Estados Unidos y nos lo han devuelto con una salud pendiendo de un hilo… Le comprendo, señor editorialista, también me ha dado mucha pena aquello. Estos días, personajes políticos, como Jaime Nebot, han visitado al ex-presidente en su lecho de dolor y deben haber tomado su mano en actitud filial; incluso vi como Frank Vargas Pazzos, el militar que lideró revueltas contra su gobierno, se acercó a la clínica para saludarle y decirle, creo, que todo estaba olvidado, que se recupere pronto, que el país aún lo necesita. Estoy muy tembloroso ante un posible desenlace fatal: ¡con la muerte de Febres Cordero, el país perdería un gran hombre! Sniff, sniff, devuélvame el pañuelo porfa, que ya las lágrimas me cuelgan, trémulas, de mis cansinos ojos.

Y le devuelvo con rapidez su pañuelo, gracias, porque yo no estoy conmovido por lo que usted se imagina: ¡estoy intranquilo porque aquel señor pasaría a otra vida sin haber pasado, antes, por las manos de la justicia! Quien gobernó el Ecuador como capataz de hacienda, a punta de carajazos y con la consecuente violencia, merece todavía, en el crepúsculo de su vida, rendir cuentas de su trajinar político y económico.

El poder no es solo soberbio; su arrogancia le lleva a despreciar la Historia: creen, quienes han usufructuado del poder, que sus actos nunca serán descifrados, analizados y juzgados por las actuales o nuevas generaciones. Están más que seguros que la Historia tragará cuentos e infamias sin voluntad de inventario.

La prepotencia al violentar sistemáticamente los derechos humanos cuando era la primera autoridad del país y la metódica eliminación física de radicales adversarios políticos (¿recuerda usted a Consuelo Benavides, a Arturo Jarrín,…?) evidenciaron esa fría indiferencia con que los gobernantes de derecha combinan sus decisiones económicas neoliberales. Febres Cordero, por ejemplo, no cumplió su promesa electoral de ‘pan, techo y empleo’; más bien, amplió los beneficios de la ‘sucretización’ de las deudas privadas y, al final de su régimen, hasta la Reserva Monetaria llegó a ser negativa. (Incluso, cuando la Comisión para la Auditoría Integral del Crédito Público, que emitiera su sorprendente informe hace pocas semanas, pidió la información del uso de los préstamos de deuda externa por parte del Municipio de Guayaquil, éste no entregó ninguna información, lo cual debe ser investigado.)

Si estoy conmovido, no es de pena, sino de indignación. León, no se nos muera todavía; le necesitamos para demostrar al mundo y a nosotros mismos, y a nuestros hijos, y a los hijos de aquellos, que la impunidad es una ilusión con dedos de seda y que todos los actos contrarios al interés nacional jamás pueden ni deben prescribir. Cobijado en sábanas de seda de la lujosa habitación en la clínica: ¡León, le conmino a no morirse, hasta no ser juzgado!

30
Sep

Juan J. Paz y Miño: Futuro Constitucional

Este artículo fue escrito antes del día señalado para el referéndum, de manera que al publicarse ya se sabrán los resultados del pronunciamiento nacional.


Cabe recordar, por tanto, que el proceso constituyente que ha vivido el Ecuador no se redujo al pronunciamiento favorable o contrario a una nueva Constitución, sino que, desde una perspectiva histórica, es el resultado de un proceso más amplio en el tiempo.


En efecto, cuando en 1979 se inició el gobierno de Jaime Roldós (1979-1981) y la vigencia de la Constitución aprobada en referéndum en 1978, las tendencias prevalecientes en la sociedad ecuatoriana fueron las del reformismo democrático. Sin embargo, pese al “izquierdismo” del gobierno de Osvaldo Hurtado (1981-1984) en aquella época (los empresarios le atacaban como “comunista”), la crisis económica y de la deuda externa obligó a los primeros giros “neoliberales”.


Pero fue a partir de León Febres Cordero (1984-1988) cuando el reformismo democrático revirtió. Bajo la hegemonía política del socialcristianismo, la economía pasó a orientarse por los intereses del alto empresariado y de las cámaras de la producción. Se implantaron el autoritarismo, la represión y la ausencia de democracia.


La consolidación del modelo empresarial de desarrollo, si bien fue temporalmente afectada por el reformista gobierno de Rodrigo Borja (1988-1992), revivió con Sixto Durán Ballén (1992-1996). Luego, entre 1996 y 2006, la caótica institucionalidad gubernamental, con siete gobiernos (tres electos y luego derrocados) y un efímero triunvirato dictatorial, acompañó a la continuidad de la construcción del modelo empresarial, que benefició a una elite y perjudicó a la mayoría nacional.


Por consecuencia, en los últimos veinticinco años el país se polarizó, pues se edificó una economía injusta y excluyente (Ecuador pasó a ser uno de los más inequitativos del mundo) y los partidos políticos se alejaron de sus responsabilidades sociales. Esto es lo que provocó la acumulación de fuerzas populares adversas y resistentes, que desde el levantamiento indígena de 1990 han venido afirmándose.


El triunfo del SI, da continuidad a este proceso de lucha social contemporánea, que en el futuro tendrá que enfrentar mayores polarizaciones por quienes se alistarán para evitar que un nuevo tipo de Estado se imponga sobre sus intereses privados. Y suponiendo que el NO hubiera triunfado (algo improbable), ello también marcará un momento de agudización de las confrontaciones por el poder, pues las viejas elites oligárquico-capitalistas buscarán arremeter contra toda reforma y contra quienes las han impulsado y apoyado. Su arrogancia autoritaria retornará aún con el triunfo del SI, pues no cederán “fácilmente” sus privilegios.


Como siempre lo han demostrado otras épocas históricas de flujos y reflujos sociales, solo la organización, la activa presencia popular y la lucha constante por nuestros valores y derechos, serán los mecanismos nacionales para frenar e impedir el totalitarismo de ese “Estado empresarial” criollo, ya vivido en el pasado reciente.

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