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Walter Mena: NUEVA CONSTITUCIÓN DEL ECUADOR

PERCEPCIONES Nº 14

30-09-2.008

wmena

Por Walter Mena Ordóñez

NUEVA CONSTITUCIÓN DEL ECUADOR

La fecha 28 de septiembre del 2.008, marca el triunfo del SI a la vigésima Constitución del Ecuador. En efecto, 64% dijimos SI a la Nueva Carta Política, frente a un 28% que se pronunció por el NO. Un modesto 7% lo hizo por el NULO y un insignificante 1% voto en BLANCO.

En todo caso, para efectos del análisis político, vale recordar que hace un año el gobierno de la Revolución Ciudadana presidido por el Ec. Rafael Correa obtuvo el 82% de apoyo para convocar a la Asamblea Nacional Constituyente, que investida de plenos poderes, elaboró la Nueva Constitución y cambió el marco institucional del Estado.

El 18% de diferencia entre uno y otro pronunciamiento es significativo. Diversas son las razones para que se haya producido: el desgaste normal que produce el ejercicio del poder, el inicio de la crisis financiera internacional, que directamente repercutió en el nivel inflacionario y el costo de la canasta de bienes y servicios, la sobresaturación de la campaña a favor del SI y consecuentemente el enorme gasto publicitario y la sobre exposición del Presidente Correa en la campaña, que en determinado momento le causó fatiga a él y a los electores.

¿En síntesis, que aprobamos los ecuatorianos el 28 de septiembre?: básicamente 444 artículos y un Régimen Transitorio. Lo primero es un conjunto de normas generales que aspiran dar un nuevo rumbo al Ecuador en lo político, económico, social, ambiental y ético. Lo segundo es una herramienta para elaborar leyes específicas que permitan explicar en detalle lo primero y dar continuidad al proyecto político hasta empatar con la nueva institucionalidad.

¿En que consiste esta nueva institucionalidad?: es un sistema interrelacionado e interdependiente compuesto por cinco funciones: Ejecutiva, Legislativa, Judicial, Electoral y de Transparencia y Control Social, que tiene como objetivo: planificar, ejecutar lo planificado, controlar lo planificado y ejecutado. Finalmente, revisar lo planificado, ejecutado y controlado para producir el mejoramiento continuo de todo el sistema en función del desarrollo sostenible del país; esto es, producir competitivamente bienes y servicios para crecer económicamente; distribuir equitativamente la riqueza generada entre toda la población tomando en cuenta su esfuerzo y necesidades. Paralelamente, protegiendo el ambiente y la naturaleza en términos intergeneracionales.

Todas las funciones establecidas en la nueva constitución cumplen un rol y son importantes. Sin embargo, la de mayor trascendencia es la Función de Transparencia y Control Social; y lo es, por una singular razón: su construcción y operación nos concierne a todos. En efecto, a través de esta Función los ecuatorianos podemos participar organizadamente en las diferentes instancias populares de control y gestión a nivel local, parroquial, cantonal, provincial y nacional, creando el hasta ahora esquivo poder popular, como única fuente de soberanía.

Resumiendo: el 28 de septiembre los ecuatorianos hemos puesto la primera piedra de la nueva institucionalidad, con base en la cual, construiremos en el corto, mediano y largo plazo, el camino por donde transitaremos con paso firme hacia un Nuevo Ecuador donde impere: la justicia, la equidad y el equilibrio con la naturaleza. La pregunta que debemos hacernos todos los ecuatorianos es: ¿Cuál es el rol que cumpliremos en la construcción de la Nueva Institucionalidad y concretamente en la construcción y operación de la Función de Transparencia y Control Social?

Algunas respuestas en la próxima entrega de Percepciones (15)

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